Lección 51. ¿Qué es un discípulo?

a) Escrituras clave
Mateo 28:18-20;   Marcos 4:33-34
Lucas 6:40;   2 Timoteo 2:2
1 Pedro 2:20-21;  Juan 8:31-32
1 Juan 2:26;   Colosenses 3:17

b) Definición
La palabra discípulo en griego es “mathetes” que significa “uno que aprende instrucción de otro”. Se usaba en el mundo secular griego para el aprendizaje de un artesano. Un discípulo no era solamente un alumno sino un adherido, por eso se hablaba de ellos como imitadores de sus maestros.
Todo cristiano es llamado a ser discípulo de Jesús y esto significa que seguirá a Jesús y pondrá las declaraciones de Jesús primero en su vida, no importa lo que le cueste a sí mismo. De modo que un discípulo cristiano es una persona que está determinada a seguir a Jesucristo, con el deseo de aprender de El y vivir según su ejemplo.
Diccionario:  Adherido: estar unido. Pegarse  una cosa a otra.  Convenir en un dictamen, opinión o partido y abrazarlo. Adhesión: Fuerza de atracción entre las moléculas de diversos cuerpos puestos en contacto. Idóneo: Que tiene buena disposición o suficiencia para una cosa.

c) Cinco principios básicos

1. Un discípulo es una persona que vive continuamente según la Palabra de Jesús. No son personas que siguen sólo ocasionalmente las palabras del Maestro, sino personas que se comprometen a llevar hasta el fin sus enseñanzas de una manera disciplinada y confiada. Jesús es nuestro Maestro. El nos hablará palabras vivas diariamente a través del Espíritu Santo. Lo que necesitamos hacer nosotros es vivir en nuestra vida diaria los mandamientos, enseñanzas y ejemplos que ya nos ha dado. El pensamiento principal detrás del discipulado no es uno de inspiración sino de instrucción. Debemos poner en práctica lo que nos ha sido revelado hacer por la Palabra de Dios. Necesitamos los fundamentos estables de la obediencia a la Palabra de Dios como la base de nuestro discipulado, si no estaremos a merced de toda noción o sentimiento subjetivo que venga.

2. Un discípulo es una persona qué confía su vida completamente al Señor. Esta confianza debería ser total, mas no es sólo un com-promiso con cualquiera, sino con un Maestro amoroso que no tiene interés en sí mismo, sino que se preocupa por nuestro bienestar y crecimiento total en Dios. Jesús tiene el derecho de exigir este cometido porque entregó su vida por nosotros. Jesús está totalmente comprometido con nosotros y quiere el mismo compromiso como respuesta. Quiere que confiemos en El a cada paso, mientras El lleva nuestra vida y la moldea según su voluntad (Mateo 6:24; Juan 10:1-18)

3. Un discípulo es uno que vive una relación fructífera con Jesús (Juan 15:4-5).  “Nuestra unión con Cristo hace posible una vida a través de la cual otros pueden ser salvos. Cuando un árbol está tan lleno de savia que ya no la puede aguantar, ¡el resultado es el fruto! Cuando un cristiano está lleno de Cristo, otros lo ven y oyen sobre El y su ejemplo llevará entonces a que otros sean renacidos espiritualmente en el Reino de Dios. Así los nuevos creyentes son uno de los frutos del discipulado”. Sin esta clase de productividad en nuestra vida, el Reino de Dios no se expandirá y el cuerpo de Cristo no crecerá.

4. Un discípulo es uno que está comprometido con un amor incondicional y de sacrificio por otros (Juan 13:34-35). Este no es ningún amor humano ordinario sino el amor que Dios ha demostrado hacia nosotros. Es un amor desinteresado que no busca ganancia para estimular su acción. La palabra griega para este amor es “ágape” que significa “amor desinteresado”, donde Dios y los demás son más importantes para nosotros que nuestros propios deseos egoístas.

5. Un discípulo es uno que está dedicado al cumplimiento de la comisión de Cristo (Mateo 28:18-20). La meta de nuestro discipulado debería ser la de ganar otros discípulos, no sólo convertidos. Los convertidos pueden cambiar sus mentes, pero los discípulos siguen a su Maestro.

d) Un discípulo es una persona muy privilegiada

– Es llamado y escogido por Dios (Efesios 1:4-5).
– Jesús es su Salvador; murió en la cruz para que sus pecados pudieran ser perdonados, haciéndole aceptable a Dios (Romanos 5:8).
– Dios es su Padre, con el que tiene una relación personal, por tanto es un hijo de Dios y es del Reino de Dios (Gálatas 4:6-7).
– Le ha sido dada vida eterna (Juan 3:16).
– El Espíritu Santo vive en él, dándole poder para testificar de su vida nueva en Cristo (Hechos 1:8). Tiene paz con Dios (Romanos 5:1).
– Nada puede separarle del amor de Dios (Romanos 8:39).

e) Un discípulo tiene responsabilidad 

“¿Qué haría Jesús?” Aquellos que quieran tomar su discipulado seriamente se harán esta pregunta, y otras similares, en toda situación que se presente ante ellos. Esto es un pacto o acuerdo que todo cristiano necesita hacer entre él y Jesús (1 Juan 2:6). Cuando estés perplejo pide a Dios que el Espíritu Santo  te enseñe lo que haría Jesús en tu lugar. Te contestará, si genuinamente quieres saber lo que a El le agrada. Tal como tu conocimiento de la enseñanza y acciones de Jesús aumenta mientras lees la Palabra de Dios, también aumentará tu habilidad de saber lo que haría Jesús en cualquier situación.

(I) Toma una decisión firme

– Un discípulo necesita tomar una decisión firme de hacer lo que haría Jesús, de otra forma se conformará con menos de lo mejor de Dios para él y continuará entristeciendo a su Señor.
– Nuestra decisión de seguir a Jesús no es una respuesta emocional al evangelio sino un acto categórico de la voluntad. Las decisiones no realizadas en la vida real son de poco valor.
– Habrá momentos en los que necesitarás someter algunas decisiones importantes a los que están en autoridad espiritual sobre ti. Si genuinamente quieres la voluntad de Dios en tu vida no necesitas temer el hacerlo. Los discípulos no han de actuar en independencia, sino que han de ser personalmente responsables ante el Señor por sus acciones.

(II) Algunos de los beneficios

 Habrá cambios para bien en tu actitud hacia la gente, el dinero, los negocios y la responsabilidad social.
– Experimentarás la refinación o purificación de tu vida, para que muchos pensamientos, actitudes y acciones negativas, que sean inconse-cuentes con la vida de Jesús sean quitados.
– Jesús no actuaría en incredulidad. Cuando deseas actuar como El, te dará la fe para hacerlo. Cuando sea necesario puedes confesar tus dudas y pedir su perdón y fe.
– El amor gobernará tus acciones, palabras y actitudes. Te volverás más dispuesto a perdonar; tendrás mayor compasión por los necesitados y te preocuparás más por los perdidos.
– Heredamos todo lo que Cristo hereda de Dios. Si estamos dispuestos a compartir sus padecimientos, también compartiremos su Gloria (Romanos 8:17). Incluso cuando la obediencia resulta costosa, no serás el perdedor, porque Dios siempre devolverá muchísimo más que lo que le es dado; tanto en esta vida como eternamente en el cielo (Lucas 6:38; Juan 10:10).
– Se realizarán cambios en algunos de tus hábitos viejos porque el Señor quiere ver estos cambios en ti. Sométete voluntariamente a esos cambios, y resiste la tentación de volver a los hábitos viejos y así comprometer tu discipulado (Colosenses 3:17).
– Si tomas tu discipulado en serio estarás buscando primero el reino de Dios y su justicia. Puedes tener confianza en que Dios guardará su promesa y proveerá para toda necesidad, como lo hizo con Jesús (Mateo 6:33).

f) Preguntas y puntos de meditación.

1. ¿Deberíamos vivir como nosotros queremos, o como Dios quiere en cada situación? (2 Corintios 5:15).
2. ¿Quién es nuestro guía en las cosas de Cristo Jesús? (Juan 16-13-14).
3. ¿Qué clase de cosas hará cualquiera que tiene fe en Jesús? (Juan 14:12-14).
4. ¿Podemos aprender algo sobre el amor, de la entrega por Dios de su hijo Jesús (1 Juan 4:10-11), y cómo nosotros como discípulos permanecemos en su amor? (Juan 15:9-14).
5. ¿Cuáles son los dos mandamientos principales de Dios? (Mateo 22:37-39).
6. ¿Cómo podemos nosotros, como discípulos, vivir nuestra vida cotidiana manifestando el amor “ágape” hacia Dios y los demás como Dios lo requiere? (Romanos 5:5).
7. Cuando las cosas se ponen difíciles, ¿podemos relajarnos un poco hasta que podamos hacer frente a la vida otra vez? (Lucas 9:62). Si no, ¿por qué tantos cristianos lo hacen?

g) Resumen y Aplicación.

1. Necesitamos estar totalmente comprometidos con Jesús, haciéndole nuestro Señor. Esto significa que no le diremos “No” cuando nos pida que hagamos algo por El. (Lucas 6:46)
2. Todo discípulo de Jesús debería hacerse esta pregunta: “¿Qué haría Jesús en esta situación?”
3. Necesitamos vivir continuamente en la Palabra de Dios como discípulos suyos para que le conozcamos mejor, y luego tendremos mayor habilidad para saber lo que haría Jesús en cada situación.
4. Necesitamos ver a Dios como nuestro Maestro amoroso que quiere sólo nuestro bien.
5. Necesitamos amar y servir a Dios primeramente, a los demás en segundo lugar, y por último a nosotros mismos. (Mateo 22:37-39) (Levítico 19:18)

Su nueva Vida  – Lección 1: Usted tiene ahora una nueva vida.

Su nueva Vida – Lección 1: Usted tiene ahora una nueva vida.

