Lección 54. Arrepentimiento: Cómo hacer frente al pecado

a) Escrituras clave
Hechos 2:38-39
Lucas 15:7-10
Ezequiel 18:30-32
b) Introducción
Para convertirse en cristiano, o hijo de Dios, el primer paso necesario es arrepentirse. Mirar el griego y hebreo originales nos da más comprensión del significado de esta palabra. La palabra griega traducida por «arrepenti­miento» es «metan oía» la cual significa tener otra opinión, o cambiar de curso después de una mayor comprensión (Mateo 4:17; Marcos 1:15). Una de las palabras hebreas traducida como «arrepentimiento» es «sub.» que significa «volver atrás»; es decir, cambiar de sentido en nuestro experimentar (1 Reyes 8:47; Ezequiel 14:6). Hoy día, la palabra «arrepentimiento» ha llegado a significar sencillamente sentir pena por lo que hemos hecho, o lamentar algo, pero como se puede ver, en términos bíblicos tiene un significado más profundo que este. Arrepentirse es el primer movimiento del discipulado.
c) ¿Cuál es el, arrepentimiento verdadero?
Es un cambio de sentido completo en pensamiento y acción.
(I) Nosotros cambiamos nuestro pensamiento
Existe una nueva perspectiva de la naturaleza, horror y consecuencia del pecado. Existe un reconocimiento de que lo que somos en nosotros mismos es profundamente aborrecible a un Dios santo.
(II) Nosotros cambiamos nuestras acciones
Nos volvemos hacia Dios desde nuestra desobediencia, egoísmo y rebelión. Nos apartamos del pecado y sometemos nuestra vida a Dios y hacemos a Jesús nuestro Señor.
Es nuestra responsabilidad el arrepentimos. Todos hemos pecado y, por tanto, todos tenemos la necesidad de aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador. En la cruz Jesús pagó el precio de nuestro pecado y nos llevó de nuevo a una relación con Dios, pero nosotros tenemos que arrepentimos de nuestros pecados y luego vivir con Jesús como nuestro Señor. Dios no puede hacer nada más, el resto es asunto nuestro.
d) Tres elementos importantes en el arrepentimiento
                 
(1) El arrepentimiento es cognoscitivo
Esto significa muy sencillamente que hay algo que tiene que ser comprendido. El arrepentimiento envuelve el reconocimiento de nuestro pecado y su horror a los ojos de un Dios santo. Dios quiere que veamos nuestro pecado y que lo comparemos con su santidad. Dios quiere que veamos dónde estamos ante El. Quiere que le entreguemos nuestra vida en sus manos y que dejemos al Espíritu Santo mostramos estas cosas, en especial mientras leemos la Palabra de Dios.
4. Arrepentimiento: Cómo hacer frente al pecado
a) Escrituras clave
Hechos 2:38-39
Lucas 15:7-10
Ezequiel 18:30-32
b) Introducción
Para convertirse en cristiano, o hijo de Dios, el primer paso necesario es arrepentirse. Mirar el griego y hebreo originales nos da más comprensión del significado de esta palabra. La palabra griega traducida por «arrepenti­miento» es «metan oía» la cual significa tener otra opinión, o cambiar de curso después de una mayor comprensión (Mateo 4:17; Marcos 1:15). Una de las palabras hebreas traducida como «arrepentimiento» es «sub.» que significa «volver atrás»; es decir, cambiar de sentido en nuestro experimentar (1 Reyes 8:47; Ezequiel 14:6). Hoy día, la palabra «arrepentimiento» ha llegado a significar sencillamente sentir pena por lo que hemos hecho, o lamentar algo, pero como se puede ver, en términos bíblicos tiene un significado más profundo que este. Arrepentirse es el primer movimiento del discipulado.
c) ¿Cuál es el, arrepentimiento verdadero?
Es un cambio de sentido completo en pensamiento y acción.
(I) Nosotros cambiamos nuestro pensamiento
Existe una nueva perspectiva de la naturaleza, horror y consecuencia del pecado. Existe un reconocimiento de que lo que somos en nosotros mismos es profundamente aborrecible a un Dios santo.
(II) Nosotros cambiamos nuestras acciones
Nos volvemos hacia Dios desde nuestra desobediencia, egoísmo y rebelión. Nos apartamos del pecado y sometemos nuestra vida a Dios y hacemos a Jesús nuestro Señor.
Es nuestra responsabilidad el arrepentimos. Todos hemos pecado y, por tanto, todos tenemos la necesidad de aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador. En la cruz Jesús pagó el precio de nuestro pecado y nos llevó de nuevo a una relación con Dios, pero nosotros tenemos que arrepentimos de nuestros pecados y luego vivir con Jesús como nuestro Señor. Dios no puede hacer nada más, el resto es asunto nuestro.
d) Tres elementos importantes en el arrepentimiento
(1) El arrepentimiento es cognoscitivo
Esto significa muy sencillamente que hay algo que tiene que ser comprendido. El arrepentimiento envuelve el reconocimiento de nuestro pecado y su horror a los ojos de un Dios santo. Dios quiere que veamos nuestro pecado y que lo comparemos con su santidad. Dios quiere que veamos dónde estamos ante El. Quiere que le entreguemos nuestra vida en sus manos y que dejemos al Espíritu Santo mostramos estas cosas, en especial mientras leemos la Palabra de Dios.
(II) El arrepentimiento es emocional
Si verdaderamente reconocemos nuestro estado ante Dios tendremos una poderosa reacción emocional (Isaías 6:5). Envolverá un sentido profundo de ofensa y lamentación (Salmos 51:9). Sentiremos el peso de todo lo malo en nuestra vida. Este sentimiento puede ser verdaderamente quitado sólo cuando lleguemos al punto de recibir perdón de Dios (2 Corintios 7:9-10). La tristeza que es, según Dios, parte de la manera en que el Espíritu Santo nos lleva al punto donde recibiremos la Palabra de Dios para nuestra vida.
(III) El arrepentimiento es por voluntad propia
Esto es, envuelve la voluntad. El arrepentimiento es un cambio de opinión, de corazón y de propósito; definitivamente, toda la dirección de la vida de uno. Es conversión. Es un «cambio de sentido» y el principio de una nueva vida bajo el poder de Dios. La iniciativa de este acto de arrepentimiento se encuentra en Dios, en que El nos muestra nuestra necesidad y nuestro estado ante El, pero nosotros debemos actuar sobre esta relación (Romanos 2:4). ¡La elección es nuestra!
e) El poder del perdón
El arrepentimiento no se encuentra solo, el perdón es su gemelo espiritual. Después de haber experimentado nuestro pobre estado en la presencia santa de Dios, necesitamos experimentar la grandeza del amor y misericordia de Dios. Dios nos dio a su Hijo unigénito para que tuviéramos perdón. Le costó mucho, pero esto es cuanto nos ama (1 Juan 1:7-9). Existe sólo una manera para deshacernos de nuestro pecado y eso es por la boca, es decir, confesarlo. Dios nos perdonará si nosotros, a la vez, tomamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Cuando lo hacemos Dios se olvida de que hemos pecado. El borra aquel pecado de su memoria. Ya no necesitamos sentimos condenados o culpables, porque Dios nos ha aceptado.
¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
(Romanos 2:4)
f) Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Podemos arrepentimos de verdad si no sabemos realmente cómo Dios nos ve a nosotros, nuestra vida y acciones?
2. ¿Por qué no es suficiente sólo sentir pena por nuestros pecados?
3. ¿Será la vida aburrida y sosa al arrepentimos, si aparentemente tenemos que renunciar a tanto?
4. En términos prácticos, ¿qué involucrará el arrepentimiento verdadero en nuestra vida diaria?
5. Cuando seguimos el camino de Dios en vez del nuestro, ¿qué regirá nuestro corazón? (Colosenses 3:15-17).
g) Resumen y aplicación
1. A lo que nos entregamos y lo que damos de alimento a nuestra mente, acabará siendo lo más importante para nosotros.
2. Necesitamos arrepentimos y darle la espalda a nuestras costumbres pecaminosas y egoístas, y volvernos a Dios y seguir su camino. El nos ama, nos conoce y sólo quiere lo mejor para nosotros.
3. Necesitamos destronar el yo en nuestra vida y ofrecemos a Dios para ser de su propiedad. Dejar que Jesús sea nuestro Señor.











