¿Como podemos saber que al morir iremos al cielo con Dios?

¿Como podemos saber que al morir iremos al cielo con Dios?

Dios te ama mucho más de lo que te puedas imaginar y quiere que estés con El en el cielo para siempre. Juan 3:16-17

Pero tenemos pecados y así no podemos entrara al cielo. Eclesiastés 7:20

Dios creo la manera para perdonarnos y salvarnos pero debemos arrepentirnos de todos nuestros pecados y volvernos a Dios (no me refiero a una religión o ritos religiosos)

Hechos 3:19

Cristo en la cruz pagó la deuda de pecado que teníamos con Dios. El no solo murió como un ejemplo de humildad etc, sino que como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, murió en nuestro lugar y el castigo que nos correspondía y la muerte las llevó El en lugar nuestro (como nuestro substituto). 1 Pedro 2:24; 3:18; Juan 1:29; Isaías 53:5-6; 1 Juan 4:10; Hebreo 10:10, 12, 14, 17; Romanos 4:7-8; Romanos 5:8, 10.

Romanos 6:23.

Debemos creer estas buenas noticias (evangelio) Marcos 1:15 y recibir a Cristo en nuestro corazón como nuestro Señor, Salvador y Rey. Juan 1:12, Apocalipsis 3:20.

 

Esto lo podemos hacer mediante una oración similar a esta:

Querido Dios, gracias por enviar a Nuestro Señor Jesús a morir en la cruz para salvarnos y llevar nuestra culpa, en este momento tomo la decisión de arrepentirme de todos mis pecados y de recibir a Cristo en mi vida como mi personal Salvador, Señor y Rey.

Decido obedecerte con tu ayuda y gracias por tu perdón y porque ahora soy salvo y soy un verdadero hijo de Dios.

Romanos 10:13; 1 Juan 5: 11-12.

Dios te bendiga. Predicador Gustavo Isbert

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PD: Puede usted leer los pasajes citados en su Biblia para reforzar su fe.

LA SALVACIÓN DE TU ALMA….

LA SALVACIÓN DE TU ALMA….

La Salvación de tu alma… Si, tenemos un alma eterna dentro nuestro y una vez que este cuerpo ya no funcione…¿Dónde irá? ¿Cuál será tu destino eterno?…

¿Dónde pasarás la eternidad?

(Mateo 25:46)

E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

¿Dónde estarás dentro de cien años?

(Salmos 90:10)

Los días de nuestra edad son setenta años;

Y si en los más robustos son ochenta años,

Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,

Porque pronto pasan, y volamos.

¿Sos un hijo de Dios?

(Juan 1:12) Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

(1 Juan 3:2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

¿Sos salvo?

(Romanos 10:9) que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

(Romanos 10:13) porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

(Romanos 11:14) por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.

¿Estás entre los que se salvan o entre los que se pierden?

(1 Corintios 1:18)

Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

¿Naciste de nuevo del Espíritu Santo?

(Juan 3:3) Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

(Juan 3:5) Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

(Juan 3:7) No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

¿Tenés el Espíritu Santo?

(Romanos 8:9) Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu (Santo), si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

¿Tenés a Cristo en tu corazón? El es la vida eterna.

(Juan 14:6) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

(Gálatas 2:20) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

(2 Corintios 13:5) Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

¿Tenés la vida eterna?

(Juan 3:16)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

(1 Juan 3:15)

Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

(Juan 5:24)

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

¿Perteneces al Reino de los cielos y estás en él?

(Colosenses 1:13) el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

¿Al morir estarás en el cielo con Dios o en el infierno, separado de Dios?

¿Irás a la vida eterna o al castigo eterno?

(Mateo 25:46) E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

¿Sabés que podés tener la certeza de que al morir irás derecho al cielo? Esto es por aceptar a Cristo en tu corazón y como Salvador, Señor y Rey tuyo?

¿Estás en el reino de las tinieblas o en el Reino de la luz, (el Reino de Dios)?

(Hechos 26:18) para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

¿Tenés tu nombre inscripto en el libro de la vida?

(Filipenses 4:3) Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

¿Participarás de la gloria de Dios o de la muerte segunda?

(Apocalipsis 20:6) Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo…

¿Sabías que si sos de Dios no participarás de la muerte segunda?

(Apocalipsis 20:14) Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

(Apocalipsis 20:15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

¿Querés ser un hijo de Dios?

¿Sabés que todas tus obras se están escribiendo en libros en el cielo?

(Apocalipsis 20:12) Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

¿Sabés que Dios te ama y que ha hecho todo para que estés para siempre con El en el cielo?

(Juan 3:16) Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

(Juan 3:17) Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

(Romanos 5:6) Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. (Nosotros).

(Romanos 5:7) Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.

(Romanos 5:8) Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

(Romanos 5:9) Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos del castigo.

(Romanos 5:10) Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. (En nosotros).

(Romanos 8:32) El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

(1 Juan 4:9) En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

(1 Juan 4:10) En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

¿Sabés cuáles son las buenas noticias del Evangelio?

Evangelio significa buenas noticias.

(Marcos 16:15) Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

(Todos deben saber esto y tú también)

Jesús pagó tu culpa en la cruz y llevó tus pecados y tu castigo.

(1 Pedro 2:24) quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

¿Qué debes hacer para ser salvo?

1. Arrepentirte de todos tus pecados.

(Hechos 3:19) Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

2. Saber y creer que Jesús murió en tu lugar y pagó tu culpa en la cruz.

(1 Pedro 3:18) Porque …. Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

(Hebreos 10:10) En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

(Hebreos 10:12) pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,

(Hebreos 10:14) porque con una sola ofrenda (Ofreciéndose a sí mismo en sacrificio) hizo perfectos para siempre a los santificados (nosotros).

3. Debes aceptar el regalo de tu salvación.

(Romanos 6:23) Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva (regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

(Efesios 2:4) Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

(Efesios 2:5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

(Efesios 2:8) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; (en la obra expiatoria de Cristo) y esto no de vosotros, (no es algo que se lo pueden ganar) pues es don (regalo) de Dios;

(Efesios 2:9) no por obras, (meritorias) para que nadie se gloríe (para que nadie pueda sentirse orgulloso).