Usted tiene ahora una nueva vida.

plantita creciendoUsted obtiene esta nueva vida, la vida eterna cuando:
1) Usted se arrepintió de sus pecados.
2) creyó las buenas nuevas del Evangelio, (que Jesús pagó todos sus pecados en la cruz), (los de usted y de todos) y llevó su culpa y condenación muriendo en lugar suyo.
3) Y usted tomó la decisión de recibir a Cristo, invitando a Jesús que entrara a su vida (Apocalipsis 3:20; Juan 1:12)
Jesús entró literalmente en usted y su Espíritu Santo se unió al espíritu suyo y le dio la vida eterna. Ahora usted tiene la vida de Cristo en usted y se ha convertido en un hijo de Dios.
Marcos 1:15; 1 Pedro 2:24; Efesios 1:13-14; Romanos 8:9; Juan 10:27-28; Juan 6:47.

¿Que cambios invisibles han sucedido en usted?
Usted ha recibido a Jesús y decidido que sea su Salvador, Señor y Rey, y ahora Jesús vive literalmente en usted.
El es la vida eterna y el que tiene a Jesús tiene la vida eterna, es decir que al morir irá al cielo para siempre.
Jesús tiene la vida en sí mismo y el que tiene al Hijo de Dios tiene la vida eterna.
Romanos 10:9,12-13; 1 Juan 5:11-13; Juan 11:25; Lucas 10:20; Filipenses 4:3; Juan 5:26; Juan 14:6.

También usted a nacido de nuevo del Espíritu Santo, el cual se ha unido a su espíritu y le da testimonio de que usted es un hijo de Dios.
Juan 3:3-8; 1 Corintios 6:17; Romanos 8:16.

La persona que tiene al Espíritu Santo es propiedad de Jesús, usted se ha convertido en un templo del Espíritu de Dios, y es ahora su hijo y está ahora (ya) en el Reino de Dios.
1 Corintios 3:16; 6:19; Colosenses 1:13; Hechos 26:18; 1 Juan 3:1; Filipenses 2:15; Efesios 5:1.

Usted fue a Cristo con sus pecados, errores y fracasos y El le borró TODOS sus pecados, (Colosenses 2:13) le dio la salvación y la vida eterna. (Juan 6:40).
Lo hizo una nueva persona, las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17.
Ahora como Jesús y su Espíritu Santo viven en usted, usted comienza a tener victoria sobre el pecado, sus gustos cambian y comienza a ser transformado cada vez más a la semejanza de Jesús.
Romanos 8:13; 1 Juan 5:18; Romanos 6:14,22; 2 Corintios 3:18.
También los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22) comienzan a fluir en usted y se comienza a notar en su vida diaria.
Usted comienza a darse cuenta que tiene mas paz, amor por Dios (y por las personas), también tiene un nuevo gozo y un nuevo propósito eterno.
Juan 14:27; 1 Juan 4:7-8; Romanos 5:5.

Y usted tiene ahora la certeza de que es un hijo de Dios, tiene vida eterna y sabe que pasará la eternidad en el cielo con Cristo.
1 Juan 3:1-2; 1 Corintios 6:20; 1 Pedro 1:18-19; Juan 3:36.

Su nueva vida proviene de la vida de Cristo en usted y NO de sus esfuerzos por portarse bien o de ser un buen cristiano, ni por que usted concurre a una iglesia determinada.
Cristo ahora vive en usted y esto es algo muy hermoso y sobrenatural.
Colosenses 1:27; Gálatas 2:20.

 

Pregunta 1: Usted obtuvo nueva vida, la vida eterna porque:
O  a.Un día se arrepintió de sus pecados.
O  b.En general Creyó en Jesús y siempre fue muy creyente.
O  c.Porque todos sus parientes son creyentes.
O  d.Porque se arrepintió, creyó las buenas noticias y personalmente ha decidido recibir a Cristo invitándolo a entrar en su vida

Pregunta 2: Complete la afirmación:
”Jesús es la vida eterna y el que tiene a Jesús tiene la vida eterna, es decir que…
O a …al morir irá al cielo para siempre”.
O b …al morir irá a un lugar intermedio a pagar sus culpas”.
O c …al morir irá al infierno”.
O d …No sé exactamente donde iré”

Pregunta 3: Complete la afirmación:
”Ahora como Jesús y su Espíritu Santo viven en usted…

O a …El pecado sigue gobernando su vida
O b …usted comienza a tener victoria sobre el pecado
O c …El pecado sigue gobernando su vida
O d …Pide perdón y vence al pecado, pero al poco tiempo sigue cayendo y disfrutando de los mismos pecados.

Todo está en la Biblia – Síntomas de un verdadero cambio
Esto es lo que enseña la Biblia (la palabra de Dios) y no un libre pensador, un filósofo o una doctrina de una religión.
>> Usted es cristiano porque Cristo vive en usted. Colosenses 1:27; 2 Corintios 13:5.
>> Su nueva vida es maravillosa, feliz y mejor de lo que usted pueda haber soñado.
>> Usted también ha entrado en el Reino de los cielos donde reina Jesucristo y se fué del reino de las tinieblas donde manda Satanás. Colosenses1:13; Hebreos 12:28; 1 Juan 5:19; Hechos 26:18.
>> Ya es un ciudadano del Reino de los cielos con todos sus derechos y privilegios.
Filipenses 3:20; Efesios 2:19.
>> Y es hijo de Dios y co-heredero con Cristo. Romanos 8:17; Gálatas 4:7
>> Cristo vino para darle una nueva vida en toda su plenitud. Juan 10:10, darle vida eterna y no para condenarlo, sino para salvarlo. Juan 3:16-17.
>> En esta nueva vida que le ha dado Cristo, usted tiene nuevo entendimiento de las cosas espirituales, nuevas metas y un nuevo propósito por el cual vivir.
>> El peso de la culpa se termina, sabe que Cristo le borró sus pecados, estos fueron perdonados totalmente y usted es libre de toda culpa y condenación.
Colosenses 2:13-14; Efesios 4:32; Romanos 8:1; Juan 3:18.
>> Ahora aprecia más todo lo bueno y tiene mayor discernimiento entre lo bueno y lo malo, tiene una nueva conciencia de la presencia de Dios, de su poder, bondad y amor.
>> También usted tiene nuevos deseos de agradar a Dios y de santidad.
>> Sus gustos cambian y ahora le atrae más lo bueno y le rechaza el pecado y la maldad.
>> Un nuevo amor a sus semejantes y a la obra de Dios y nuevos objetivos eternos comienzan a darle nueva dirección a todas sus acciones.
>> Cristo le ha transformado en una nueva persona, ha nacido de nuevo del Espíritu Santo y ya no es un pecador sin rumbo sino un hijo de Dios.
Efesios 2.1-6, 8; 1 Juan 3:1-2.
>> Y cuando Jesús venga a buscar a los suyos (o usted parta de este mundo), será semejante a Jesús y le verá tal como El es. 1 Juan 3:2; Mateo 5:8.
>> Usted antes estaba perdido pero ahora va camino al cielo y está ahora bajo la cobertura de su Pastor sobrenatural (Jesús) y sus poderosos ángeles.
1 Pedro 2:25; Hebreos 1:14.

 

Pregunta 4: Usted es Cristiano porque:
O  a.Porque ahora voy a la iglesia y antes no lo hacía.
O  b.Porque Cristo vive en mí
O  c.Porque hice un gran viaje de peregrinación.
O  d.Porque me bautizaron cuando era un niño

 

¿Qué debo hacer ahora?
>> Como un niño recién nacido en la familia de Dios procure aprender las bases del cristianismo que se enseñan en la palabra de Dios. 1 Pedro 2:2
>> Usted disfrutará de un cuidado amoroso de su padre celestial y de sus hermanos en Cristo, y a medida que va creciendo en la fe podrá entonces ayudar a otros. Dios lo tratará como su hijo amado pero a medida que va creciendo espiritualmente, Dios espera que sea un creyente maduro, útil y enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:17.
>> Dios ha hecho provisión para mantenerlo saludable y fuerte, le ha dado una nueva naturaleza y la presencia del Espíritu Santo en usted, pero usted debe hacer su parte para crecer espiritualmente y ser más y más como Jesús.
>> Debe renunciar a muchas costumbres y hechos que solo usted y Dios lo saben. Debe dejar que el Espíritu Santo lo transforme y seguir su guía, debe procurar obedecer la palabra de Dios y lo que Dios le muestre.
>> Debe procurar la honestidad en todos sus actos, hablar con Dios en oración, leer su palabra, meditar en ella, y congregarse en una buena iglesia o grupo cristiano donde usted reciba la comida espiritual correcta.
>> También pídale a Dios sabiduría para la vida diaria.
>> Ahora usted brilla en el lugar en que Dios le ha puesto y en su entorno porque Jesús dice que somos la luz del mundo.
También debemos velar y orar para que no caigamos en tentación.
Santiago 1:5; Josué 1:9; Mateo 10:16; 26:41; 2 Corintios 10:5; Romanos 16:19;
1 Tesalonicenses 5:5; Mateo 5:14-16; Filipenses 2:15; Romanos 12:17; 2 pedro 3:14.
>> Usted como un hijo de Dios tiene privilegios y responsabilidades. Disfrútelas y gócese en la obediencia a su padre celestial mientras viva en esta tierra. Después algún día Cristo vendrá por usted para que viva con El en su hogar eterno, el cual será infinitamente superior y más bello de lo que nadie pudo jamás imaginar.
Juan 14:1-3; 1 Tesalonicenses 4:16-17.

Pregunta 5: ¿Qué debe hacer para crecer espiritualmente y ser más y más como Jesús?
O  a.usted debe hacer su parte
O  b.Debe renunciar a muchas costumbres y hechos que solo usted y Dios lo saben
O  c.Debe dejar que el Espíritu Santo lo transforme y seguir su guía
O  d.todas las opciones anteriores son correctas.

Pregunta 6: Usted como un hijo de Dios ahora tiene
O  a.Solo Privilegios
O  b.Privilegios y responsabilidades
O  c.Solo responsabilidades

Usted tiene una nueva familia: (Dios Padre).
– El Dios todopoderoso que creó el universo es ahora su verdadero Padre.
– El es amoroso y siempre está presente e su lado. Mateo 6:6,8.
– No piense que es severo o que está muy lejos de usted.
– El está con usted siempre, en este mismo momento y deseoso de ayudarle en cada circunstancia de su vida.
– Como un buen Padre El quiere que usted le hable con franqueza de todas sus cosas y que no le oculte nada.
– Hable con El, (sabiendo que El ya sabe todo de antemano), así como lo hace un niño con un Padre comprensivo que le ama de verdad.
– Ore a El todos los días, a cualquier hora del día o de la noche.
– Cuéntele sus problemas y déle gracias por su amor y bendiciones.
– Confiésele y pídale perdón cuando cometa un pecado o haga algo que le desagrada a Dios. 1 Juan 1:9; 2:1-2.
– Dios tiene mucho interés en usted y en todos los que le rodean.
– Cuando ora no es necesario buscar palabras complicadas ni memorizar oraciones, solamente dígale lo que tiene en ese momento en su corazón.
– Hable con la plena certeza de que El le está escuchando y le responderá de alguna manera que usted entienda.
– También disfrute de su compañía maravillosa. Salmo 16; Salmo 73:23-25,28.Isaías 49:15.