Lección 53. ¿Qué es el pecado?

a) Escrituras clave
·  Romanos 3:23
·  Romanos 6:23
·  Isaías 59:2
b) Introducción
Pecar es hacer algo que desagrada a Dios. Toda persona nacida en el mundo es un pecador. Incluso el bebé más hermoso y de apariencia inocente inevitablemente pecaría, porque no es la primera acción pecadora lo que hace del niño un pecador, sino que el niño comete el pecado porque expresa la naturaleza pecadora con la cual nace (Salmo 51:5). 


La vida natural es pecadora porque se centra en uno mismo en vez de en Dios. Los deseos e intenciones de un niño se centran en sí mismo. Está determinado a agradarse a sí mismo y a tener sus deseos cumplidos. La esencia del problema es, que por naturaleza, queremos agradarnos a nosotros mismos. 


Cuando actuamos con naturalidad, como resultado de la naturaleza egoísta con la cual nacemos, inevitablemente pecamos y desagradamos a Dios (Romanos 3:23). El pecado no sólo desagrada a Dios sino que también separa a las personas que El ha creado, de la gloria que El pretende para ellos. Esto demuestra la naturaleza destructiva del pecado. El pecado separa al hombre de Dios. Los pecadores están enajenados de El, no le conocen, tampoco pueden disfrutar de comunión con El. Desde el nacimiento cada uno está separado de Dios. Si esto no fuera así todo hombre, mujer y niño conocería a Dios de forma natural. ¡Por supuesto esto no es así!
c) Algunas consecuencias del pecado
– Entristece a Dios (Génesis 6:5-7).
– Trae culpabilidad (Salmo 51:3-4).
– Trae separación de Dios (Isaías 59:1-2). Trae juicio y castigo eterno (Mateo 25:46).
– Esclaviza (Romanos 6:17).
– Causa ceguera espiritual (2 Corintios 4:4).
– Causa muerte espiritual (Efesios 2:1).
– Trae falta de esperanza (Efesios 2:12).
– Corrompe (Tito 1:15).
– Condena (Santiago 5:12).
d) Las palabras bíblicas para el pecado
La Biblia usa más de una palabra para describir esta experiencia universal de la separación y enajenamiento del hombre, de Dios. Las palabras utilizadas pueden ser clasificadas en cuatro secciones principales.
(I) Desviación de una norma o pauta
Chatth: no acertar o equivocarse (Jueces 20:16; Salmo 51:4).
Avon: torcer o pervertir, es decir, hacer lo incorrecto deliberadamente aun conociendo lo correcto (Job 33:27).
Shagah: extraviarse o errar (Job 19:4; Levítico 4:13).
Parabasis (N.T.):desviarse bruscamente de una línea recta, es decir, traspasar un límite (Romanos 4:15; Gálatas 3:19).
Hamartia (N.T):no acertar (Mateo 1:21; Romanos 6:23).
Paraptoma (NT): allanar, dar un paso falso en lugar de uno verdadero, o caerse de un camino (Colosenses 2:13; Efesios 2:5).
(II)Descripción de un estado
Es un estado fijo en que los hombres están atrapados.
Rasha: a menudo traducido «malo» o «impío» (Salmo 1:6; Salmo 37:28).
Asham: ofender o ser culpable (Génesis 26:10; Levítico 5:15-16, usado para una ofrenda por culpa).
(III) Rebelión deliberada
Este es un estado en el que la gente siente que puede arreglárselas sin Dios, es decir, en orgullo la gente declara su independencia de Dios.
Persha: amenazar a Dios con el puño (Isaías 1:2; 1 Reyes 12:19). Anomia (N.T): desorden o rebelión (2 Corintios 6:14; 1 Juan 3:4).
(IV) Acciones o actitudes intrincadas
Marah: ser contencioso, revoltoso o terco (Salmo 78:8).
Marad: rebelarse (Números 14:9).
Rada: ser pernicioso o malo, es decir, un acto específico de maldad (Génesis 19:7).
(Nótese: La idea misma del pecado lleva consigo la realidad de algo que ha sido perdido, desviado o roto. Nos enajena o separa de un Dios amoroso. Causa problemas entre los hombres y por último desbarata al hombre en sí mismo.)
e) Nuestra respuesta
Todo el mundo es responsable de su propio pecado (Romanos 14:12). Todos hemos pecado y hemos preferido el egoísmo a amar a Dios ante todo. Dios quiere que nos alejemos del pecado y que vivamos (Ezequiel 18:20-23). El hombre escogió pecar contra el deseo de Dios. Dios conocía las consecuencias de aquella decisión, pero dio al hombre el derecho de escoger. Hoy en día todavía tenemos una elección, o bien permanecer en nuestro pecado y por tanto continuar en nuestra separación de Dios, o bien aceptar a Jesús como nuestro Salvador y Señor. Jesús sacrificó Su vida para que podamos ser salvos de la culpabilidad, las consecuencias y el poder del pecado. Dios no puede tener una relación con una persona que haya pecado aunque sea una sola vez, porque es santo. Ha proveído un camino para que nuestro pecado sea aniquilado y quitado. Si tomamos este camino, entonces Dios puede venir y volver a tener una relación con nosotros. Esto es para lo que nosotros, como seres humanos, fuimos creados. Es por lo que nuestros corazones se sienten vacíos cuando no tenemos relación con el único Dios verdadero.