4. Debes recibir a Cristo en tu corazón, por medio de una sincera oración.

(Juan 1:12) Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

(Apocalipsis 3:20)

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi vos y abre la puerta, ENTRARÉ A Él, y cenaré con él, y él conmigo.

¿Querés ser salvo o seguir perdido?

Si querés ser salvo, por favor orá esta sencilla oración de todo tu corazón:

Querido Jesús: Te pido perdón por todos mis pecados, creo que en la cruz moriste por mí y llevaste el castigo que me correspondía. Muchas gracias. En este momento tomo una decisión, abro mi corazón y te pido que entres en mi vida. Te recibo como mi Salvador, mi Señor y mi Rey. Muchas gracias porque me has perdonado de todos mis pecados y ahora soy verdaderamente un hijo de Dios. Amén.

Dale gracias a Dios por ser ahora su hijo.

(1 Juan 3:1)

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios.

(1 Juan 3:2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Porque sus pecados fueron perdonados.

(Colosenses 2:13) Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

(Hechos 3:19) Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

Porque Jesús es ahora su Pastor.

(1 Pedro 2:25) Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

Porque ahora tiene vida eterna al tener a Cristo.

(1 Juan 5:11) Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

(1 Juan 5:12) El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

(1 Juan 5:13) Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna …

Dale gracias a Dios porque has sido declarado Justo.

(Romanos 5:1) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Porque ninguna condenación hay ya para vos.

(Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.

Porque estarás siendo transformado más y más por la acción del Espíritu Santo que ahora habita en tu interior.

(Romanos 8:13) porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu Santo hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

(1 Corintios 6:11) Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

(Tito 3:3) Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

(Tito 3:4) Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

(Tito 3:5) nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

(Tito 3:6) el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,

(Tito 3:7) para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

(Romanos 6:22) Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Vos ya pertenecés al Reino de Dios, has nacido de nuevo del Espíritu Santo, Dios es tu Padre y sos es su heredero.

(Gálatas 4:7) sí que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

(Juan 20:17) Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

(Romanos 8:16) El Espíritu (Santo) mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

(Romanos 8:17) Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo.

Ahora estás seguro para siempre porque Jesús y Dios su Padre le cuidan y protegen.

(Juan 10:27) Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

(Juan 10:28) y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

(Juan 10:29) Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Espera con ansias la segunda venida de Nuestro Señor Jesús.

(Juan 14:3)

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

(1 Tesalonicenses 4:16)

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

(1 Tesalonicenses 4:17)

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

(1 Tesalonicenses 5:10)

quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

Así estaremos siempre con El.

Y si Dios le lleva al cielo antes disfrutará de la misma presencia de Dios, de su gloria y de todas las cosas maravillosas que ha reservado en el cielo para sus hijos.

(Lucas 16:22)

Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham (al cielo).

(Lucas 23:43)

Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

(Apocalipsis 22:3)

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

(Apocalipsis 22:4)

y verán su rostro (el rostro de Dios) y su nombre estará en sus frentes.

(Apocalipsis 22:5)

No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

(1 Corintios 2:9)

Antes bien, como está escrito:

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,

Ni han subido en corazón de hombre,

Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

Dios le bendiga mucho:

Predicador Gustavo Isbert

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¿Dificultades?

DIFICULTADES.

Cuando tenemos dificultades Dios nos consuela y cuando otros están pasando por las mismas cosas que Dios nos ayudó a superar, nosotros entonces los podemos consolar a ellos 2 Corintios 1:1-11 con la consolación y la salida que Dios nos dio a nosotros.

Cuando ya estamos abrumados y no sabemos que hacer…es para que confiemos en Dios y no en nosotros mismos. 2 Corintios 1:1-10; Juan 15:1-2.

Debemos “ver” las cosas y pensar siempre “en positivo” sabiendo que Dios y sus promesas nos respaldan. Debemos mirar las cosas desde el punto de vista de la eternidad y no de lo que ven nuestros ojos. (Las cosas que no se ven son eternas)

2 Corintios 4:18.

Sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para nuestro bien aunque no nos damos cuenta en el momento en que las estamos viviendo. Romanos 8:28

Dice Pablo “Todo ha redundado para bien” Filipenses 1:12

Cuando estemos en pruebas debemos pensar así “Esta prueba me va a hacer crecer y es pasajera. 1 Corintios 10:13

Con esta prueba voy a poder demostrar mi amor hacia Dios y mi fe en El.

Job pasó por muchas dificultades (pasajeras) y luego Dios lo bendijo mucho más que antes, pero en medio de las pruebas el dijo “Aunque El (Dios) me matare en El esperaré Job 13:15 y en Job 1:22 dice a pesar de todo Job no pecó ni dijo nada malo contra Dios.

Pablo y Silas cuando fueron llevados a la cárcel injustamente en vez de quejarse alababan a Dios y oraban a El y Dios los liberó de una manera extraordinaria y se convirtió la familia del carcelero en Filipos y esa fue la Iglesia que más le ayudó económicamente en su servicio a Dios. Hechos 16:23-34.

Entonces digamos”Voy a reaccionar ante esta situación con oración y alabanza” y veremos hermosos resultados de parte de Dios.

Voy a decir este contratiempo o este trámite es una oportunidad de Dios para mi bien y es una oportunidad de conocer a alguien para testificarle de Dios.

Todo tiene un propósito de parte de Dios. A el apóstol Pablo se le hundió el barco en que viajaba y fue a dar a una isla, allí una víbora venenosa se le prendió en la mano y como ningún daño padeció los de la isla se quedaron asombrados y el pudo orar por muchos de ellos y se sanaron y se convirtieron y creyeron en Jesús. Eso fortaleció la fe de muchos. Hechos 28:1-10.

El propósito de Dios con Job fue hacerlo más santo, que conociera más de El y probar su fe. Job salió victorioso de ese tiempo de prueba y fue en gran manera prosperado.

Pedro estuvo en una gran prueba cuando negó al Señor 3 veces, Jesús le había dicho que velara y orara para no caer en tentación pero Pedro no lo hizo porque confiaba mucho en si mismo pero Jesús le enseñó (a través de esa dolorosa prueba) a confiar en El y no en si mismo. Esa prueba lo hizo crecer espiritualmente, fue “podado” para que de más fruto Juan 15:1-2 para que ore más y vele en oración, para que no confíe en sus propias fuerzas Lucas 22:61; Juan 21:15; (Pedro salió mejor de la prueba que lo que estaba antes).