 

Pregunta 7. Entonces ahora que es Hijo de Dios: ¿quién es su verdadero padre?
O  a.Mi padre biológico
O  b.No tengo Padre ya que nunca conocí a mi padre o nunca mi padre me amó.
O  c.Dios todopoderoso que creó el universo es mi

 

Usted tiene una nueva familia: (Dios Hijo).
– En su nueva familia tiene también a su hermano mayor Jesucristo, que le amó tanto, que dió su vida por usted para que sus pecados puedan ser perdonados, El vive su vida en usted y también va estar con usted para siempre.
– El le ama más que a su propia vida lo mismo que su Padre.
Romanos 8:34,32; Gálatas 2:20; Efesios 5:2; Juan 20:17.
– Jesús es su verdadero e infalible Pastor.
El es su mejor amigo desde ahora y para siempre. El es el único que jamás pecó cuando vivió en esta tierra, El le comprende porque sabe lo que es vivir aquí en este mundo. Hebreos 4:15; 7:25-26.
Hable con El, nadie le ama, amó y amará como Jesús.
– El vive en usted y jamás lo dejará. Juan 10:27-28.

Usted tiene una nueva familia: (Dios Espíritu Santo).
– También en su nueva familia está el Espíritu Santo que vive en usted y es su ayudador, es el que le enseña todas las cosas y su poder está en usted con sus dones y frutos. Juan 14:26; Hechos 1:8; 2:4; Gálatas 5:22-23; 1 Corintios 12.7-11.

– El es la tercera persona de la trinidad, efectuó en usted el milagro del nuevo nacimiento, transforma su naturaleza pecaminosa y lo hizo un hijo de Dios.
– El ahora vive en usted y usted es un templo del Espíritu Santo. Y su poder está a su disposición. 1 corintios 3:16-17; 6:19; Romanos 15:18-20.
– Usted debe cooperar con el Espíritu Santo siéndole fiel y obediente.
– El le enseñará lo que debe hacer y le dará fortaleza para hacerlo.

 

Pregunta 8. Cuando estoy en problemas o en medio de tentaciones: ¿Qué hace Jesús?
O
  a.El le comprende porque sabe lo que es vivir aquí en este mundo.
O  b.Le da la espalda
O  c.Anota en un libro cada detalle de su mal carácter y se lo cuenta como pecado.

Pregunta 9. ¿De que manera usted debe cooperar con el Espíritu Santo?
O
  a.Cantando canciones de alabanza guiado por Él.
O  b.Siéndole fiel y obediente
O  c.El espíritu Santo se encarga de todo no necesita mi cooperación.

 

Usted tiene una nueva familia: (Otros hermanos cristianos ).
– También su nueva familia está compuesta por los otros cristianos.
– Todo cristiano verdadero que ha nacido de nuevo del Espíritu Santo es un hijo de Dios y como Dios es nuestro Padre en común, todos nosotros somos hermanos.
– Los cristianos más crecidos espiritualmente debe ayudar y enseñar a los más nuevos, 2 Timoteo 2:2; Mateo 28:20.
– También deben hacer todo lo que esté de su parte para ayudarles a crecer espiritualmente y que lleguen a ser cristianos, fuertes, maduros y cada vez más parecidos a Jesús.
– Recuerde todos los cristianos verdaderos son sus verdaderos hermanos y hermanas y son su verdadera familia eterna.

Puede encontrar ayuda para seguir adelante en esta etapa
Cuando tenga dudas o problemas hable con su Pastor o con algún hermano más maduro en Cristo. Ellos orarán por usted y le aconsejarán de acuerdo a la palabra de Dios y harán todo lo que puedan para ayudarle y también procure usted hacer el bien a los demás. Gálatas 6:10. Efesios 2:19.

 

Pregunta 10 ¿Qué debe hacer cuando surgen dudas o problemas?.
O  b.Buscar un consejo en mis amigos no cristianos.
O  b.Hablar con mi  Pastor o con algún hermano más maduro en Cristo.
O  b.Busca un consejo en mi madre no cristiana que siempre tiene una respuesta.
O  b.Busca un consejo en mis familiares no cristianos.

 

RESPUESTAS para verificación:
1.a, 2.a, 3.b, 4.b, 5.d, 6.b, 7.c, 8.a, 9.b, 10.b

 

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Lección 95. La cena del Señor

a) Escrituras clave

Mateo 26:17-30
1 Corintios 11:17-34
Lucas 22:7-201
Corintios 10:14-17
Efesios 3:17
Marcos 14:12-26
Juan 6:27-58

b) ¿Qué es la Cena del Señor?

Es la comida simbólica que estableció y mandó nuestro Señor Jesús; en la que los cristianos recuerdan su sacrificio; en la que reconocen participar en los beneficios de su muerte; y en la que tienen comunión con El y con otros cristianos al compartir en esta comida con gratitud a Dios. Básicamente, es una expresión de nuestro compromiso con Dios y nuestra relación juntos en el cuerpo de Cristo. La Cena del Señor dirige nuestra atención a Jesús y nos recuerda lo que hizo El por nosotros y por el mundo en la cruz.

Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que El venga.

(1 Corintios 11:26)

A la Cena del Señor también se le llama Santa Comunión, la Eucaristía, Partimiento del pan y la Mesa del Señor.

c) A qué sustituyó

Cada año el pueblo judío celebra la fiesta de la Pascua, que es una rememoración de la noche que Dios trajo a los hijos de Israel de Egipto y los liberó de la esclavitud (Éxodo 12:1-51). Aquella noche se mató un cordero en cada casa israelita y se esparció su sangre en los postes de las casas por salvar a aquella familia del ángel de la muerte. Luego se asó y comió el cordero. Este suceso en la historia fue sólo una imagen o símbolo de la liberación del pueblo de Dios de la esclavitud del pecado por Jesucristo en la cruz del Calvario. Fue mientras celebraba la fiesta de Pascua que Jesús la sustituyó por la Cena del Señor (Lucas 22:7-20).

d) Cómo la celebramos

Jesús celebró esta comida con sus discípulos antes que le llevaran y crucificaran. En esa comida Jesús nos reveló varios principios sobre cómo quería que guardáramos esta cena.

1. Cualquier día: es adecuado para celebrar la Cena del Señor. Jesús nos reveló esto en que no escogió ni el sábado ni el domingo. Al principio los primeros creyentes celebraban esta comida cada día (Hechos 2:46), y luego más tarde, la celebraban una vez a la semana (Hechos 20:7).

2. Cualquier lugar: puede ser escogido para celebrar esta comida. No es necesario estar en un lugar de adoración o una iglesia. Jesús escogió una casa particular.

3. Cualquier circunstancia: se puede compartir la Cena del Señor en cualquier concurrencia o reunión informal, mientras que no se pierda la razón por la cual participar en la comida. Jesús escogió un momento de conversación casual y una comida para empezar esta práctica.

e) El significado de la Cena del Señor

Las dos partes de esta cena son el pan, que representa el cuerpo de Cristo, y la copa de vino, que representa su sangre. El cuerpo de Jesús fue entregado a la muerte para que nosotros pudiéramos tener vida. La sangre de Jesús fue derramada para salvarnos, porque a través de la sangre de Jesús tenemos perdón y limpieza del pecado y todas sus consecuencias.

f) ¿Por qué celebramos esta cena?

1. Para recordar

Jesús dijo: "Haced esto en memoria de mí". (Lucas 22:19). El quiere que los sucesos de la cruz estén siempre frescos en nuestra mente y quiere que estemos agradecidos. La copa realmente se llama la "copa de bendición" (1 Corintios 10:16). Necesitamos recordar la naturaleza y significado de la muerte de Cristo en la cruz. Este fue el suceso más importante en toda la historia, porque a través de él, Dios abrió un camino para que el hombre volviera de nuevo a una relación con El (Gálatas 2:20; Juan 10:17-18). Cuando tomamos del cuerpo de Cristo, simbolizado por el pan, nos damos cuenta de que a menos que le recibamos en nuestro corazón por fe y vivamos y nos alimentemos de su Palabra plena, no conoceremos su vida (Juan 6:35-58).

2. Para confesar

Ya que sólo los que están comprometidos con Cristo tienen el derecho de compartir en esta comida, el hacerlo se convierte en una confesión de Cristo como Salvador y Señor. Así proclamas la muerte del Señor hasta que El venga otra vez (1 Corintios 11:26).

3. Para participar

Cuando participamos de esta comida no sólo miramos el pan y la copa, realmente comemos y bebemos y por tanto participamos en el cuerpo y sangre de Cristo (1 Corintios 10:16). Entonces estamos teniendo comunión o compartimos con Jesucristo. Necesitamos alimentarnos de Cristo continuamente por fe para que podamos conseguir la edificación que necesitamos en El (Efesios 3:17).

4. Para pactar

Un pacto es un acuerdo o un juramento entre dos partes declarando que se hará algo. Es como una promesa. En esta comida celebramos el hecho de que no sólo estamos en relación de pacto con Cristo, sino también los unos con los otros.

Jesús dijo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre". (Lucas 22:20). No tomas de la Cena del Señor tú solo, sino con otras personas que son parte del mismo nuevo pacto. El pan no sólo habla del cuerpo físico de Jesús que fue crucificado por nosotros, sino también de su cuerpo espiritual, la iglesia, del cual todos somos miembros, como discípulos suyos, y del cual El es la cabeza (1 Corintios 10:17).