Dios quiere que le conozcamos, que conozcamos Su voluntad para nosotros y, por amor a El, ser preparados para realizar el propósito que tiene para nosotros. Quiere que seamos parte de su Reino y que nos convirtamos en hijos suyos. Primero, nuestros pecados deben ser perdonados. Segundo, la naturaleza pecaminosa con la cual nacimos debe ser matada y debemos nacer de nuevo (Juan 3:5-7), entonces tendremos una naturaleza nueva y podremos conocer a Dios y disfrutar de comunión con El.
f) Preguntas y puntos de meditación
1. «No acertar» es una buena definición de la palabra «pecado». Discútelo.
2. ¿Cuál es la consecuencia universal del pecado? (Isaías 59:1-2).
3. ¿Por qué dio Dios al hombre libre albedrío, si sabía que el hombre pecaría y por tanto estaría separado de El?
4. ¿Qué le pasó a Adán cuando pecó?
5. ¿Cuál fue el resultado del pecado de Adán para el resto de la humanidad (qué son los hijos de Adán)? 6. ¿Por qué es la culpabilidad un gran problema para la mayoría de la gente? 7. ¿Por qué la mayoría de la gente no reconoce que está desagradando a Dios?
g) Resumen y aplicación
1. Toda la gente nace con una naturaleza pecaminosa.
2. Como humanos nuestra predisposición natural es hacia las cosas que desagradan a Dios.
3. Todo el mundo es responsable y tendrá que rendir cuentas por sus propios pecados.
4. Dios el Padre mandó a Jesús para llevar nuestro pecado en sí mismo.
5. Para valernos de la obra de Jesús necesitamos pedir a Dios que nos perdone por todo lo que hemos hecho que le desagrada y aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador.

Lección 46. El cristiano y su hogar.

En la lección anterior has visto cómo la madurez cristiana está identificada con el equilibrio en la vida. Es decir, que tu crecimiento debe ser equilibrado en todo tu ser espíritu, alma y cuerpo, dando la debida atención a tu vida espiritual, pero sin descuidar tu familia y tus responsabilidades en cuanto al estudio, trabajo y relaciones sociales y ciudadanas.
Avanzando hacia la madurez cristiana, consideraremos en ésta y las dos lecciones siguientes, la enseñanza bíblica en cuanto al hogar, la iglesia y el mundo, como tres círculos progresivos de nuestra responsabilidad cristiana.

Ora primero, dispuesto a hacer la voluntad de Dios, en la medida en que vas descubriéndola en su Palabra.

A. LA ENSEÑANZA BÍBLICA SOBRE EL HOGAR

1. Los propósitos de Dios para el hogar

Los propósitos de Dios para el hogar están íntimamente ligados a sus propósitos por los cuales creó al ser humano. Anota esos propósitos según la Biblia:

a. Isaías 43:7:
todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

b. Génesis 1:26:
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

c. Génesis 2:18.
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

¿Cuáles fueron los dos propósitos por los cuales creó a la mujer, y con ello el matrimonio?

d. Efesios 5:31-32:
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
(Efesios 5:32)  Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
(Efesios 5:33)  Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

Reuniendo la enseñanza de estos textos, vemos que Dios creó al hombre para gloria suya, y para administrar todo lo que había creado. Para ello le da una ayuda idónea, con quien debe tener una relación tal, que sea expresión de la relación entre las tres personas de la Trinidad: unidad y complementación; y que refleje la relación entre Dios mismo y su criatura: amor y sujeción. El hogar debe servir así como ambiente apropiado para los hijos, quienes nacen con los mismos propósitos eternos.
Por todo ello, el hogar debe ser un lugar donde el amor se manifieste en unidad, compañerismo y complementación, que permita el desarrollo armonioso de la personalidad.

2. El matrimonio, base del hogar

Malaquías 2:14.
Claman: «¿Por qué el SEÑOR no acepta mi adoración?». ¡Les diré por qué! Porque el SEÑOR fue testigo de los votos que tú y tu esposa hicieron cuando eran jóvenes. Pero tú le has sido infiel, aunque ella siguió siendo tu compañera fiel, la esposa con la que hiciste tus votos matrimoniales.  (NTV)

A la luz de este texto, ¿qué es el matrimonio?:

El hogar debe estar basado en el matrimonio como un pacto espiritual entre un hombre y una mujer y ante Dios. No hay otra forma lícita según Dios, y por lo tanto no hay otra forma que cuente con la bendición de Dios.