Debemos pensar que aunque nuestros cuerpos envejecen el interior no obstante se renueva día a día y estamos cada día más cerca de nuestro hogar celestial. 2 Corintios 4-16. Envejecer para un cristiano es estar cada día más cerca de la gloria eterna en el cielo con nuestro Padre Dios.

Debemos poner toda nuestra confianza y esperanza en Jesús que está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo Mateo 28:20 y no en los hombres, la religión, los edificios, las cosas que tenemos, el dinero etc.

Usted puede confesar con sus labios y decir: DIOS GUÍA MI VIDA. Salmo 32:8 dice Dios:” Te enseñaré el camino en que debes andar”.

Y DIOS ES MI PASTOR, NADA ME FALTARÁ. Salmo 23.

Pr Gustavo Isbert

Lección 90. Seguir hacia adelante en fe

a) Escrituras clave
Romanos 10:17
Lucas 18: 8
Santiago 2:14-26
Marcos 11:22-24
Juan 14:12
1 Juan 5:4
Hebreos 11:1-40
Marcos 9:23
b) Introducción
La fe es el mayor poder en el universo, porque es el modo por el cual el poder de Dios es librado en la experiencia humana. Sin fe, es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Ninguno de nosotros tiene los recursos en sí mismo para cumplir las demandas de Dios o para llevar a cabo la obra del reino de Dios. Necesitamos un don sobrenatural y ese don es el don de fe. La fe es el poder por el cual entramos en la nueva vida en Jesús, y también es el poder por el cual ejercitamos esta nueva vida de Dios en nosotros. La fe no es una cuestión de la mente, sino que es un acto de la voluntad (Proverbios 3:5). Significa inquebrantable y absoluta confianza en Dios y su Palabra.
c) Un ejercicio de fe de cinco dedos
La fe tiene un número de elementos muy importantes que están interrelacionados y que realmente necesitan mantenerse indivisibles si hemos de apreciar la amplitud de este gran tema. Se podría decir que sin cualquiera de estos filamentos de fe, no hemos expresado plenamente lo que es la misma, ni tampoco puede operar plenamente la fe en nuestra vida si falta uno cualquiera de ellos. La fe es como una mano con cinco dedos. Si escribes “FE” en la palma, los dedos se reúnen para dar aquel asidero firme que es la fe en acción.


1. La fe es GRACIA (Efesios 2:8-9)
La fe es la misma base de nuestra relación con el Padre. No somos salvos por nuestra propia fuerza o justicia, sino por la gracia de Dios que es hecha real en nuestra vida por la fe. Ninguno de nosotros nace de nuevo por ningún esfuerzo propio. Ninguno de nosotros ni siquiera tenía la fuerza como para poner nuestra confianza en Dios. Éramos por naturaleza hostiles a Dios y hallábamos imposible someternos a la Palabra de Dios (Romanos 8:7-8). La fe en Dios es un don divino. La fe en Dios es dada como respuesta a la Palabra de Dios al entrar en nuestra vida bajo el poder activo del Espíritu Santo. Hemos estado caminando en una dirección en la vida, cuando de repente Dios habla su Palabra en nuestra situación. El resultado de esto es que nos detenemos y nos volvemos para oír esta voz que nos está hablando. Cuando nos volvemos de nuestra vieja dirección en la vida y escuchamos en cambio la Palabra de Dios, entonces el Espíritu Santo nos trae algo que no teníamos antes: ¡el don de la fe! (Romanos 10:17).
La fe es la gracia hecha realidad en nuestra vida. La gracia de Dios viene a nosotros por la fe. La fe construye un puente entre nosotros y Dios, a través del cual Su gracia puede venir a nosotros.

2. La fe es VERDAD (Judas:3)
En varias ocasiones la palabra “fe” aparece en el Nuevo Testamento con un artículo definido delante de ella, es decir “la” fe. Eso nos dice que hay algo definido acerca de esta fe. Hay contenido en ella (1 Corintios 16:13). No sólo es importante que creamos, es importante lo que creemos. Existe un cuerpo de verdad que abarca la revelación de Dios a nosotros en Jesús. Esta es la verdad que es la base de nuestra fe. La fe no se apoya en una buena idea o en alguna experiencia emocional que hayamos tenido. Se apoya en la obra declarada y en la Palabra de Dios en Jesús.

3. La fe es un DON (1 Corintios 12:9)
Este don de fe es para ocasiones y necesidades específicas. Como los otros dones espirituales, este don de fe nos abre a una capacidad y potencial que no pertenece a nuestra vieja concupiscencia. Es esta fe que mira lo imposible y clama, “será hecho”. Esta clase de fe es casi un insulto a nuestro carne y mente humana, porque está sujeta a una dependencia como de niño en Dios. Exige que dejemos nuestros propios esfuerzos y planes para obrar las cosas a nuestra manera, y que nos echemos de nuevo en la gracia de nuestro Padre celestial que nos dará la gracia que necesitamos para ayudarnos en tiempo de necesidad.

4. La fe es PODER
La fe es vital, dinámica, eficaz y poderosa. Siempre que oímos sobre la fe en las Escrituras es que algo poderoso está pasando. (Hechos 3:16) Jesús nos dio algunas promesas de fe maravillosas y poderosas (Mateo 21:22; Marcos 11:22,23; Juan 14:12-14).