5. Para bendecir

Esta comida no es una que merecemos, sino que es una comida de la gracia de Dios. Al celebrarla en obediencia a Dios, seremos bendecidos por Dios. El pan y la copa no son mágicos; no tienen virtud por sí mismos. Es sólo por fe que es impartida la vida de Cristo. La sanidad viene de nosotros como resultado del sufrimiento y muerte de Jesús (Isaías 53:4). Mientras participamos de la Cena del Señor y recordamos la obra de Jesús en la cruz, podemos recibir por fe esta sanidad para nosotros mismos. En efecto, podemos valernos de cualquiera de las bendiciones disponibles para nosotros por la obra de Jesús en la cruz.

g) Ten cuidado

Pablo tuvo que reprender a la iglesia de Corinto por la manera en que guardaban la Cena del Señor (1 Corintios 11:17-34). Algunos pasaban hambre, mientras otros se emborrachaban. Haciendo esto despreciaban la iglesia y humillaban a otros creyentes. Puede que tomasen una comida comunal, pero en vez de reconocer el sacrificio del Señor Jesús y a sus hermanos en el cuerpo de Cristo, hacían sus propias cosas, y por tanto traían el juicio de Dios sobre sí mismos. Como resultado, muchos habían enfermado y algunos, incluso, habían muerto. Para evitar el comer y beber de la Cena del Señor indignamente, debemos examinarnos y poner bien todo lo que esté mal entre nosotros y Dios, o entre nosotros y otra gente (Salmos 139:23-24).

Se debe recordar que distintas iglesias/denominaciones tienen distintas reglas referentes a cómo guardar la Cena del Señor. Sería totalmente equivocado ir en contra de estas reglas sin el permiso del liderazgo.

h) En resumen

En la Cena del Señor, mira hacia atrás y recuerda el Calvario. Mira arriba para bendecir a Dios y agradecerle por su don indecible. Mira a tu alrededor y da gracias a Dios por tus hermanos creyentes, asegurándote de que estés en una relación correcta con ellos. Mira adentro y confiesa tus pecados a Dios porque El ha prometido limpiarte. Mira hacia delante, hacia la venida del Señor y dedícate a hacer su voluntad.

i) Preguntas y puntos de meditación

1. ¿Qué quería decir Jesús cuando dijo: "Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros?" (Juan 6:53). Contesta esta pregunta después de considerar el contexto. Es decir, mira Juan 6:27-58.

2. ¿Qué clase de cosas te descalificarían de participar en la Cena del Señor?

3. ¿Podría la gente en verdad ponerse enferma e incluso morir por participar en la Cena del Señor indignamente? (1 Corintios 11:27-32).

4. ¿Necesitamos un sacerdote para bendecir el pan y el vino antes de participar de ellos en la Cena del Señor? Si tienes esto como parte de tu tradición denominacional, entonces necesitarás someterte a las instrucciones de tu líder acerca de la celebración de la Cena del Señor.

5. ¿Por qué es posible recibir sanidad y liberación de esclavitud cuando participas de la Cena del Señor?

6. ¿Por qué fue la muerte de Jesús en la cruz el suceso más importante de toda la historia?

7. Celebra la Cena del Señor en tu grupo (si te lo permite el liderazgo de tu iglesia) con una actitud de gratitud y agradecimiento y recuerda examinarte antes. Si necesitas sanidad o liberación de ataduras, etcétera, entonces en fe recibe de Dios lo que necesitas, mientras participas del pan y del vino, y mientras te acuerdas de la obra de Jesús en la cruz.

j) Resumen y aplicación

1. La Cena del Señor es participar del pan, que representa el cuerpo de Cristo sacrificado por nosotros, y del vino, que representa la sangre de Cristo derramada por nosotros.

2. Hay, en la Cena del Señor, un recuerdo constante del pacto entre Dios y Su Iglesia. La palabra "memoria" en griego es la palabra "anamnesis" y esto se refiere no sólo a la memoria del Señor por parte del hombre, sino también de la memoria por parte de Dios del sacrificio de su Hijo y el pacto que hizo con los hombres por su sacrificio. Cada vez que participamos en la Cena del Señor, Dios se acuerda de sus promesas a nosotros.

3. La Cera del Señor dirige nuestra atención a Jesús y por consiguiente es bueno celebrarla cualquier día, en cualquier lugar, y en cualquier circunstancia.

4. Cuando participamos de la Cena del Señor, celebramos no sólo el pacto de Dios con nosotros, sino además nuestra relación en Dios los unos con los otros.

5. Deberíamos participar en la Cena del Señor sólo cuando estamos limpios ante Dios, y cuando participamos del pan y del vino deberíamos hacerlo en fe.

Lección 93. Autoridad en la Iglesia

a) Escrituras clave

Hebreos 13: 7,17
Efesios 4:7-16
1 Pedro 5:1-5
Romanos 12:4-8
1 Timoteo 5:17
1 Timoteo 3:1-13
Romanos 13:1-7
1 Tesalonicenses 5:12-13
b) Introducción

Jesús dijo que edificaría su iglesia (Mateo 16:18). Pablo explica que Jesucristo ha escogido hacer esto dando “dones” a hombres como guías de la iglesia:
Y él mismo constituyó a unos apóstoles; a otros profetas; a otros evangelistas; a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
(Efesios 4:11-13)
El Señor Jesús da tales personas como siervos a la iglesia:
– Para equipar o preparar a creyentes para el servicio en el reino de Dios.
– Para que sean causantes de que la iglesia sea edificada y que crezca numéricamente.
– Para traer a los creyentes a la madurez, tanto individualmente como corporalmente.
– Para unir a la iglesia en la fe.
La iglesia irá donde van sus líderes y llegará a ser lo que son sus líderes. El liderazgo es el orden de Dios para movilizar a la iglesia y capacitarla para lograr los propósitos de Dios en la tierra. La iglesia necesita líderes con una variedad de dones para alcanzar esto para Dios. Ningún líder puede hacer esto por sí solo, ni siquiera en el marco de una iglesia local. Los líderes necesitan poder llevar a los que están bajo su cuidado a un lugar donde:
(1) Son o están:
Responsables, cariñosos y de apoyo los unos con los otros.
– Tranquilos, consecuentes, comprometidos y gozosos.
– Continuando resueltamente en la Palabra de Dios.
– Íntegros y completos en Cristo.
– Madurando en Cristo en toda manera, siendo unidos en armonía donde cada persona conoce su lugar y don.
(Il) Ya no son o están:
Aniñados, mimados y voluntariosos.
– Atascados o estancados en su vida espiritual.
– Echados de una parte a otra por olas de humor o emoción, faltándoles seguridad y estabilidad.
– Llevados aquí y allá por todo viento de enseñanza.
c) Autoridad y sumisión espiritual
1. Jesucristo es Señor y es cabeza de la Iglesia (Efesios 1:22-23)
Dios ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra a Jesús, (Mateo 28:18) y Jesús, sucesivamente, delega autoridad a los líderes espirituales calificados en su iglesia. Cualquier autoridad que estos líderes tienen es autoridad “dada” y, por consiguiente, deberían trabajar en la iglesia como siervos, guiando por el ejemplo no mandando al rebaño como un señor (1 Pedro 5:1-3).
2. Dios pide que obedezcamos a nuestros líderes y que nos sometamos a ellos (Hebreos 13:1 1 Timoteo 5:17).
Esto no significa una sumisión gravosa en la que obedecemos todo lo que dicen nuestros líderes porque tenemos opción, sino que es una sumisión que surge de un respeto y reconocimiento de la postura del ante Dios. Los líderes deberían tener un amor verdadero y cuidar de las iglesias por las cuales son responsables Deberían conducir de manera que resulte en los mejores intereses de la iglesia. Los miembros de la deberían escuchar y actuar sobre la guía del líder porque oyen, conocen y se someten a la Palabra de Dios por sus líderes.

3. La sumisión es una actitud de corazón, no una postura de esclavitud
Someterse es ponerte voluntariamente bajo el cuidado, protección y guía de tus líderes. A los miembros iglesia no se les puede forzar a hacer nada. Sin embargo, cuando existe un reconocimiento de la ver autoridad espiritual en su líder, aquellos que están bajo esta autoridad se someterán voluntariamente. sumisión también trae gran bendición, porque aquellos que están bajo autoridad encontrarán que ellos también la reciben sucesivamente (Mateo 8:9).
d) ¿Qué esperas que sean tus líderes?
– Personas que vivan, prediquen y enseñen la Palabra de Dios (Esdras 7:10). La autoridad de un líderes, y al cabo,’sólo la autoridad de la Palabra de Dios en su vida y ministerio (Hechos 20:28).
– Personas cuya forma de vivir se vea recta, exitosa y que valga la pena imitar (1 Timoteo 3:2-5).
– Personas de fe. Estas personas tienen una fe en Dios que vale la pena imitar y que inspira a la iglesia a confiar en ellos y seguirles. ¡Una persona no puede ser pastor sin ovejas! (1 Tesalonicenses 1:6; Filipenses 3:1
– Personas que vigilen sobre aquellos por los cuales son responsables y se consideren responsables ante de su bienestar y progreso (1 Pedro 5:2-3).
e) Lo que espera Jesús de la Iglesia respecto a sus líderes
– Que oigan la Palabra de Dios por medio de sus líderes y que la tomen en serio y personalmente (Romanos 10:15-17; 1 Tesalonicenses 2:13).
– Deberían seguir el ejemplo de sus líderes (1 Tesalonicenses l;6).
– Deberían someterse humildemente a la autoridad de sus líderes y ser obedientes. Esto obrará para ventaja de la iglesia porque la iglesia estará viviendo en el orden de Dios para la vida de cada persona. Es Dios quien levanta todo liderazgo en primer lugar (Romanos 13:1-5). Entonces, cuando nos sometemos a aquellos que ha levantado Dios en autoridad sobre nosotros, estamos, en efecto, sometiéndonos a Dios mismo. Dios tiene toda autoridad en sí mismo y meramente la reparte, o delega, cuando levanta un liderazgo y necesitamos obedecer a los que El ha delegado autoridad; tal como necesitamos obedecer a Dios mismo. Deberíamos permitir a los que tienen responsabilidad sobre nosotros que se gocen en nosotros y que no nos encuentren una carga. Podemos hacer esto, sencillamente, aceptando su autoridad y viviendo en sumisión a ella (1 Pedro 5:5-6). Sin embargo, si la autoridad delegada de Dios nos pide que hagamos algo contrario a lo que sabemos que Dios querría que hiciéramos, entonces debemos obedecer la autoridad más alta de Dios y su Palabra.
– Deberían orar por sus líderes, sus ministerios y sus familias (Romanos 15:30; 2 Tesalonicenses 3:1).
– Deberían saludar a sus líderes con entusiasmo; haciéndoles sentirse amados y bienvenidos. Aprecia a tus líderes y dales el merecido respeto y reconocimiento (1 Tesalonicenses 5:12-13).

Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe…. Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no es provechoso.
(Hebreos 13:7, 17)
f) La responsabilidad de los líderes
Los líderes tienen una gran responsabilidad (Santiago 3:1; Ezequiel 33:6; Hebreos 13:17). Todo rebaño necesita un pastor (Números 27:16-17) y el pastor necesita saber llevar su rebaño y no forzarle (Génesis 33:13.14). Los pastores del pueblo de Dios deben saber la verdad de lo que dice Dios hoy, para que puedan llevar su rebaño en los planes y propósitos de Dios.
El pastor debe:
– Guardar su rebaño seguro de ataque. El lobo (Satanás) intentará aislar miembros del rebaño mediante el engaño, pero el pastor debería estar allí para proteger a sus ovejas de esto.
– Dar autoridad y disciplina de parte de Jesús que es la cabeza de la iglesia.
Poder mantener las ovejas en fila para que lleven el paso los unos con los otros y con Dios. La iglesia necesita cristianos que estén dispuestos a dejar su vanidad, orgullo, auto importancia, independencia y pequeñez, y en lugar de eso, guardar fila y ser de lealtad indivisible.
g) La cadena de mando en el Reino
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h) Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Quién es la autoridad más alta: Dios o Su autoridad delegada? Entonces, ¿a quién deberías obedecer si hay un choque de intereses entre estas dos autoridades?
2. ¿Deberíamos impacientamos por enseñar y servir a otros en el cuerpo de Cristo (Santiago 3:1) y cuál debería ser nuestra actitud cuando hacemos estas cosas? (1 Pedro 4:11).
3. Entre el liderazgo de tu iglesia local es probable que encuentras fácil someterte y seguir a algunos, y más difícil con otros. ¡Discútelo! ¿Tienes algún problema de actitud hacia alguno de tus líderes, que necesites cambiar?
4. ¿Por qué los que están bajo autoridad hallan que tienen autoridad? (Mateo 8:5-13).
5. Si aspiras al liderazgo entonces debes dar un ejemplo similar al que está expuesto en 1 Timoteo 4:12.
6. ¿Tomas en serio y personalmente lo que tus líderes te dicen? ¿Deberías hacerlo?
7. ¿Te sometes humildemente a la autoridad de tus líderes y sigues su ejemplo? Si no es así, ¿por qué no?
8. ¿Te hará Dios responsable de tu propio caminar con El? ¿Tus líderes entonces, deberían tomar todas tus decisiones por ti?
9. Oras, aprecias y respetas a tus líderes y sus familias?
10. ¿Eres una carga para tus líderes, o un gozo?
11. ¿Cuál es la diferencia entre llevar y forzar al rebaño?
12. ¿Necesita el cuerpo de Cristo a líderes que estén dispuestos a traer la corrección y disciplina de Dios a sus miembros cuando se las requiere?
i) Resumen y aplicación
1. Jesús es la cabeza de la iglesia y propone funcionar a través de ella porque es su cuerpo en la tierra. Nosotros, entonces, necesitamos someternos a su Jefatura y a aquellos que el Señor pone sobre nosotros.
2. Todos los líderes deberían ser siervos del cuerpo de Cristo por amor a Jesús (2 Corintios 4:5).
3. Jesús nombra el liderazgo en la iglesia para representar su autoridad, continuar su ministerio y expresar su vida.
4. Los miembros de la iglesia de Dios necesitan ser leales y estar sometidos a sus pastores que son responsables por ellos ante Dios.
5 Los líderes en el cuerpo de Cristo deberían facilitar el crecimiento de la iglesia tanto en cantidad como en calidad.
6. Cuando nos sometemos al liderazgo piadoso, estamos protegidos del enemigo, porque el liderazgo será una cubierta espiritual para nosotros.
7. Como parte del cuerpo de Cristo, necesitamos ponernos en fila detrás de Dios y de su autoridad delegada y avanzar como El dirija, para traer gloria a Dios y extensión a su Reino.

Lección 91. El Cuerpo de Cristo: la Iglesia:

a) Escrituras clave
1 Corintios 12:12-27
Colosenses 1:18
Efesios 5:23-32
Colosenses 2:19
Romanos 12:4-8
Efesios 1:22-23
Hebreos 10:24
b) ¿Cuál es el cuerpo de Cristo?
El cuerpo de Cristo es aquel cuerpo de creyentes nacidos de nuevo que han sido unidos a Jesucristo por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:12-14), para llevar a cabo la tarea que El comenzó de testificar y establecer el reino de Dios. Jesús dio al creyente la autoridad de Su nombre y el poder del Espíritu Santo (Marcos 16:17-18; Hechos 1:8) para que de parte suya, estemos involucrados en el establecimiento del reino de Dios aquí en la tierra. Todos los discípulos de Jesús están unidos en esta labor, teniendo cada uno un papel que jugar. Estos discípulos necesitan trabajar juntos como un cuerpo de muchos miembros con Jesús como cabeza.
Nuestra lealtad como discípulos de Jesús es: primero a Cristo Jesús y su iglesia universal, y después a la iglesia local donde nos ha colocado. Todos los creyentes en la iglesia universal de Dios obviamente no pueden reunirse a la vez, por tanto, Dios ha ordenado que nos reunamos en grupos más reducidos, bien sea en una iglesia de ciudad (1 Corintios 1:2) o en una iglesia en una casa (Romanos 16:5). Esto es el cuerpo visible de gente comprometida. Esta iglesia local no consiste en un sacerdote o vicario (o artista) y gente (o espectadores). Consiste en creyentes nacidos de nuevo, todos los cuales son sacerdotes (1 Pedro 2:9). Jesús está comprometido a edificar su iglesia en la tierra y no va a permitir que Satanás la venza (Mateo 16:18). Como discípulos de Jesús, deberíamos dedicarnos a la iglesia, que es la vida compartida en Cristo (Hechos 2:42).
c) Varias imágenes
No existe ninguna imagen que por sí sola pueda describir adecuadamente lo que Dios tiene en mente para su pueblo. Pablo usa unas cuantas imágenes para ilustrar varios aspectos de la revelación de Dios acerca de. la iglesia:
1. Un templo
Esto revela el propósito divino de edificar un pueblo unido para que sea morada de Dios por su Espíritu Santo (Efesios 2:19-22; 1 Corintios 3:16). Somos piedras vivas edificadas en una casa espiritual, para que podamos ser un sacerdocio santo ofreciendo sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo (1 Pedro 2:4-5).

2. Una familia
Esto nos ayuda a apreciar el propósito de Dios de envolvernos en su familia y hacernos coherederos con nuestro hermano mayor, el Señor Jesús (Romanos 8:17; Hebreos 2:10,14-17). La iglesia es un estilo de vida y no una actividad. La iglesia no es un club religioso en el que decides matricularte, sino que es la familia de Dios a la que fuiste añadido (Hechos 2:47).
3. Una novia
Esto nos ayuda a comprender la unidad que Cristo y su iglesia han de experimentar juntos, en mutua relación y compromiso personal (Efesios 5:22-32; Juan 17:11,21).
4. Un cuerpo
Esto nos ayuda a comprender el deseo de Cristo de usar su cuerpo presente, la iglesia, para ministrar vida y sanidad de la misma manera que la ministraba El en su caminar terrenal (1 Corintios 12:1-31).
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular
(1 Corintios 12:27)
Esto es un llamamiento tremendamente rico que exige un cuerpo de personas que estén funcionando en las mismas esferas de poder y autoridad en que ministraba Jesús. Antes que al hombre se le pueda confiar tal autoridad y poder, debe hacer un reconocimiento de los principios divinos de jefatura y una sumisión a Cristo, la cabeza del cuerpo.
Recuerda, Dios originalmente no planeó las denominaciones, por ejemplo, iglesia anglicana, metodista, bautista, etcétera, han llegado a ser por las divisiones humanas a lo largo de la historia de la iglesia. Jesús fundó y está edificando una iglesia, un cuerpo, al que todo creyente nacido de nuevo pertenece (Efesios 4:4; Mateo 16:18).

d) Características de la Iglesia
1. La jefatura de Jesús
Jesús estableció la iglesia. La está edificando y la controla y dirige (Colosenses 1:18; Colosenses 2:19; Efesios 1:22-23; Efesios 4:15-16). Nosotros, como el cuerpo de Cristo, compartimos en su vida y estamos bajo su control. La manera en que funciona el cuerpo físico es haciendo lo que la cabeza le dice que haga. Esto necesita que cada parte del cuerpo esté funcionando debidamente, obedeciendo las señales provenientes de la cabeza. El cuerpo de Cristo funciona de la misma manera.
2. Unidad del Espíritu (1 Corintios 12:12-13; Efesios 4:2-3,32)
Todos los creyentes son parte de un cuerpo y existe una unidad invisible entre ellos, porque todos comparten en el mismo Señor Jesús. Jesús oró por la unidad total entre todos los creyentes (Juan 17:20-23). Tal como cada uno de nosotros tiene un cuerpo con muchos miembros, y de estos miembros no todos tienen la misma función, así en Cristo, nosotros, que somos muchos, formamos un cuerpo y cada miembro aunque tiene distintas funciones, pertenece a todos los demás miembros. No podemos ser independientes. Esto sería parecido a quitarte la mano y esperar que opere independientemente del cuerpo. La iglesia incluye toda clase de personas, algunas de las cuales nunca habrías escogido como amigo. Pero Dios los escogió a ellos y a ti, y en su sabiduría los juntó. Quizás hizo esto para moldearte en lo que necesitas serlo. (Proverbios 27:17). Esto requiere amor. El amor de Dios es el cemento que mantiene la iglesia unida. Cuando el Espíritu Santo vino a ti en salvación te trajo aquel amor (Romanos 5:5).
3. Variedad de dones y funciones
El cuerpo no está compuesto de una parte sino de muchas (1 Corintios 12:14). Hay distintas clases de dones, servicio y obras, pero el mismo Dios, que los obra todos en cada hombre (1 Corintios 12:4-11). Tal como las partes del cuerpo humano son variadas en función, así son los miembros del cuerpo de Cristo. Todos tenemos una parte concreta que desempeñar, aunque todavía puede que no esté claro cuál sea esa parte o papel. No hay partes de repuesto en el cuerpo de Cristo. Hemos sido escogidos y puestos en ese cuerpo para un propósito especial. Su papel será adaptado a tus dones y personalidad.
4. Dominio de Dios (1 Corintios 12:11)
Es Dios quien ha organizado las partes del cuerpo y quien hace nombramientos en él (1 Corintios 12:27-28). A veces puede que haga saber su voluntad por medio de su autoridad delegada (Hebreos 13:17). Los miembros del cuerpo de Cristo necesitan aceptar su lugar. Muchos intentan ser lo que Dios no les ha llamado a ser (1 Corintios 12:14-17). Necesitamos averiguar cuál es nuestra función en Dios y aceptarla, aferrarnos a ella, desarrollarla y llevarla a cabo. Si un discípulo de Jesús intenta funcionar en un área a la que Dios no le ha llamado, entonces él nunca tendrá éxito y en el cuerpo de Cristo faltará una función. El cuerpo de Cristo funciona mejor cuando cada miembro está haciendo lo que Dios le ha llamado a hacer. Si Dios te ha puesto en el cuerpo, entonces tendrá algo para que hagas dentro de él.