3. El secreto de un hogar feliz

a. Salmo 127:1:Si el SEÑOR no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el SEÑOR no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada. (NTV)

b. Juan 15:5:Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada. (NTV)

c. Filipenses 4:13:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Aunque hay principios bíblicos específicos para el hogar, el secreto de un hogar feliz descansa sobre el principio general de que el Señor Jesucristo esté presente en él. Esto es posible cuando cada miembro es un hijo de Dios y mantiene una relación personal de comunión con El. Más aún si vive lleno del Espíritu Santo, mostrando el fruto del Espíritu en su vida (Gálatas 5:22-23). Implica honrarle en un tiempo devocional unido como familia.

B. LAS RELACIONES ENTRE LOS ESPOSOS
Siendo el matrimonio la base del hogar, la relación entre los esposos es fundamental para un hogar que dé gloria a Dios, cumpla sus propósitos y al mismo tiempo dé felicidad a sus miembros.

1. Los principios de relación entre esposos

a. Efesios 5:22-24.
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.  

¿Qué debe hacer la esposa?
Estar Sujeta a su marido

b. Efesios 5:25-29.
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 
para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia

¿Qué debe hacer el esposo?
Amar a su mujer, sustentarla y cuidarla.


c. Efesios 5:31.
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 

Entendiendo que el principio es válido para los dos cónyuges, ¿qué deben hacer esposo y esposa?
Dejar de vivir con su Padre y a su madre y construir un nuevo hogar

d. ¿Por qué debe sujetarse la esposa al esposo? 

Efesios 5:23:
porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 
 

1 Pedro 3:1-2:
De la misma manera, ustedes esposas, tienen que aceptar la autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando alguno de ellos se niegue a obedecer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán ganados al observar la vida pura y la conducta respetuosa de ustedes. (NTV)

e. ¿Por qué debe amar el esposo a la esposa?

Efesios 5:28-29
De la misma manera, el marido debe amar a su esposa como ama a su propio cuerpo. Pues un hombre que ama a su esposa en realidad demuestra que se ama a sí mismo. Nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida tal como Cristo lo hace por la iglesia. (NTV) 

1 Pedro 3:7:
De la misma manera, ustedes maridos, tienen que honrar a sus esposas. Cada uno viva con su esposa y trátela con entendimiento. Ella podrá ser más débil, pero participa por igual del regalo de la nueva vida que Dios les ha dado. Trátala como es debido, para que nada estorbe tus oraciones. 

f. ¿Cómo debe ser la sujeción de la esposa al esposo? 

Efesios 5:22.
Para las esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor,

g. ¿Cómo debe amar el esposo a la esposa?

Efesios 5:25,28. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.  Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.

h. ¿Cómo debe tratar el esposo a la esposa?

Colosenses 3:19:
Maridos, ame cada uno a su esposa y nunca la trate con aspereza.

2. La comunicación en el matrimonio

El matrimonio es una relación donde el amor debe manifestarse en unidad, compañerismo y complementación. Por ello es tan importante la comunicación entre los esposos. Marido y mujer son "una sola carne", esto significa que los dos son como una sola persona. Por lo tanto la comunicación debe ser fluída, sin secretos entre ambos, y menos aún engaños o "medias verdades" (que son realmente mentiras). El engaño destruye la confianza y la unidad del matrimonio.
La comunicación es un arte que se perfecciona en la práctica, y más cuando se practica con conciencia de la presencia de Dios por su Espíritu Santo.

3. El sexo en el matrimonio

En Génesis 1:31, ¿cómo calificó Dios todo lo que había creado?
Lo calificó como Bueno.

La sexualidad y la relación sexual han sido dados por Dios al ser humano como parte de su creación, y por lo tanto no pueden ser malos ni pecaminosos en sí. Es la perversión del sexo lo que constituye pecado, denunciado duramente por Dios como contrario a la santidad. El sexo pecaminoso rebaja al ser humano y termina esclavizándolo. Esto incluye toda forma de sexo antinatural.

a. Hebreos 13:4. ¿Cómo considera Dios el matrimonio y la relación sexual dentro de él?
Honren el matrimonio, y los casados manténganse fieles el uno al otro. Con toda seguridad, Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.  (NTV)

b. 1 Corintios 7:3. ¿Cómo considera la Palabra la relación sexual entre los esposos?
El esposo debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposa, y la esposa debe satisfacer las necesidades sexuales de su marido.  (NTV)

c. 1 Corintios 7:4-5. ¿Qué consejo da Pablo en cuanto a abstinencia sexual entre cónyuges?
La esposa le da la autoridad sobre su cuerpo a su marido, y el esposo le da la autoridad sobre su cuerpo a su esposa. No se priven el uno al otro de tener relaciones sexuales, a menos que los dos estén de acuerdo en abstenerse de la intimidad sexual por un tiempo limitado para entregarse más de lleno a la oración. Después deberán volverse a juntar, a fin de que Satanás no pueda tentarlos por la falta de control propio.  (NTV)

C. LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES EN EL HOGAR
Los padres asumen una gran responsabilidad ante Dios y ante sus propios hijos al traerlos al mundo. Descubre algunas ense-ñanzas de la Palabra de Dios con relación a esta responsabilidad:

1. Responsabilidad espiritual

a. Deuteronomio 6:6-7:Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego.  Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.  (NTV)

b. Proverbios 22:6:
Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

c. Efesios 6:4:
Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor.  (NTV)

2. Responsabilidad moral

a. Proverbios 19:18:
Disciplina a tus hijos mientras haya esperanza; de lo contrario, arruinarás sus vidas.  (NTV) 

b. Colosenses 3:21:
Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen.  (NTV) 

c. 1 Timoteo 5:8:
Pero los que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos.  (NTV) 

d. Tito 2:6-7:
Del mismo modo, anima a los hombres jóvenes a vivir sabiamente.  (Tito 2:6 NTV) 

e. Hebreos 12:6-8. ¿Qué debe mover a un padre a disciplinar a sus hijos?

Pues el SEÑOR disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo». 
Al soportar esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre? Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino ilegítimos.  (NTV)

D. LA RESPONSABILIDAD DE LOS HIJOS EN EL HOGAR

Los hijos deben la vida a sus padres, vida que han recibido con un potencial tremendo, pues se proyecta a la eternidad en el cumplimiento de los propósitos divinos. Por ello tienen responsabilidades muy defini¬das para con ellos, que deben cumplir con gozo y gratitud, a pesar de las limitaciones, defectos y errores que pudieran tener sus padres.