S. La fe es VICTORIA
Los hombres de fe han sido siempre aquellos que han conocido el secreto de cómo derribar el sistema mundano (1 Juan 5:4). Han sabido resistir a los enemigos del reino de Dios. Por supuesto, la fe y la obediencia están conectadas muy de cerca. La fe nos capacita para creer la Palabra de Dios y la obediencia nos capacita para llevarla a cabo.
d) La fe y la Palabra de Dios
La fe y la Palabra de Dios van mano a mano. La fe no es sólo una buena idea para poner en práctica. La fe real depende de una Palabra de Dios (Isaías 55:11). El hecho emocionante que la fe confiesa es que Dios es un Dios comunicador. Tiene algo que decir en cada situación, y si tomamos el tiempo para escuchar, oiremos lo que nos está diciendo. La Palabra de Dios crea fe y llama a la fe (Romanos 10:17). No podemos vivir en la fe real hasta que oigamos la Palabra de Dios para la situación. Esta palabra entonces exige fe de nosotros y podemos mantenernos firmes en ella. Existe una diferencia entre el orar acerca de algo y mantenerse firme en la fe. El orar acerca de algo infiere un modo de enfoque más general en el cual tu mente puede o no tener el asunto claro. El mantenerse firme en la fe es una actitud tomada a la luz de una Palabra de Dios. Puede ser que todos los hechos no sean claros, y ciertamente, es improbable que la manera en que la fe vaya a ser cumplida sea obvia en ese momento. ¡Pero la fe lo sabe! Tiene un entendimiento interior del asunto y una convicción de espíritu que la hace segura del resultado.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

Por tanto, la diferencia entre la fe y una buena idea es la Palabra de Dios. Esta es un área en la que las personas pueden equivocarse, porque permiten que sus deseos y ambiciones humanos tomen el control y reclaman revelación divina, cuando, en realidad, no tienen tal cosa. Desde el nivel humano existe un elemento de riesgo vinculado a la vida de fe. A John Wimber le gusta deletrear la fe como RIESGO.

El Espíritu Santo muchas veces usa las Escrituras en situaciones de fe, porque una vez que las haya subrayado por nosotros, podemos seguir volviendo a ellas y darnos cuenta de que no han cambiado. No están sujetas al recuerdo de tu experiencia, y son más susceptibles a la prueba de interpretación que al verdadero entendimiento. Por supuesto, también podemos recibir una Palabra de Dios por otros medios como la profecía, visiones, enseñanza, etcétera.

e)  Cinco cosas que la Palabra de Dios hace por nosotros

1. Crea fe en nosotros (Romanos 10:8,17)
Sin esta Palabra de Dios no puede haber fe. La fe está basada en el carácter invariable de Dios (Santiago 1:17; Salmos 9:10) y en su palabra (Números 23:19).

2. Nos prepara para la fe (1 Juan 3:21)
La Palabra de Dios es poderosa. Penetra incluso hasta dividir el alma y el espíritu; las coyunturas y los tuétanos; juzga los pensamientos y actitudes del corazón (Hebreos 4:12). La Palabra de Dios puede separar las cosas que sólo son parte de nuestra propia alma (es decir, mente, emociones y voluntad) de las cosas que son parte de nuestro espíritu (que contiene al Espíritu Santo y nuestra conciencia de Dios). Puede separar entre coyunturas (es decir las partes del cuerpo capacitan la actividad) y los tuétanos (es decir, la parte del cuerpo que produce las células sanguíneas y, por consiguiente, la vida). Necesitamos. actividad como discípulos de Jesús, pero no debemos estar ocupados y superatareados sólo porque sí. Necesitamos hacer sólo las obras de Dios, porque estas obras tienen vida y producen vida. También necesitamos la Palabra de Dios para juzgar entre los pensamientos y actitudes del corazón. Necesitamos desarrollar los pensamientos e ideas en Dios, pero no debemos permitir que nuestros pensamientos lleguen a estar fraguados en hormigón y por tanto llegar a ser actitudes rígidas e inflexibles que están poco dispuestas a madurar o cambiar.
Mientras haya algo malo en nuestra vida, no podemos entrar en la presencia de nuestro Padre celestial con ninguna medida de confianza espiritual. Esto es cuando necesitamos el coraje de vivir bajo el foco de la Palabra de Dios (Hebreos 4:1, 13).

3. Nos capacita en fe
Lo tremendo acerca de la Palabra de Dios es que nos provee con una alternativa activa para todos los pensamientos y actitudes negativos de nuestra vieja concupiscencia. Nuestra mente es así de importante para la vida de fe. Somos susceptibles a todas las impresiones de nuestros cinco sentidos. Satanás intenta llevarnos a la esclavitud de lo que es tangible y obvio. Quiere que vivamos nuestra vida al nivel de lo que vemos inmediatamente ante nuestros ojos. El propósito de Dios es que seamos renovados en las actitudes de nuestra mente (Romanos 12:2). Necesitamos estar en el poder vivo de la Palabra de Dios.

4. Nos dirige en fe (Isaías 30;21)
Necesitamos la Palabra de Dios para dirigirnos, no sólo para que sepamos recibir sus recursos, sino también usarlos. Cuando Dios habla su Palabra podemos confiar en ella, porque El está en el control de la situación y sabe lo mejor.

5. Confirma la fe en nosotros
Muchas veces Dios nos dará una Palabra que nos capacitará para continuar en nuestra posición de fe (Isaías 66:9).
f) Cinco impedimentos a la fe
1. Presunción (Proverbios 3:5; Jeremías 23: 25-32).
2. Temor (Marcos 4:40; Juan 14:1).
3. Buscar gloria y alabanza de hombres en vez de Dios (Juan 5:44).
4. Duda (Santiago 1: 6-8; Marcos 11:23).
5.Una conciencia culpable que proviene de no obedecer la Palabra de Dios ni hacer lo que a El le agrada (1 Juan 3: 21-22).
g) Tu Dios es demasiado pequeño
Satanás sabe que si vivimos con una visión disminuida de Dios entonces nuestra fe no se levantará nunca a la altura de la necesidad. ¡Dios es el mayor hecho de fe! Dios es vivo y activo. Hemos sido puestos en contacto con el Dios que hizo el universo. La fe es como un gran experimento en Dios. Si Dios no está allí, entonces la fe fracasará. En efecto, nuestro nivel de fe nos demuestra el tamaño de nuestro Dios. Dios invita a todo su pueblo que le ponga a prueba (Malaquías 3:10). De esto es lo que trata la fe cristiana. El mismo inmenso poder que usó Dios cuando resucitó a Jesús de la muerte, está disponible para nosotros, según nuestra fe (Efesios 1:19-20).
h) Tú eres demasiado pequeño
Si Satanás fracasa en su ataque a nuestra perspectiva de Dios vuelve su atención a nuestra perspectiva acerca de nosotros mismos. Lo que hace es empezar con lo que sabemos que son las debilidades de nuestra carne y naturaleza, y las amplía fuera de toda proporción hasta que no quede vestigio de fe en Dios o en nosotros mismos. Mucha gente vive con una imagen de sí misma tan pobre que encuentra la fe imposible. Necesitamos entrar en quiénes somos en Jesús.