5. Debidamente relacionado
Los miembros del cuerpo de Cristo necesitan estar debidamente relacionados con la Cabeza, Jesucristo, y los unos con los otros. Nos necesitamos los unos a los otros (1 Corintios 12:21), por tanto, debemos aceptarnos los unos a los otros como Cristo nos aceptó (Romanos 15:7), aprendiendo a perdonar (como El nos ha perdonado) y soportándonos los unos a los otros (Efesios 4:2; Colosenses 3:12-14). Mucho de tu crecimiento y desarrollo como cristiano vendrá por medio de tu relación con otros creyentes. Esto no sólo sucederá por lo que compartan los líderes y otras personas contigo, sino también por lo que compartas tú con ellos.
El desánimo, probablemente, es el arma más eficaz de Satanás para empezar a dominar a los cristianos. Reconociendo esta verdad, Dios espera que su pueblo se reúna, contrarrestando tal situación por medio del ánimo mutuo (1 Corintios 14:26; Colosenses 3:16; Hebreos 10:24-26). Necesitamos edificar y animar el cuerpo de Cristo y todos trabajar juntos como debiéramos (1 Tesalonicenses 5:11). La palabra “animar” en el griego es “oikodomeite” la cual es una palabra compuesta de “oikia” que significa “casa” y “demo” que significa “edificar”. Somos llamados, como discípulos de Jesús, para estar involucrados juntos en una obra que Dios ya está haciendo, es decir, edificar Su iglesia (Romanos 14:9; Romanos 15:2). Jesús nos describe como la sal de la tierra (Mateo 5:13). Uno de los usos de la sal es dar sabor a la comida, para que disfrutemos la comida en todo su sabor. Como la sal de la tierra, somos llamados a sacar lo mejor en otros, de ese modo edificamos tanto a ellos como a nosotros mismos a la vez.

6. Compromiso
Debido a los propósitos únicos que Dios ha anunciado por el cuerpo, el plan tremendo que tiene para él, y debido a las relaciones complejas en el cuerpo, ningún creyente verdadero puede encontrar realización y satisfacción fuera del cuerpo de Cristo: la iglesia. El no identificarte con el cuerpo visible de Cristo, es decir, la iglesia local, es separarte del cuerpo de Cristo en su totalidad. El cuerpo sólo puede crecer cuando cada miembro funciona como debiera. Esto exige un compromiso. Entonces el cuerpo verdaderamente será la expresión de Jesús en la tierra (Efesios 4:16).
Necesitamos hacernos la pregunta: “¿Qué puedo invertir yo en el cuerpo?” y no siempre preguntarnos: “¿Qué puedo conseguir yo de esto?” Necesitamos dar desinteresadamente de nosotros mismos (2 Corintios 8:5). Los que más invierten más reciben de este compromiso.
7. Servicio
Tu actitud real a Jesucristo se ve por tu actitud hacia su cuerpo, la iglesia (1 Juan 4:20). Una vida de servicio para Dios es la vida más satisfecha que existe, porque somos creados por Dios para servirle. Existen un número de actitudes hoy día que impiden o detienen el libre fluir de un espíritu de servicio. Muchas veces puede haber una falta de inclinación a aceptar un papel que parece ser menos importante, o un papel que está en sumisión a otro. La gente cree que esto desmerecería su dignidad.
También puede haber muchas veces un deseo de dominar o dirigir, cuando no hay ni la habilidad ni el llamamiento para hacerlo. Una buena voluntad de aceptar la dura disciplina de responsabilidad, y una actitud de humildad de servicio que Jesús ejemplificó tan claramente, ha de ser el centro de una vida que sea llamada al liderazgo. Además de todo esto, puede haber un desgano de aceptar tareas bajas, porque el servicio se ve sólo en términos de lo que es claramente recompensado o agradable. Nunca deberíamos comparar ni tasar ministerios, ni tampoco ningún servicio para Dios. Dios no lo hace nunca. El no tiene un ministerio sobre otro. Para El todos son importantes. En primer lugar, el da el ministerio de servicio. Todo lo que busca es un vaso utilizable que sea fiel en hacer aquello que El ha deseado.
Los miembros del cuerpo que parecen más débiles son necesarios (1 Corintios 12:22). Puede parecer que algunos miembros tienen sólo una parte pequeña que jugar en el cuerpo, pero son necesarios para el debido funcionamiento del mismo. En efecto, Dios muchas veces les da más honra (1 Corintios 12:24). Los miembros del cuerpo de Cristo deberían respetarse, cuidarse y honrarse los unos a los otros. No debería de haber división en el cuerpo de Cristo sino que todos los miembros del cuerpo deberían tener el mismo cuidado los unos de los otros (1 Corintios 12:25-27).
Mientras esperas a descubrir tu papel en el cuerpo, haz lo que se necesite hacer con toda tu fuerza (Eclesiastés 9: 10). También necesitamos ir con cuidado respecto a nuestros motivos para el servicio (1 Corintios 13:1-3). No deberíamos hacer nada principalmente para nuestro propio beneficio o satisfacción, sino hacer todo para la gloria de Dios y la extensión de su Reino. Deberíamos desear servir a nuestros condiscípulos de Jesús, que son parte del cuerpo de Cristo. Jesús enseñó que el servir a otros es el camino hacia la promoción en su Reino. Jesús mismo no vino para tener un siervo, sino para ser un siervo, y nosotros necesitamos hacer lo mismo (Mateo 20:25-28; Mateo 25:40).


e) Cómo cumplir tu función en el cuerpo de Cristo
1. Sé lleno del Espíritu Santo (1 Corintios 12:13).
2. Desempeña tu papel sin envidiar el de otro. Usa tus dones y habilidades para servir al cuerpo como buen administrador de Jesucristo (1 Corintios 12:15-16; 1 Pedro 4:10).
3. Haz sitio para otros (1 Corintios 12:17) y no intentes hacerlo todo tú mismo. Puede que otros hagan algunas cosas mejor que tú.
4. Conoce tu lugar en el cuerpo (1 Corintios 12:18-20) porque esto trae seguridad y confianza (Romanos 12:3).
5. Admite tu necesidad de otra gente (1 Corintios 12:21). La iglesia es tu máquina de respiración artificial, por tanto, no tengas miedo de aprovechar la vida de Dios por medio de otros en la iglesia. No seas tan independiente que no te puedan ayudar, aconsejar, ni corregir.
6. Valora a otros creyentes (1 Corintios 12:22-24) y anímales.
7. Cuida del cuerpo (1 Corintios 12:26), practica la hospitalidad (Romanos 12:13; 1 Pedro 4:7), y busca maneras prácticas para compartir y ayudar a tus hermanos en la iglesia (Hebreos 10:24; Gálatas 6:10).
8. Haz que el amor sea tu meta y desea de todo corazón los dones espirituales (1 Corintios 13:1-3; 1 Corintios 14:1).


F) Preguntas y puntos de reflexión

1. ¿Está el cuerpo de Cristo, del cual eres parte, llevando a cabo la labor que comenzó Jesús de testificar y establecer el Reino de Dios?
2. ¿Tiene tu iglesia local a Jesús como cabeza?
3. ¿Sabes que eres llamado a trabajar dentro de la parte local del cuerpo de Cristo a la cual asistes? Si no sabes cuál es la función o tarea de Dios para ti, entonces pide a Dios que te la enseñe. Si no sientes ganas de hacer nada, ni que te necesitan para hacer algo, entonces quizás no te estés juntando con la iglesia local correcta. Todo el mundo debería ser fructífero para Dios dentro de su propio marco local. Ora y pide a Dios guía en este asunto y también ve a tus líderes y pide su consejo.
4. Como miembro del cuerpo de Cristo, ¿te ves como una parte necesaria del cuerpo y estás plenamente comprometido con él?
5. ¿Es posible funcionar independientemente del cuerpo de Cristo? Discútelo.
6. Antes que Dios pueda confiar a los miembros del cuerpo de Cristo poder y autoridad, necesita haber un
reconocimiento de los principios divinos de jefatura y sumisión a Cristo, la cabeza del cuerpo. Discútelo.
7. ¿Te haces la pregunta: “¿Qué puedo yo invertir en ]aparte local del cuerpo de Cristo?” o te haces las preguntas: “¿Qué puedo yo sacar de esta iglesia local?” o “¿Qué debería hacer esta iglesia local para mí?”
8. ¿Existe unidad entre los miembros de tu iglesia local? Sino es así, ¿porqué no? ¿Hay algo que tú puedes hacer para fomentar la unidad? ¿Cuál es la actitud de Jesús ante la unidad de su iglesia? (Juan 17:20-23).
g) Resumen y aplicación
1. Jesús nos ha comisionado, como miembros de su iglesia, a hacer discípulos y capacitarlos para crecer en el contexto de la parte local del cuerpo de Cristo, es decir, la iglesia local.
2. La iglesia crecerá encantidad y calidad sólo cuando cada miembro trabaje como debiera y lleve a cabo la función que Dios le ha dado. Entonces se convertirá en el cuerpo que sea verdaderamente la expresión de Jesús en la tierra.
3. Jesús es la cabeza de la iglesia y pretende que su Iglesia llegue a ser un lugar de unidad y sumisión a su gobierno.
4. Todos los miembros del cuerpo de Cristo están interrelacionados entre sí y son necesarios para el debido funcionamiento de la iglesia universal.
5. Para que un discípulo de Jesús se realice, necesita reconocer que su realización ocurrirá sólo cuando encuentre
su lugar en el cuerpo local de Cristo, y se comprometa a acabar lo que Dios le pide que haga en ese lugar.
6. Tu actitud hacia tu iglesia local reflejará algo de tu actitud hacia su cabeza, Jesucristo.
7. Dios no tiene preferidos. No tasa un ministerio más alto que otro. Sólo espera que nosotros, como discípulos suyos, le sirvamos obedeciendo su voluntad, cueste lo que cueste.