1. Amor y sujeción a los padres

a. Proverbios 6:20-24:
Hijo mío, obedece los mandatos de tu padre, y no descuides la instrucción de tu madre. 
Guarda siempre sus palabras en tu corazón; átalas alrededor de tu cuello.
Cuando camines, su consejo te guiará. Cuando duermas, te protegerá. Cuando despiertes, te orientará.  Pues su mandato es una lámpara y su instrucción es una luz; su disciplina correctiva es el camino que lleva a la vida. Te protegerán de la mujer inmoral, de la lengua suave de la mujer promiscua.  (NTV) 

b. Proverbios 13:1:
El hijo sabio acepta la disciplina de sus padres; el burlón se niega a escuchar la corrección.  (NTV) 

c. Efesios 6:1:
Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto.  (NTV) 

d. Éxodo 20:12; Efesios 6:2-3:
»Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.  (Éxodo 20:12 NTV)
«Honra a tu padre y a tu madre». Ése es el primer mandamiento que contiene una promesa:  si honras a tu padre y a tu madre, «te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra».  (Efesios 6:2-3 NTV)

2. Responsabilidad moral

1 Timoteo 5:4:
Pero, si ella tiene hijos o nietos, la primera responsabilidad de ellos es poner en práctica la sumisión a Dios en su hogar y retribuir a sus padres al cuidarlos. Esto es algo que le agrada a Dios.  (NTV)

b. 1 Timoteo 5:8:
Pero los que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos.  (1 Timoteo 5:8 NTV)

c. 1 Timoteo 5:16:
Si una mujer creyente tiene parientes que son viudas, debe cuidar de ellas y no darle a la iglesia la responsabilidad. Entonces, la iglesia podrá atender a las viudas que están realmente solas.  (NTV)
 

Tus relaciones familiares, y si eres casado o casada las matrimoniales, son un indicio mucho más exacto y verídico que cualquier otro del trecho avanzado en tu camino hacia la madurez cristiana. Puedes engañar consciente o inconscientemente al Pastor, a la congregación, a vecinos y compañeros de trabajo; pero no a aquéllos con quienes convives diariamente; y menos a tu cónyuge, si lo tienes.
Por eso, analiza tu vida familiar a la luz de lo que hemos visto en esta lección; ora pidiendo la ayuda de Dios; pon en función tu fe y tu voluntad para corregir lo que haya que corregir, y desde ahora da gracias a Dios y ¡alábale por la victoria en Cristo Jesús!
Lea el siguiente versículo:
"Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante."

Efesios 5:1-2

Introducción a la lección 51. III. El Reino de Dios. Versículos principales.

(Daniel 2:44)
Y en los días de estos reyes (del tiempo final) el Dios del cielo levantará un Reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
(Daniel 4:26) Daniel le dijo al rey Nabucodonosor.
Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna.
(Esto debemos saber todos).
(Daniel 7:13)
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, (Jesús) que vino hasta el Anciano de días, (Dios Padre) y le hicieron acercarse delante de él.
(Daniel 7:14)
Y le fue dado (a Jesús) dominio, gloria y Reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
(Daniel 7:18)
Después recibirán el Reino los santos del Altísimo, y poseerán el Reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.
(Daniel 7:22)
hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el Reino.
(Daniel 7:27)
y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.
(Isaías 9:6) Nacerá un niño que es Dios y Reinará sobre todo.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
(Isaías 9:7)
Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
(Jeremías 23:5) Un descendiente del rey David (Jesucristo) que también será Jehová (Dios).
He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.
(Jeremías 23:6)
En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.
(2 Corintios 5:21) El sería nuestra justicia.
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
(Mateo 2:2) Los reyes magos preguntaron:
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. (Sabían que era Dios).
(Mateo 3:1)
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
(Mateo 3:2)
y diciendo: Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 4:17)
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 4:23) El Reino de Dios comenzó a conquistar.
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
(Mateo 5:19)
De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
(Mateo 6:10) Jesús nos enseñó a orar así:
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
(Mateo 6:33)
Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
(Mateo 8:11) El Reino está disponible para TODOS.
Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el Reino de los cielos; Ellos ya están en el Reino visible.
(Mateo 9:35) Jesús predicaba el Reino de Dios
Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
(Mateo 10:7) Jesús nos mandó a nosotros predicarlo.
Y yendo, predicad, diciendo: El Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 10:8)
Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo. Son “los poderes de l siglo venidero”
(Hebreos 6:5)
y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,
(Mateo 11:11)
De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
(Mateo 12:26) Hay otro reino, el de las tinieblas donde reina Satanás y donde el pecador vive.
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?
(Mateo 12:28)
Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
(Mateo 13:11)
El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
(Mateo 13:43)
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre.
(Mateo 16:28)
De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino. Ver Daniel 7:13-14.
(Mateo 23:13)
Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el Reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
(Mateo 24:14)
Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
(Mateo 25:34)
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
(Mateo 26:29)
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre.
(Marcos 1:14)
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del Reino de Dios,
(Marcos 1:15)
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
(Marcos 9:47)
Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el Reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
(Marcos 12:34) Este hombre no estaba lejos del Reino, pero no estaba dentro.
Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios.
(Marcos 15:43) Había muchos que esperaban el Reino de  Dios.
José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el Reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
(Lucas 1:31)
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
(Lucas 1:32)
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
(Lucas 1:33)
y reina sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
(Lucas 4:43)
Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios; porque para esto he sido enviado.
(Lucas 8:1)
Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del Reino de Dios, y los doce con él,
(Lucas 9:11)
Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del Reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.
(Lucas 9:2)
Y los envió a predicar el Reino de Dios, y a sanar a los enfermos.
(Lucas 10:9)
y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el Reino de Dios.
(Lucas 10:11)
Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el Reino de Dios se ha acercado a vosotros.
(Lucas 12:32)
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino.
(Lucas 16:16)
La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.
(Lucas 17:20)
Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el Reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,
(Lucas 17:21)
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el Reino de Dios está entre vosotros.
(Lucas 19:38)
diciendo: ¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
(Lucas 21:31)
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reino de Dios.
(Lucas 22:18)
porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el Reino de Dios venga.
(Lucas 22:29)
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
(Lucas 22:30)
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
(Lucas 23:42) El ladrón de la cruz creía que Jesús era el Rey y que iba a resucitar.
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino.
(Lucas 23:43)
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
(Juan 3:3)
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.
(Juan 3:5)
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.
(Hechos 1:3)
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del Reino de Dios.
(Hechos 1:6)
Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el Reino a Israel en este tiempo?
(Hechos 8:12)
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
(Hechos 17:7)
a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro Rey, Jesús.
(Hechos 19:8)
Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del Reino de Dios.
(Hechos 20:25)
Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el Reino de Dios, verá más mi rostro.
(Hechos 28:23)
Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el Reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.
(Hechos 28:31)
predicando el Reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.
(1 Corintios 6:9)
¿No sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
(1 Corintios 6:10)
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el Reino de Dios.
(Gálatas 5:19)
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
(Gálatas 5:20)
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
(Gálatas 5:21)
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
(Efesios 5:5)
Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el Reino de Cristo y de Dios.
(Colosenses 1:13) ¡Ya estamos en el Reino de Dios!
El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al Reino de su amado Hijo,
(Filipenses 3:20)
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
(Filipenses 3:21)
El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
(1 Tesalonicenses 2:12)
y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su Reino y gloria.
(2 Timoteo 4:1) Esto sucederá cuando Jesús venga por segunda vez.
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
(Hebreos 1:8) Jesús es Dios y Reinará por siempre.
Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
(Hebreos 12:28)
Así que, recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
 (Apocalipsis 17:14)
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero (Jesús)  los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.
(Apocalipsis 19:16)
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
(Apocalipsis 11:15) Así será para siempre.
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él (Jesús) Reinará por los siglos de los siglos.