La Biblia dice:

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas..
(2 Corintios 5:17)
Necesitamos vernos en Cristo y mirar más allá de las debilidades de nuestras viejas concupiscencias. Cuando nos mantenemos firmes en la fe para algún asunto en particular, existen ciertos factores que Satanás usará y de los que necesitamos estar a la expectativa como rutina. Intentará despertar dudas en la Palabra de Dios, es decir, intentará mezclar un poco de racionalismo con la fe; o intentará sentimientos de debilidad, indignidad, oscuridad, desesperación, depresión, desesperanza e incluso muerte.

Sin embargo, ¡estas cosas no son la realidad total! La realidad absoluta es Dios. La realidad es lo que Dios ha hecho por nosotros en Jesús. Es lo que Dios hace y hará por nosotros en el poder de su Espíritu Santo. Esto no es una ruta de escape de la realidad. No es intentar fingir que las dificultades no están allí. La fe no es ilusión. No estamos negando la realidad del dolor, o la verdad acerca de las situaciones.

La cuestión que la fe plantea es esta: ¿Existe una verdad más allá de aquella que parece obvia en el momento? Y la fe clama: “¡Sí, existe! ¡Esa verdad es Dios!” Si Abraham se hubiera enfrentado a los hechos; ¿dónde le hubieran dejado? El miró más allá y escuchó la promesa de Dios (Hebreos 11:12). La fe siempre está en el lugar de tomar una decisión. Tenemos que escoger entre el testimonio de Dios o el testimonio de los hombres. Tenemos que escoger si aceptar las cosas como son o parecen ser, o si estar en fe con Dios que dice que nada es imposible para El.

La fe mira hacia Dios. La fe ve el poder de Dios. La fe se apoya en la Palabra de Dios. La fe reclama las promesas de Dios. La fe opera en el poder de Dios. La fe es de Dios desde el principio hasta el fin. Nace en su corazón y la planta en nuestro corazón. Por eso la fe es nuestra victoria porque:

Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el inundo.
(1 Juan 4:4)
i) Siete pasos para la fe eficaz
1. Edificar nuestra relación con el Padre
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos cómo orar les dijo que orasen a su Padre en el cielo (Mateo 6:9). Somos hijos de Dios (Romanos 8:16). La confianza en nuestro Padre celestial es la base de nuestra fe. Cualquier cosa que rompe esta relación rompe la fe (1 Juan 3:21-22). En el corazón de la fe necesita haber una relación abierta entre Dios nuestro Padre y nosotros como sus hijos. Venimos para pedirle cosas de mucha importancia. Necesitamos poder mirarle a los ojos y saber que existe una confianza entre nosotros (1 Juan 1:8-9). La fe obra mejor en un papel en blanco, por lo tanto, necesitamos mantener nuestra cuenta al día, diariamente con nuestro Padre en el cielo.

2. Escuchar a Dios
La fe depende del oír la Palabra de Dios. Una vez que hayamos oído la Palabra de Dios sobre el asunto, podemos permitirnos el lujo de esperar su respuesta, no importa el tiempo que tarde. Es importante esperar la Palabra de Dios, probarla y guardarla, para asegurarnos de que estamos en terreno de fe.

3. Construir tus Ebenezers
En el Antiguo Testamento, los Ebenezers eran pilares de piedra apilados como testigos de la ayuda que Dios había dado, por ejemplo, 1 Samuel 7:12. Estos servían como testimonio, para aquella generación y generacio­nes futuras, de la bondad de Dios. La fe se construye sobre la fe. Cuanto más sigues en fe, tantos más testimonios tienes personalmente del poder salvador de Dios. Este es el motivo por el que los verdaderos hombres de fe no pueden ser estremecidos en su confianza en Dios. Pueden llevarte de gira por sus Ebenezers. Es necesario, a veces, ir y mirar de nuevo en fe, las cosas que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. Están allí y se mantienen como testigos incuestionables de la bondad de Dios.

4. Usar los dones del Espíritu Santo
Si lees 1 Corintios 12:7-11 descubrirás que Dios ha provisto toda una gama de dones que son útiles para la vida de fe. Existe el entendimiento y conocimiento espiritual; y los dones de discernimiento y de fe. Todos son una parte de la provisión de Dios para la vida de fe y están disponibles a todos los que los busquen y los necesiten. El don de lenguas es particularmente apropiado cuando buscamos la opinión de Dios sobre un asunto determinado. Necesitamos dar sitio para que el Espíritu de Dios opere porque El sabe cómo orar (Romanos 8:26).

5. Pedir en fe
Jesús enseñó:
Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
(Lucas 11:9)
La fe es conocer la voluntad de Dios y sencillamente, entrar en ese conocimiento ante el Padre para confirmar ese ruego. La mayoría de la gente ora sin conocer y, por tanto, no está segura si su oración será contestada o no. La parte del ejercicio de fe más desafiante, y a veces el más prolongado, no es el pedir en fe; sino el proceso de llegar a estar seguro en la fe. Una vez que estés seguro, existe una gran paz y certeza en el Espíritu y no importa, en un sentido, el tiempo que tarde para que la respuesta aparezca en la práctica (Marcos 11:24).

6. Ganar la liberación de Satanás
Es necesario reclamar los recursos de Dios para su propio uso. Satanás domina grandemente las áreas de finanzas y poder. Intenta retener lo que es legítimamente de Dios y mantener al pueblo del Señor en pobreza y necesidad en su obra para el Reino. Esto no es correcto y necesitamos aprender a prevalecer contra el diablo, en alabanza y adoración para librar estas cosas de su mano. Este es el por qué necesitamos aprender a dejar que el enemigo se entere de nuestras oraciones. No le pedimos nada, sino que le dejamos saber que no vamos a permitir que retenga ninguna cosa buena que pertenezca a Dios. El temor muchas veces es un factor que impide a la gente moverse en la fe. Esto no viene de Dios (2 Timoteo 1:7). Necesitamos ver que en Jesús nos ha sido dada la autoridad de vencer al enemigo y librar los recursos necesarios en su nombre. (Colosenses 2:15; Colosenses 3:17).