Lección 90. Seguir hacia adelante en fe

a) Escrituras clave
Romanos 10:17
Lucas 18: 8
Santiago 2:14-26
Marcos 11:22-24
Juan 14:12
1 Juan 5:4
Hebreos 11:1-40
Marcos 9:23
b) Introducción
La fe es el mayor poder en el universo, porque es el modo por el cual el poder de Dios es librado en la experiencia humana. Sin fe, es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Ninguno de nosotros tiene los recursos en sí mismo para cumplir las demandas de Dios o para llevar a cabo la obra del reino de Dios. Necesitamos un don sobrenatural y ese don es el don de fe. La fe es el poder por el cual entramos en la nueva vida en Jesús, y también es el poder por el cual ejercitamos esta nueva vida de Dios en nosotros. La fe no es una cuestión de la mente, sino que es un acto de la voluntad (Proverbios 3:5). Significa inquebrantable y absoluta confianza en Dios y su Palabra.
c) Un ejercicio de fe de cinco dedos
La fe tiene un número de elementos muy importantes que están interrelacionados y que realmente necesitan mantenerse indivisibles si hemos de apreciar la amplitud de este gran tema. Se podría decir que sin cualquiera de estos filamentos de fe, no hemos expresado plenamente lo que es la misma, ni tampoco puede operar plenamente la fe en nuestra vida si falta uno cualquiera de ellos. La fe es como una mano con cinco dedos. Si escribes “FE” en la palma, los dedos se reúnen para dar aquel asidero firme que es la fe en acción.


1. La fe es GRACIA (Efesios 2:8-9)
La fe es la misma base de nuestra relación con el Padre. No somos salvos por nuestra propia fuerza o justicia, sino por la gracia de Dios que es hecha real en nuestra vida por la fe. Ninguno de nosotros nace de nuevo por ningún esfuerzo propio. Ninguno de nosotros ni siquiera tenía la fuerza como para poner nuestra confianza en Dios. Éramos por naturaleza hostiles a Dios y hallábamos imposible someternos a la Palabra de Dios (Romanos 8:7-8). La fe en Dios es un don divino. La fe en Dios es dada como respuesta a la Palabra de Dios al entrar en nuestra vida bajo el poder activo del Espíritu Santo. Hemos estado caminando en una dirección en la vida, cuando de repente Dios habla su Palabra en nuestra situación. El resultado de esto es que nos detenemos y nos volvemos para oír esta voz que nos está hablando. Cuando nos volvemos de nuestra vieja dirección en la vida y escuchamos en cambio la Palabra de Dios, entonces el Espíritu Santo nos trae algo que no teníamos antes: ¡el don de la fe! (Romanos 10:17).
La fe es la gracia hecha realidad en nuestra vida. La gracia de Dios viene a nosotros por la fe. La fe construye un puente entre nosotros y Dios, a través del cual Su gracia puede venir a nosotros.

2. La fe es VERDAD (Judas:3)
En varias ocasiones la palabra “fe” aparece en el Nuevo Testamento con un artículo definido delante de ella, es decir “la” fe. Eso nos dice que hay algo definido acerca de esta fe. Hay contenido en ella (1 Corintios 16:13). No sólo es importante que creamos, es importante lo que creemos. Existe un cuerpo de verdad que abarca la revelación de Dios a nosotros en Jesús. Esta es la verdad que es la base de nuestra fe. La fe no se apoya en una buena idea o en alguna experiencia emocional que hayamos tenido. Se apoya en la obra declarada y en la Palabra de Dios en Jesús.

3. La fe es un DON (1 Corintios 12:9)
Este don de fe es para ocasiones y necesidades específicas. Como los otros dones espirituales, este don de fe nos abre a una capacidad y potencial que no pertenece a nuestra vieja concupiscencia. Es esta fe que mira lo imposible y clama, “será hecho”. Esta clase de fe es casi un insulto a nuestro carne y mente humana, porque está sujeta a una dependencia como de niño en Dios. Exige que dejemos nuestros propios esfuerzos y planes para obrar las cosas a nuestra manera, y que nos echemos de nuevo en la gracia de nuestro Padre celestial que nos dará la gracia que necesitamos para ayudarnos en tiempo de necesidad.

4. La fe es PODER
La fe es vital, dinámica, eficaz y poderosa. Siempre que oímos sobre la fe en las Escrituras es que algo poderoso está pasando. (Hechos 3:16) Jesús nos dio algunas promesas de fe maravillosas y poderosas (Mateo 21:22; Marcos 11:22,23; Juan 14:12-14).

S. La fe es VICTORIA
Los hombres de fe han sido siempre aquellos que han conocido el secreto de cómo derribar el sistema mundano (1 Juan 5:4). Han sabido resistir a los enemigos del reino de Dios. Por supuesto, la fe y la obediencia están conectadas muy de cerca. La fe nos capacita para creer la Palabra de Dios y la obediencia nos capacita para llevarla a cabo.
d) La fe y la Palabra de Dios
La fe y la Palabra de Dios van mano a mano. La fe no es sólo una buena idea para poner en práctica. La fe real depende de una Palabra de Dios (Isaías 55:11). El hecho emocionante que la fe confiesa es que Dios es un Dios comunicador. Tiene algo que decir en cada situación, y si tomamos el tiempo para escuchar, oiremos lo que nos está diciendo. La Palabra de Dios crea fe y llama a la fe (Romanos 10:17). No podemos vivir en la fe real hasta que oigamos la Palabra de Dios para la situación. Esta palabra entonces exige fe de nosotros y podemos mantenernos firmes en ella. Existe una diferencia entre el orar acerca de algo y mantenerse firme en la fe. El orar acerca de algo infiere un modo de enfoque más general en el cual tu mente puede o no tener el asunto claro. El mantenerse firme en la fe es una actitud tomada a la luz de una Palabra de Dios. Puede ser que todos los hechos no sean claros, y ciertamente, es improbable que la manera en que la fe vaya a ser cumplida sea obvia en ese momento. ¡Pero la fe lo sabe! Tiene un entendimiento interior del asunto y una convicción de espíritu que la hace segura del resultado.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

Por tanto, la diferencia entre la fe y una buena idea es la Palabra de Dios. Esta es un área en la que las personas pueden equivocarse, porque permiten que sus deseos y ambiciones humanos tomen el control y reclaman revelación divina, cuando, en realidad, no tienen tal cosa. Desde el nivel humano existe un elemento de riesgo vinculado a la vida de fe. A John Wimber le gusta deletrear la fe como RIESGO.

El Espíritu Santo muchas veces usa las Escrituras en situaciones de fe, porque una vez que las haya subrayado por nosotros, podemos seguir volviendo a ellas y darnos cuenta de que no han cambiado. No están sujetas al recuerdo de tu experiencia, y son más susceptibles a la prueba de interpretación que al verdadero entendimiento. Por supuesto, también podemos recibir una Palabra de Dios por otros medios como la profecía, visiones, enseñanza, etcétera.

e)  Cinco cosas que la Palabra de Dios hace por nosotros

1. Crea fe en nosotros (Romanos 10:8,17)
Sin esta Palabra de Dios no puede haber fe. La fe está basada en el carácter invariable de Dios (Santiago 1:17; Salmos 9:10) y en su palabra (Números 23:19).

2. Nos prepara para la fe (1 Juan 3:21)
La Palabra de Dios es poderosa. Penetra incluso hasta dividir el alma y el espíritu; las coyunturas y los tuétanos; juzga los pensamientos y actitudes del corazón (Hebreos 4:12). La Palabra de Dios puede separar las cosas que sólo son parte de nuestra propia alma (es decir, mente, emociones y voluntad) de las cosas que son parte de nuestro espíritu (que contiene al Espíritu Santo y nuestra conciencia de Dios). Puede separar entre coyunturas (es decir las partes del cuerpo capacitan la actividad) y los tuétanos (es decir, la parte del cuerpo que produce las células sanguíneas y, por consiguiente, la vida). Necesitamos. actividad como discípulos de Jesús, pero no debemos estar ocupados y superatareados sólo porque sí. Necesitamos hacer sólo las obras de Dios, porque estas obras tienen vida y producen vida. También necesitamos la Palabra de Dios para juzgar entre los pensamientos y actitudes del corazón. Necesitamos desarrollar los pensamientos e ideas en Dios, pero no debemos permitir que nuestros pensamientos lleguen a estar fraguados en hormigón y por tanto llegar a ser actitudes rígidas e inflexibles que están poco dispuestas a madurar o cambiar.
Mientras haya algo malo en nuestra vida, no podemos entrar en la presencia de nuestro Padre celestial con ninguna medida de confianza espiritual. Esto es cuando necesitamos el coraje de vivir bajo el foco de la Palabra de Dios (Hebreos 4:1, 13).

3. Nos capacita en fe
Lo tremendo acerca de la Palabra de Dios es que nos provee con una alternativa activa para todos los pensamientos y actitudes negativos de nuestra vieja concupiscencia. Nuestra mente es así de importante para la vida de fe. Somos susceptibles a todas las impresiones de nuestros cinco sentidos. Satanás intenta llevarnos a la esclavitud de lo que es tangible y obvio. Quiere que vivamos nuestra vida al nivel de lo que vemos inmediatamente ante nuestros ojos. El propósito de Dios es que seamos renovados en las actitudes de nuestra mente (Romanos 12:2). Necesitamos estar en el poder vivo de la Palabra de Dios.