Introducción a la lección 51-I- . El Reino de Dios (Jesús es el Rey)

              

                   El Reino de  Dios (Jesús es el Rey)
(Lucas 1:31-33)  El Ángel le dijo a María:
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre (su antepasado).
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
(2 Samuel 7:12-13) Dios le dijo al Rey David: No se refería a Salomón porque dijo que ya para ese entonces David ya habría muerto.
Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.
El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
(2 Samuel 7:14)
Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo.
(2 Samuel 7:16)
Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. (En su descendiente El Rey Jesús, Dios hecho hombre)
(Hechos 1:3) Después de resucitar Jesús habló principalmente del Reino de Dios.
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del Reino de Dios.
(Hechos 1:6-8)
Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo:
Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Les dijo:
No os toca a vosotros saber los tiempos o las ocasiones que el Padre puso en su sola potestad;
pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
Primero debemos predicar en todo el mundo y luego vendrá el Reino visible de Jesús para reinar en Jerusalén.
(Romanos 11:25-26)
Hermanos, quiero que sepan este designio secreto de Dios, para que no presuman de sabios: los israelitas se han endurecido en parte, pero solo hasta que hayan entrado todos los que no son de Israel.
Cuando esto suceda, todo Israel alcanzará la salvación, pues la Escritura dice:
«El libertador vendrá de Sión (Jerusalén) y apartará de Jacob la maldad.
(Lucas 21:24)
 Caerán a filo de espada y se les llevará cautivos a todas las naciones.  Los gentiles      pisotearán a Jerusalén,  hasta que se cumplan los tiempos señalados para ellos.
(Lucas 21:31)
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reino de Dios.
(Marcos 11:9-10) Los judíos del tiempo de Jesús sabían estas cosas.
Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el Reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!
(Marcos 15:43)
José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
(Hechos 17:7) Los Cristianos hablaban del Rey Jesús.
a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús.
(Daniel 6:26) En el Antiguo Testamento ya se hablaba de estas cosas. (El Rey Darío)
De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin.
(Daniel 7:13-14)
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, (Jesús) que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
(Daniel 7:18)
Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.
(Daniel 7:22)
hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. (Jesús es el Rey de los santos)
(Daniel 7:27)
y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.
(Apocalipsis 5:9-10)
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
(Apocalipsis 22:5)
No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
(Apocalipsis 17:14) Todos los que rechacen a Jesús y a su autoridad…
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; (Nosotros) y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.
(Apocalipsis 19:16)
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
(Mateo 3:1-2)
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
(Marcos 1:14-15)
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
(Mateo 4:23)
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
(Mateo 5:19)
De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
(Mateo 6:10) Jesús nos enseñó que oremos así:
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
(Mateo 6:33)
Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.
(Mateo 6:33)
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
(Mateo 7:21)
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
(Mateo 9:35)
Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
(Mateo 10:7-8)
Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado. (Y demuéstrenlo así):
Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo. (Debemos emplear el poder que ya nos ha sido dado a favor de las personas.
(Mateo 11:11) Porque ahora el Rey vive en cada uno de sus hijos.
De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
(Mateo 12:26)
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? (Es el reino de las tinieblas)
(Mateo 12:28)
Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
(Mateo 13:11)
El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del Reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
(Mateo 13:43)
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre.
(Mateo 16:28)
De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
(Lucas 23:42-43) El ladrón de la cruz creía que Jesús era el Rey que iba a resucitar y venir a reinar.
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
(Mateo 23:13-14)
Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
(Mateo 16:19) Jesús le dijo a Pedro al reconocer que Jesús era el Mesías-Rey:
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.
 (Mateo 18:18) (Esto es para todos los hijos de Dios)
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
(Mateo 24:14)
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
(Mateo 25:34)
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
(Mateo 26:29)
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre.
(Marcos 9:47) Hay 2 lugares eternos por eso debemos quitar de nuestro camino y de nuestras vidas todo lo que nos impida llegar al cielo.
Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el Reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno (Esto no es literal).
(Lucas 4:43)
Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.
(Lucas 8:1)
Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él,
(Lucas 9:1-2)
Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.
(Lucas 9:11)
Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.
(Lucas 9:27)
Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.
(Lucas 9:60)
Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el Reino de Dios.
(Lucas 10:9)
y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.
(Lucas 10:11)
Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.
(Lucas 16:16)
La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.
(Lucas 17:20-21)
Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
(Lucas 21:31)
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
(Lucas 22:29-30)
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
 (Juan 3:3)
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
(Juan 3:5)
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
(Juan 3:7)
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
(Hechos 8:12)Los discípulos de Jesús predicaban el Reino de Dios.
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
(Hechos 19:8)
Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.
(Hechos 20:25)
Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.
(Hechos 28:23)
Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el Reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.
(Hechos 28:31)
predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.
(1 Corintios 6:9-11)
¿No sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
(Gálatas 5:21)
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
(Efesios 5:5)
Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el Reino de Cristo y de Dios.
(Colosenses 1:13) ¡Ya estamos en el Reino eterno de Dios aunque por ahora para  las personas es invisible!
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
(Colosenses 4:11)
y Jesús, llamado Justo; que son los únicos de la circuncisión (Judíos-cristianos) que me ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo.
(1 Tesalonicenses 2:12)
y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su Reino y gloria.
(2 Timoteo 4:1)
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su Reino, (Cuando Jesús venga a la tierra a Reinar)
(Hebreos 12:28) Los verdaderos cristianos ya estamos en el Reino de Dios.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
(Santiago 2:5)
Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
(Apocalipsis 11:15)
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.
(Hechos 26:18) Jesús le dijo a Pablo que lo enviaba…
para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
(Filipenses 3:20)
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
(Efesios 2:19)
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
(Hechos 10:38) El Reino de Dios prevalece sobre el del diablo.
cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Juan 14:12) También nosotros podemos hacer esas obras y aún mayores.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
(Juan 14:13-14)
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
(Zacarías 9:9)
Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.
(Mateo 21:5)
Decid a la hija de Sion:
He aquí, tu Rey viene a ti,
Manso, y sentado sobre una asna,
Sobre un pollino, hijo de animal de carga.
(Mateo 21:9)
Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
(Lucas 19:37-38)
Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,
diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
(Daniel 9:26) El profeta Daniel lo mismo que el profeta Isaías en el Capítulo 53 enseñaron que el Mesías moriría y resucitaría.
Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí;
(Juan 12:16)
Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho.
(Efesios 1:16-23)
no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
(Juan 1:18) Jesús es Dios y el Rey del universo. Creemos en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu santo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo hadado a conocer.
(Juan 14:8-9)
Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
(Filipenses 2:8-11)
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
(Colosenses 1:15-22) La palabra de Dios dice de Jesús:
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz  mediante la sangre de su cruz.
Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él.
    POR FAVOR DELE GRACIAS A JESÚS POR LO QUE HA HECHO POR USTED.