7. Volver a la primera Palabra
En el período después de recibir la garantía de fe, muchas veces somos vulnerables al ataque por medio de semillas de confusión. En tales momentos necesitamos volver a la primera palabra de garantía. Dios no es un Dios de confusión sino de orden. Si tienes problemas reales, entonces coge tu dificultad y compártela con una persona de fe en quien sabes que puedes confiar (Isaías 55:11-13).
Jesús dijo:
Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
(Lucas 18: 8)
j) Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Qué lecciones de fe podemos aprender de la vida de Abraham? (Romanos 4:17-20).
2. ¿Podemos “nombrarlo y reclamarlo”?
3. ¿Por qué es arriesgada la fe?
4. ¿Por qué la gente con una imagen pobre de sí misma encuentra difícil, o incluso imposible, la fe?
5. ¿Vale la pena averiguar por lógica o razonamiento, cómo será realizada nuestra postura de fe?
6. ¿Quién es la fuente de nuestra fe y de toda nuestra provisión?
7. La realidad es lo que vemos nosotros o lo que dice Dios?
k) Resumen y aplicación
1. La fe libera el poder de Dios.
2. La fe es la confianza vertical, no la creencia horizontal.
3. Ser creyente cristiano significa nacer en fe y entrar en la fe. El desafío de Jesús es que seamos fieles a nuestro derechos de nacimiento y vida por fe.
4. La fe es dada como resultado de haber recibido la Palabra de Dios en nuestra vida.
5. La fe crecerá a medida que lleguemos a conocer a Dios y su Palabra (la Biblia).
6. La fe no crece a base de esfuerzos propios, sino por nuestro mirar hacia Dios (Hebreos 12:2; Marcos 11:22). 7. Nuestro nivel de fe muestra la dimensión de nuestro Dios.

Lección 65. Fe hacia Dios

a) Escrituras clave
Hebreos 11:1-3, 6
Mateo 17:20
Romanos 10:17
Romanos 1:17
b) Introducción
Esta es una progresión natural del arrepentimiento de obras muertas. Mientras que nuestro foco de atención había sido nuestra propia persona, ahora nuestro foco de atención es Dios. Las obras muertas siempre interfieren la fe hacia Dios. Tenemos que “volvernos de” para capacitarnos en “volvernos hacia”. Tiene que haber un arrepenti­miento de obras muertas para permitir que la fe hacia Dios se desarrolle. En efecto, cualquier cosa apartada de la fe en Dios está muerta (Hebreos 11:6; Romanos 14:23).
La fe en el contexto de esta verdad fundamental puede ser definida como “tener confianza, certeza o seguridad en otra persona y en la palabra de esa persona”. Tener fe en Dios lleva consigo un cambio de confianza, en lugar de en uno mismo, en El.
c) ¿Cómo se desarrolla la fe hacia Dios?
(I) Tener las actitudes mentales correctas
La fe es una persuasión. La palabra “fe” proviene de la palabra griega “pistis” que significa “persuasión firme; creencia fuerte y bienvenida; la convicción de la verdad de cualquier cosa” (2 Timoteo 1:12). Necesitamos damos cuenta de la inutilidad de todo sin Dios. La fe lleva consigo una actitud de humildad y sumisión a la voluntad de Dios (Filipenses 2:5-8) y necesitamos confesar esta actitud.
(II) Darse cuenta de que la fe es sustancia y realidad
La fe no es la imaginación ni el desear cosas hasta que lleguen a ser. Es la convicción de la verdad por la obra interior del Espíritu Santo. Si Dios nos da la fe para algo, podemos estar seguros de que en la mente de Dios esa cosa realmente existe y es tan buena como nuestra (Hebreos 11:1; Números 23:19).
(III) Darse cuenta de que la fe es un don de Dios
No podemos exaltarnos a nosotros mismos hasta creer. No es el resultado de una gimnasia mental. El Espíritu Santo debe poner la capacidad de creer a Dios dentro de nuestro corazón (Efesios 2:8).
(IV) La fe se desarrolla por medio de nuestro conocimiento de Dios
No puedes confiar en nadie que no conoces. Cuanto más conocemos a Dios y su fidelidad, su amor, su carácter, sus caminos y lo grande que es, etc., tanto más podremos confiar en El. Esta es una base para la verdadera fe hacia Dios (Deuteronomio 7:9; Salmo 9:10; 1 Tesalonicenses 5:24). Llegamos a conocer a Dios mientras que el Espíritu Santo nos da revelación de El por las Escrituras, y por revelación directa a nosotros en concordancia con las Escrituras. Esto está reforzado por medio de las experiencias de la vida al tiempo que nosotros, por fe, demostramos a Dios (Hebreos 11:6). No podemos llegar nunca a conocer realmente a nadie a menos que hablemos con él. La oración, entonces, es un modo maravilloso de llegar a conocer a Dios. La oración siempre manifiesta dos cosas: primero, un deseo de corazón de que todo lo que hagamos sea en la voluntad de Dios; y segundo, una confesión de nuestra total dependencia de El. Recuerda, la fidelidad de Dios es grande e inagotable (Salmo 89:34) y eterna (Salmo 119:90). Necesitamos comprometemos con Su fidelidad (1 Pedro 4:19; Hebreos 10:23), y necesitamos magnificar su fidelidad (Salmos 92:1-2; 89:1).
(V) La fe es una respuesta al oír
Dios comunica sus pensamientos por su Palabra. Cuando nos habilita para oír lo que nos está diciendo por el Espíritu, esto debería crear en nosotros la respuesta de creer o ser persuadidos de que lo que está diciendo es, ciertamente, la verdad y es para nosotros. “La fe es por el oír, y el oír por la Palabra (específica) de Dios”. (Romanos 10:17). Al confesar la palabra de fe que nos ha sido dada y mantenernos firmes en ella y, cuando sea apropiado, actuar en ella encontramos el poder creador de Dios obrando en esa palabra y por medio de ella, para llevar a cabo lo que ha sido prometido. Jesús nos dice que por fe nada será imposible para nosotros (Mateo 17:20). Tener fe lleva consigo un cambio, de sólo apoyarse de una fuente de conocimiento, es decir los sentidos (el cual necesitamos), o depender de una fuente de conocimiento superior, es decir conocimiento revelado.
El conocimiento sensitivo es todo el conocimiento natural que viene al hombre por medio de sus cinco sentidos. Este es un conocimiento limitado y se describe como la sabiduría humana (1 Corintios 2:4-6). El conocimiento revelado es conocimiento, no basado en los cinco sentidos ni en razonamientos naturales, sino en una fuente más alta, la verdad de la Palabra de Dios. Es revelado por el Espíritu Santo al espíritu del hombre y se describe como la sabiduría de Dios (1. Corintios 2:7-16)
Es, pues, la fe la certeza (la confirmación, el título de propiedad) de lo que (nosotros) esperamos, la prueba de lo que (nosotros) no vemos y la convicción de su realidad -la fe percibe como hecho real lo que no es revelado a los sentidos. (Hebreos 11:1 versión amplificada)