4. Nos dirige en fe (Isaías 30;21)
Necesitamos la Palabra de Dios para dirigirnos, no sólo para que sepamos recibir sus recursos, sino también usarlos. Cuando Dios habla su Palabra podemos confiar en ella, porque El está en el control de la situación y sabe lo mejor.

5. Confirma la fe en nosotros
Muchas veces Dios nos dará una Palabra que nos capacitará para continuar en nuestra posición de fe (Isaías 66:9).
f) Cinco impedimentos a la fe
1. Presunción (Proverbios 3:5; Jeremías 23: 25-32).
2. Temor (Marcos 4:40; Juan 14:1).
3. Buscar gloria y alabanza de hombres en vez de Dios (Juan 5:44).
4. Duda (Santiago 1: 6-8; Marcos 11:23).
5.Una conciencia culpable que proviene de no obedecer la Palabra de Dios ni hacer lo que a El le agrada (1 Juan 3: 21-22).
g) Tu Dios es demasiado pequeño
Satanás sabe que si vivimos con una visión disminuida de Dios entonces nuestra fe no se levantará nunca a la altura de la necesidad. ¡Dios es el mayor hecho de fe! Dios es vivo y activo. Hemos sido puestos en contacto con el Dios que hizo el universo. La fe es como un gran experimento en Dios. Si Dios no está allí, entonces la fe fracasará. En efecto, nuestro nivel de fe nos demuestra el tamaño de nuestro Dios. Dios invita a todo su pueblo que le ponga a prueba (Malaquías 3:10). De esto es lo que trata la fe cristiana. El mismo inmenso poder que usó Dios cuando resucitó a Jesús de la muerte, está disponible para nosotros, según nuestra fe (Efesios 1:19-20).
h) Tú eres demasiado pequeño
Si Satanás fracasa en su ataque a nuestra perspectiva de Dios vuelve su atención a nuestra perspectiva acerca de nosotros mismos. Lo que hace es empezar con lo que sabemos que son las debilidades de nuestra carne y naturaleza, y las amplía fuera de toda proporción hasta que no quede vestigio de fe en Dios o en nosotros mismos. Mucha gente vive con una imagen de sí misma tan pobre que encuentra la fe imposible. Necesitamos entrar en quiénes somos en Jesús.

La Biblia dice:

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas..
(2 Corintios 5:17)
Necesitamos vernos en Cristo y mirar más allá de las debilidades de nuestras viejas concupiscencias. Cuando nos mantenemos firmes en la fe para algún asunto en particular, existen ciertos factores que Satanás usará y de los que necesitamos estar a la expectativa como rutina. Intentará despertar dudas en la Palabra de Dios, es decir, intentará mezclar un poco de racionalismo con la fe; o intentará sentimientos de debilidad, indignidad, oscuridad, desesperación, depresión, desesperanza e incluso muerte.

Sin embargo, ¡estas cosas no son la realidad total! La realidad absoluta es Dios. La realidad es lo que Dios ha hecho por nosotros en Jesús. Es lo que Dios hace y hará por nosotros en el poder de su Espíritu Santo. Esto no es una ruta de escape de la realidad. No es intentar fingir que las dificultades no están allí. La fe no es ilusión. No estamos negando la realidad del dolor, o la verdad acerca de las situaciones.

La cuestión que la fe plantea es esta: ¿Existe una verdad más allá de aquella que parece obvia en el momento? Y la fe clama: “¡Sí, existe! ¡Esa verdad es Dios!” Si Abraham se hubiera enfrentado a los hechos; ¿dónde le hubieran dejado? El miró más allá y escuchó la promesa de Dios (Hebreos 11:12). La fe siempre está en el lugar de tomar una decisión. Tenemos que escoger entre el testimonio de Dios o el testimonio de los hombres. Tenemos que escoger si aceptar las cosas como son o parecen ser, o si estar en fe con Dios que dice que nada es imposible para El.

La fe mira hacia Dios. La fe ve el poder de Dios. La fe se apoya en la Palabra de Dios. La fe reclama las promesas de Dios. La fe opera en el poder de Dios. La fe es de Dios desde el principio hasta el fin. Nace en su corazón y la planta en nuestro corazón. Por eso la fe es nuestra victoria porque:

Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el inundo.
(1 Juan 4:4)
i) Siete pasos para la fe eficaz
1. Edificar nuestra relación con el Padre
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos cómo orar les dijo que orasen a su Padre en el cielo (Mateo 6:9). Somos hijos de Dios (Romanos 8:16). La confianza en nuestro Padre celestial es la base de nuestra fe. Cualquier cosa que rompe esta relación rompe la fe (1 Juan 3:21-22). En el corazón de la fe necesita haber una relación abierta entre Dios nuestro Padre y nosotros como sus hijos. Venimos para pedirle cosas de mucha importancia. Necesitamos poder mirarle a los ojos y saber que existe una confianza entre nosotros (1 Juan 1:8-9). La fe obra mejor en un papel en blanco, por lo tanto, necesitamos mantener nuestra cuenta al día, diariamente con nuestro Padre en el cielo.

2. Escuchar a Dios
La fe depende del oír la Palabra de Dios. Una vez que hayamos oído la Palabra de Dios sobre el asunto, podemos permitirnos el lujo de esperar su respuesta, no importa el tiempo que tarde. Es importante esperar la Palabra de Dios, probarla y guardarla, para asegurarnos de que estamos en terreno de fe.

3. Construir tus Ebenezers
En el Antiguo Testamento, los Ebenezers eran pilares de piedra apilados como testigos de la ayuda que Dios había dado, por ejemplo, 1 Samuel 7:12. Estos servían como testimonio, para aquella generación y generacio­nes futuras, de la bondad de Dios. La fe se construye sobre la fe. Cuanto más sigues en fe, tantos más testimonios tienes personalmente del poder salvador de Dios. Este es el motivo por el que los verdaderos hombres de fe no pueden ser estremecidos en su confianza en Dios. Pueden llevarte de gira por sus Ebenezers. Es necesario, a veces, ir y mirar de nuevo en fe, las cosas que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. Están allí y se mantienen como testigos incuestionables de la bondad de Dios.

4. Usar los dones del Espíritu Santo
Si lees 1 Corintios 12:7-11 descubrirás que Dios ha provisto toda una gama de dones que son útiles para la vida de fe. Existe el entendimiento y conocimiento espiritual; y los dones de discernimiento y de fe. Todos son una parte de la provisión de Dios para la vida de fe y están disponibles a todos los que los busquen y los necesiten. El don de lenguas es particularmente apropiado cuando buscamos la opinión de Dios sobre un asunto determinado. Necesitamos dar sitio para que el Espíritu de Dios opere porque El sabe cómo orar (Romanos 8:26).

5. Pedir en fe
Jesús enseñó:
Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
(Lucas 11:9)
La fe es conocer la voluntad de Dios y sencillamente, entrar en ese conocimiento ante el Padre para confirmar ese ruego. La mayoría de la gente ora sin conocer y, por tanto, no está segura si su oración será contestada o no. La parte del ejercicio de fe más desafiante, y a veces el más prolongado, no es el pedir en fe; sino el proceso de llegar a estar seguro en la fe. Una vez que estés seguro, existe una gran paz y certeza en el Espíritu y no importa, en un sentido, el tiempo que tarde para que la respuesta aparezca en la práctica (Marcos 11:24).

6. Ganar la liberación de Satanás
Es necesario reclamar los recursos de Dios para su propio uso. Satanás domina grandemente las áreas de finanzas y poder. Intenta retener lo que es legítimamente de Dios y mantener al pueblo del Señor en pobreza y necesidad en su obra para el Reino. Esto no es correcto y necesitamos aprender a prevalecer contra el diablo, en alabanza y adoración para librar estas cosas de su mano. Este es el por qué necesitamos aprender a dejar que el enemigo se entere de nuestras oraciones. No le pedimos nada, sino que le dejamos saber que no vamos a permitir que retenga ninguna cosa buena que pertenezca a Dios. El temor muchas veces es un factor que impide a la gente moverse en la fe. Esto no viene de Dios (2 Timoteo 1:7). Necesitamos ver que en Jesús nos ha sido dada la autoridad de vencer al enemigo y librar los recursos necesarios en su nombre. (Colosenses 2:15; Colosenses 3:17).

7. Volver a la primera Palabra
En el período después de recibir la garantía de fe, muchas veces somos vulnerables al ataque por medio de semillas de confusión. En tales momentos necesitamos volver a la primera palabra de garantía. Dios no es un Dios de confusión sino de orden. Si tienes problemas reales, entonces coge tu dificultad y compártela con una persona de fe en quien sabes que puedes confiar (Isaías 55:11-13).
Jesús dijo:
Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
(Lucas 18: 8)
j) Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Qué lecciones de fe podemos aprender de la vida de Abraham? (Romanos 4:17-20).
2. ¿Podemos “nombrarlo y reclamarlo”?
3. ¿Por qué es arriesgada la fe?
4. ¿Por qué la gente con una imagen pobre de sí misma encuentra difícil, o incluso imposible, la fe?
5. ¿Vale la pena averiguar por lógica o razonamiento, cómo será realizada nuestra postura de fe?
6. ¿Quién es la fuente de nuestra fe y de toda nuestra provisión?
7. La realidad es lo que vemos nosotros o lo que dice Dios?
k) Resumen y aplicación
1. La fe libera el poder de Dios.
2. La fe es la confianza vertical, no la creencia horizontal.
3. Ser creyente cristiano significa nacer en fe y entrar en la fe. El desafío de Jesús es que seamos fieles a nuestro derechos de nacimiento y vida por fe.
4. La fe es dada como resultado de haber recibido la Palabra de Dios en nuestra vida.
5. La fe crecerá a medida que lleguemos a conocer a Dios y su Palabra (la Biblia).
6. La fe no crece a base de esfuerzos propios, sino por nuestro mirar hacia Dios (Hebreos 12:2; Marcos 11:22). 7. Nuestro nivel de fe muestra la dimensión de nuestro Dios.
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