Introducción a la Lección 51-II El Reino de Dios. La venida del Reino de Dios.

        El Reino de Dios. La venida del Reino de Dios.
(Mateo 13:11)
El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
(Daniel 7:13) Ya en el Antiguo Testamento se hablaba de la venida del Reino eterno de Jesús.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, (Jesús) que vino hasta el Anciano de días, (Dios Padre) y le hicieron acercarse delante de él.
(Daniel 7:14)
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su Reino uno que no será destruido.
(Daniel 2:44)
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un Reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.
(Mateo 24:29)
E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
(Mateo 24:30) Se refiere a la segunda venida de Jesucristo a Reinar en la tierra.
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
El nos invita a que entremos en su Reino y vivamos bajo su gobierno, leyes y beneficios. Cada persona decide si quiere entrar o no.
(Mateo 3:1) Juan Bautista y Jesús anunciaban la llegada del Reino de Dios a la tierra.
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
(Mateo 3:2)
y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
(Marcos 1:14)
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
(Marcos 1:15)
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
(Marcos 1:17)
Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.
(Lucas 16:16)
La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.
(Apocalipsis 15:3)
Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
(Apocalipsis 15:4) Será el Rey de todas las naciones.
¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
(Colosenses 1:15)
El es la imagen del Dios invisible.
(Colosenses 1:19)
por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
(Colosenses 1:20) Jesús murió para reconciliar con Dios TODAS las cosas (pueden ser personas de otros planetas). Vino para TODOS. ¿Cuáles son las cosas que están en los cielos? Si están en el cielo con Dios no necesitan ser reconciliados.
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
(Colosenses 1:21)
Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
(Colosenses 1:22)
en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, (de Jesús en lugar nuestro llevando nuestra culpa y castigo) para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
(Colosenses 2:9)
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (De Dios)
(Mateo 13:31) El crecimiento del Reino comenzó de a poco y será muy grande y cobijará a muchas personas de todas las naciones.
Otra parábola les refirió, diciendo: El Reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;
(Mateo 13:32)
el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
(Mateo 8:11) Es para personas de todas las naciones.
Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;
(Hebreos 1:1) Jesús es Dios y efectuó la purificación de nuestros pecados al morir por nosotros como sacrificio vicario en la cruz.
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
(Hebreos 1:2)
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
(Hebreos 1:3)
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
(Hebreos 2:17) Era verdadero hombre y verdadero Dios.
Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
(Filipenses 3:20) Los cristianos ya somos ciudadanos del Reino eterno.
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
(Filipenses 3:21)
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
(Colosenses 1:13)
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.
(Mateo 12:22) Se empezaron a echar a los demonios.
Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.
(Mateo 12:23) Ellos esperaban el Rey descendiente de David que nacería en la ciudad de David (Belén), Reinaría sobre ellos para siempre
Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?
(Mateo 12:24)
Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
(Mateo 12:25)
Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
(Mateo 12:26)
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? (se refiere al reino de las tinieblas).
(Mateo 12:28)
Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
(Mateo 12:29) Vino uno más fuerte: Jesús.
Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.
(Lucas 11:20)
Más si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el Reino de Dios ha llegado a vosotros.
(Lucas 11:21)
Cuando el hombre fuerte armado (el diablo) guarda su palacio, en paz está lo que posee.
(Lucas 11:22)
Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, (Jesús) le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.
(Daniel 4:1)
Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.
(Daniel 4:2)
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.
(Daniel 4:3)
¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.
(Daniel 6:26)
De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin.
(Zacarías 9:9) Se refiere a la primera venida de Jesús.
Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu Rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.
(Mateo 3:1) Juan Bautista  y Jesús  predicaban sobre el Reino de Dios y Jesús nos mandó a hacer lo mismo a nosotros los cristianos.
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
(Mateo 3:2)
y diciendo: Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 4:17)
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 10:7) Nos ordenó Jesús a nosotros.
Y yendo, predicad, diciendo: El Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 10:8) Señales del Reino de Dios invadiendo el reino de las tinieblas. Entra “La atmósfera” del Reino de los cielos o del cielo. En el cielo no hay enfermos ni demonios.
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Comienzan a manifestarse los poderes del siglo venidero. Hebreos 6:5. (Se refiere al tiempo en que Jesús Reine en la tierra y en el cielo y a los poderes del cielo).
(Mateo 11:2)
Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos,
(Mateo 11:3)
para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?
(Mateo 11:4)
Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis.
(Mateo 11:5) Le dice que se dé cuenta que están sucediendo las señales de la venida del Reino de Dios y que El  (Jesús) es el Mesías y el Rey esperado.
Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
(Mateo 11:11)
De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
(Lucas 10:17) a todos  sus discípulos les seguían las señales de la venida del Reino de Dios.
Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
(Lucas 17:20)
Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,
(Lucas 17:21)
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
(Marcos 1:32)
Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados;
(Marcos 1:33)
y toda la ciudad se agolpó a la puerta.