(VI) La fe viene por el experimentar a Dios y su fidelidad
Cuanta más fe tenemos hacia Dios, cuanto más experimentamos de su fidelidad y cuanto más crece nuestra fe. Dios también nos ha dado los dones de sanidad, milagros, etc. los cuales deberían dirigirnos hacia El y aumentar nuestra fe (Juan 2:11; 11:15).
(VII) La fe crece al recordar la fidelidad experimentada
d) Conclusión
La fe no es una actitud mental hacia los problemas. Es la misma naturaleza de Dios. Dios es un Dios de fe: creó el universo por fe (Hebreos 11:3). La persona nacida de nuevo por el Espíritu de Dios ha recibido el potencial de la naturaleza de Dios. La naturaleza antigua de todo hombre es dominada por fuerzas negativas tales como e temor, la duda, la confusión y error, pero la naturaleza nueva es la naturaleza de Dios que es creadora, trayendo orden del caos (Génesis 1:2), vida de la muerte, sanidad de la enfermedad, prosperidad de la pobreza, verdad de error, y justicia del pecado. La fe es la expresión de esta nueva naturaleza (Romanos 1:17). La fe hacia Dios es estilo de vida del discípulo de Jesús.
e) Preguntas y puntos de discusión
1. Por qué está muerto algo desprovisto de fe?
2. ¿Estamos haciendo algo que está desprovisto de fe hacia Dios, y qué vamos a hacer sobre ello?
3. ¿Qué dicen 1 Juan 5:4-5 y 1 Pedro 1:5 sobre la fe?
4. ¿Podemos reclamar tener fe sin las acciones para apoyarla? (Santiago 2:14-26).
5. ¿Quién es el autor y consumador de nuestra fe? (Hebreos 12:2).
6. ¿Qué significa “por fe andamos, no por vista”? (2 Corintios 5:7). 7. ¿Cómo debería expresarse la fe? (Gálatas 5:6).
f) Resumen y aplicación
1. El arrepentimiento de obras muertas es necesario para que la fe hacia Dios se desarrolle. 


2. Sin fe es imposible agradar a Dios.

3. La fe es creer que lo que Dios ha dicho pasará.

4. La fe lleva consigo el confiar en Dios más de lo que confiamos en nosotros mismos.

5. La fe hacia Dios debería ser el estilo de vida del discípulo de Jesús.

6. La fe proviene de Dios.

7. La fe crece a medida que aumenta nuestro conocimiento de Dios.

Lección 24. Esperanza, creencia y fe.

La fe es uno de los elementos más importantes en la vida cristiana. En realidad, todo lo que hacemos está relacionado con la fe, sea consciente o inconscientemente. Igualmente, todo lo que podemos recibir de Dios es por fe.

Lee los siguientes versículos y anota lo que dicen en cuanto a la fe: ¿Qué logramos por medio de ella?
Efesios 2:8
Somos salvos.
Hebreos 11:6
Agradar a Dios.
Hebreos 11:32-33
Conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas etc.
Hechos 14:9
Ser sanados.
Es importante que comprendamos bien lo que es la fe, porque por lo general no hay un concepto claro de lo que es. Veamos en primer lugar dos conceptos que son confundidos con la fe, pero que no lo son.

1. ESPERANZA NO ES FE
• Esperanza y fe son dos conceptos diferentes. La Palabra de Dios las distingue, mencionándolas separadamente. Lee l Corintios 13:13 y 1 Pedro 1:21.
• La esperanza se refiere siempre a cosas futuras, mientras que la fe tiene que ver mayormente con cosas presentes. En los siguientes pasajes, ¿la esperanza tiene que ver con cosas del presente o del futuro?
Salmo 39:4-7
Futuro
1 Juan 3:2-3
Futuro
• La esperanza tiene que ver más con nuestros sentimientos: anhelamos, deseamos, esperamos algo. La fe tiene que ver más con nuestra voluntad: decidimos creer y confiar en la promesa o la Palabra de Dios.
En Proverbios 13:12, ¿con qué se relaciona la esperanza?
Con el Futuro
• La esperanza lleva en sí misma algo de incertidumbre. Cuando decimos: "Tengo la esperanza de que Dios me sanará", estamos diciendo: "Creo que Dios me puede sanar; quiero y espero que lo haga, pero no estoy seguro de si lo hará, ni cuándo." Eso no es fe, porque la fe no admite duda. Con sólo esperanza no recibiremos las promesas de Dios, porque ellas se reciben por fe.

2. CREENCIA NO ES FE
En el idioma griego del Nuevo Testamento no había diferencia entre los conceptos de creencia y de fe, pero en nuestro idioma sí la hay. Para nosotros creer o creencia es más un asentimiento mental o intelectual, pero en el que no nos involucramos. En cambio tener fe es actuar sobre lo que creemos. Es una acción.
En Santiago 2:14-26 se nos presenta la diferencia entre fe y creencia en términos de una fe que produce obras y la fe muerta que no produce obras; es decir, una falsa fe que no tiene consecuencias en nuestra vida.

¿Qué dice Santiago 2:19?
También los demonios creen y tiemblan.

Vemos aquí que los demonios tienen la creencia en Dios, pero no actúan conforme a esta fe. Es la misma situación de todos aquellos que dicen que tienen fe en Dios pero no viven según esa fe. En realidad lo que tienen es sólo una creencia en Dios, pero no fe. Es "fe sin obras" o "fe muerta" en los términos de Santiago.
¿Cómo debemos vivir según Romanos 1:17?
Por la fe.

3. LO QUE ES LA FE
Lee Hebreos 11:1 y anota los dos conceptos que definen la fe
Fe es: La certeza de lo que se espera.
Fe es: La convicción de lo que no se ve.

Analicemos estos dos conceptos
a. Fe es certeza de lo que se espera.
La palabra "certeza" es traducción del griego hupóstasis, que significa "sustancia; lo que está debajo de; la realidad de algo."
Por lo tanto, fe es dar como real algo que todavía esperamos. Ya no es sólo tener esperanza de algo, como un sencillo deseo o anhelo, sino la absoluta seguridad de que ya tenemos ese algo. Es considerarlo tan real como si lo estuviéramos viendo y tocando. En Hebreos 6:11 vemos cómo la esperanza se convierte en certeza o fe.

b. Fe es convicción de lo que no se ve
La palabra "convicción" es traducción del griego élenchos que significa "demostración". Por lo tanto, tener fe es estar tan seguro de algo que no vemos, que es como si lo estuviéramos demostrando, o que no necesitamos mayor demostración.
Uniendo los dos conceptos, fe es dar por hecho algo que esperamos, aunque no lo tengamos todavía. Es dar por cierto algo que no vemos o no podemos comprobar con nuestros sentidos físicos. La mejor prueba la encontramos en Marcos 11:24, donde Jesús dice: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que ya lo habéis recibido, y os vendrá". (Esta es la traducción literal del original, según los eruditos en el idioma griego).

4. LA BASE DE NUESTRA FE
En el mundo natural ejercemos cierto grado de fe en todo lo que hacemos. Por ejemplo:
Trabajamos porque tenemos fe que nos van a pagar a fin de mes. Tomamos leche porque tenemos fe en que nos alimentará.
Nos ponemos en manos de un cirujano porque tenemos fe en que extirpará exitosamente el tumor que nos afecta.
Esta clase de fe se fundamenta en la información que tenemos: las referencias sobre el empleador; las enseñanzas recibidas en el hogar y en la escuela sobre el valor nutritivo de la leche; las recomendaciones sobre el cirujano, etc. Y también por las pruebas que vamos haciendo de todo esto a través de la experiencia en nuestra propia vida.
En el mundo espiritual, nuestra fe se basa en hechos y premisas revelados por Dios mismo, y comprobados en la experiencia cristiana.

Lee los siguientes versículos y anota las respuestas
a. Romanos 10:17. ¿Cómo podemos tener fe?
La fe es por el oír la palabra de Dios.
b. Lucas 1:37. ¿Por qué podemos tener fe aun en los casos más difíciles?
Porque nada hay imposible para Dios.
c. Hebreos 6:18. ¿Por qué podemos tener fe en las promesas de Dios?
Es imposible que Dios mienta.
d. Números 23:19. ¿Por qué podemos tener fe en la Palabra de Dios?
Dios no es hombre para que mienta…
e. Mateo 11:2-6. ¿A qué apeló Jesús para que Juan el Bautista creyera?
Las cosas que oís y veis: Su palabra y sus milagros.

5. EL PODER DE LA FE
¡Espera un momento!
La fe no tiene poder en sí misma como algunos creen. Muchos dicen: "Yo tengo mucha fe"; otros dicen: "Lo importante es que tengas fe"; otros más dicen: "La fe todo lo puede".
Pero veamos la enseñanza bíblica sobre lo que en realidad debemos entender al referimos al "PODER DE LA FE"

¿Cuánta fe se necesita para hacer prodigios según los versículos siguientes?
a. Mateo 17:20
Como un grano de mostaza.
b. Lucas 17:6
Como un grano de mostaza.
(Notemos que en ningún caso Jesús dijo: "Tienes que tener mucha fe". Entonces, ¿Por qué es la fe tan poderosa?
Porque no depende de nuestra fuerza o poder. Tampoco depende del poder de la fe en sí misma, sino que depende del poder de Dios.)
c. Juan 14:13-14: ¿Quién responde a nuestras oraciones y hace aquello que pedimos en fe?
De Jesús.
d. Juan 15:16: ¿Quién lo hace?
Dios.
e. Lucas 18:27: ¿Qué es imposible para Dios?
Nada
f. Marcos 9:23: ¿Qué es posible para el que cree?
Todo
La fe es sólo la llave que abre el flujo del poder de Dios; pero este poder sí es ilimitado. La fe aparte del poder de Dios no es nada. Pero la fe que descansa en el poder y la Palabra de Dios lo puede todo.
¡Por eso una fe tan pequeña como un grano de mostaza mueve montañas! ¡HAY PODER EN LA FE QUE DESCANSA EN DIOS!

6. LA FE SE DEBE FUNDAMENTAR EN LA PALABRA DE DIOS
Hemos visto ya el poder que tiene la fe, porque no depende de nosotros ni de ella misma, sino del poder de Dios.
Pero hay otro aspecto importante: la fe tiene que fundamentarse en la Palabra de Dios, porque no puede actuar en forma autónoma de la soberanía de Dios, ni en contra de su naturaleza santa.

a. Oseas 14:9. ¿Por qué no podemos pedir cosas malas a la luz de este versículo?
Porque los caminos de Dios son rectos.
b. Juan 15:7. ¿Cuál es la condición para que todo lo que pidamos sea hecho por Dios?
Permanecer en El y en sus palabras.
c. 1 Juan 5:14. ¿Cuál es la condición para que Dios nos conceda nuestras peticiones?
Que sea conforme a su voluntad.

Nuestra fe debe estar en armonía con la naturaleza santa de Dios, y con su voluntad soberana expresada en la Palabra escrita, o revelada por su Espíritu Santo a nuestra mente o a nuestro espíritu. Si se dan estas dos condiciones, podemos estar seguros de que Dios actuará para su gloria.

Memoriza los siguientes versículos

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Hebreos 11:1.
"Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá." Marcos 11:24.
Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?
Números 23:19
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Mateo 17:20
Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería. Lucas 17:6
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Juan 14:13,14
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Juan 15:16
El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Lucas 18:27
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. Marcos 9:23
¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán en ellos. Oseas 14:9
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. Juan 15:7
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 1 Juan 5:14,15

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