(Marcos 1:34)
Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.
(Marcos 1:14) Ese era el mensaje de Jesús.
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
(Marcos 1:15)
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
(Colosenses 2:15) Jesucristo ya derrotó y despojó a TODAS los demonios (de diferentes clases) del diablo y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
(1 Juan 3:8)
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
(Mateo 6:10)
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
(Mateo 25:34)
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
(Lucas 22:29)
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
(Lucas 22:30)
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
(Juan 18:36)
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
(Hechos 1:3) Hechos de los apóstoles comienza y termina hablándoles del Reino de Dios.
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo (Jesús) con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
(Hechos 28:30)
Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían,
(Hechos 28:31)
predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.
(Hechos 6:8) Se manifiestan con todos los cristianos las señales del Reino en todas partes.
Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
(Lucas 9:62)
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
(Juan 1:12)
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
(1 Corintios 4:20)
Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
(Romanos 14:17)
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
(Gálatas 5:19)
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
(Gálatas 5:20)
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
(Gálatas 5:21)
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
(Juan 3:3)
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
(Juan 3:4)
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
(Juan 3:5)
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.
(1 Corintios 15:25)
Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
(1 Corintios 15:26)
Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
(1 Corintios 15:27)
Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. (Dios Padre)
(1 Corintios 15:28)
Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
(Apocalipsis 12:10)
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el Reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo.
(Mateo 13:11)
El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
(Lucas 1:31)
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
(Lucas 1:32)
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
(Lucas 1:33)
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
(Hechos 14:22)
confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
(Hebreos 12:28)
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
(Mateo 18:1)
En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
(Mateo 18:2)
Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,
(Mateo 18:3)
y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
(Mateo 18:4)
Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
(Marcos 12:34) Jesús le dijo a un hombre religioso:
Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. (pero no estaba adentro)
(Lucas 14:23) Debemos hacer todo lo posible para que las personas entren en el Reino de los Cielos.
Dijo el señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.
(Lucas 12:32)
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
(Hechos 11:26) Hay un solo nombre para los seguidores de Cristo: CRISTIANOS.
Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
(Mateo 16:18) Jesús edificó una sola Iglesia y las puertas del infierno no podrían detener el la conquista de su territorio (o fortaleza) por el Reino de los cielos.
Y  sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades (Infierno) no prevalecerán contra ella.
(Juan 17:21) Todos los verdaderos cristianos debemos ser como uno solo. Desalentamos a fundar nuevas religiones cristianas con un líder a la cabeza (o varios) por más razones que tengan. Jesús dijo:
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
(Juan 17:22)
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
(Lucas 17:21) Es un Reino invisible que avanza y conquista los corazones de los hombres.
Y el mismo  Rey y su Espíritu (El Espíritu Santo) vive en ellos.
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el Reino de Dios está entre vosotros.
(Lucas 13:23)
Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
(Lucas 13:24)
Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
(Lucas 13:25)
Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.
(Lucas 13:26)
Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.
(Lucas 13:27)
Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.
(Lucas 13:28) EL REINO DE DIOS YA ESTABA EN EL PASADO.
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
(Lucas 13:29)
Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el  Reino de Dios.
(Lucas 7:20) ESTABA EN EL PRESENTE.
Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?
(Lucas 7:21)
En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.
(Lucas 17:21) ESTÁ EN EL PRESENTE
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
(Lucas 11:20)
Más si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.
(Lucas 22:28) EL REINO DE DIOS ESTARÁ EN EL FUTURO.
Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
(Lucas 22:29)
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
(Lucas 22:30)
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
(Lucas 22:18)
porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
(Mateo 26:29)
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
(Mateo 24:14) Estamos en este tiempo:
Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
(Apocalipsis 11:15) Esto es lo que perdurará para siempre, eternamente.
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor (Dios Padre) y de su Cristo; (Jesús) y El reinará por los siglos de los siglos.
Jesús llama a todos a entrar en su reino y a que trabajemos con el y para el, para salvar a todos en todo el mundo, sin distinción de razas o creencias, siendo sus discípulos y actuando bajo su guía. Gálatas 3:26-28.
¿Como podemos entrar al Reino de Dios?
1.     Teniendo un arrepentimiento total y un cambio de actitud hacia el pecado. Hechos  3:19.
2.   Saber lo que Cristo hizo a favor de nosotros y tener fe en eso. 1 Pedro 2:24; 3:18; 1 Corintios 15:3.
3.   Aceptar la invitación de entrar en el Reino estando dispuesto a obedecer al Rey Jesús y sus leyes. Mateo 22:4; Lucas 14:17; Apocalipsis 5:10.
4.   Recibir al Rey Jesús en su interior por medio de una sencilla oración a El con sus propias palabras. Juan 1:12; Apocalipsis 5:10.
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