Debes…

Debes…

Arrepentíos y creed en el Evangelio

La predicación de Juan el Bautista y de Jesús era esta: Que las personas debían arrepentirse y entrar en el Reino de los cielos. La puerta del Reino Jesús estaba allí con ellos y luego El (a todos sus seguidores) los “transformó en puertas del cielo” cuando predicamos el Evangelio.

Marcos 1:14-15

Arrepentíos porque el Reino de los cielos se ha acercado Mateo 3:2. También anunciaba:

Mateo 3:8 Haced pues frutos dignos de arrepentimiento. El arrepentimiento verdadero se muestra por obras buenas y un cambio de vida que se produce por la vida de Jesús en nosotros y la presencia de su Espíritu Santo.

Jesús les dice a TODOS:

Mateo 9:9 SIGUEME.

También les dice a todos, que no miren lo que hacen los demás pues cada uno debe tomar una decisión concreta de seguir y someterse al Rey Jesús (si o no).

Juan 21:22 Jesús como a Pedro nos dice: Sígueme tú. Hechos 26:18 esa será nuestra tarea; Mateo

28:18-20; Predicar esto: Hechos 26:20 y persuadir a las personas de hacerse cristianas. Hechos 26: 28.

Jesús nos transformará e irá haciendo de nosotros: “Pescadores de hombres”.

Venid en pos de mi y os haré pescadores de hombres Marcos 1:17

Pedro como todos nosotros nos creemos incapaces de realizar esa obra pero Jesús estará con nosotros y podremos hacer aquello que nos manda hacer.

Lucas 5:8 El caso de PEDRO:

Soy pecador (dice Pedro) como diciendo: no sirvo, busca a otro…pero Jesús le dice:

Tú pescarás hombres Lucas 5:10

Jesús transforma a pecadores y personas simples y sencillas en sus discípulos.

La decisión es tuya: Josué 24:15 Josué decidió esto: Yo y mi casa serviremos al Señor.

Debes tomar esa decisión.

¿Serás un pescador de almas del tiempo final? ¿Rescatarás a los perdidos? ¿Los salvarás del infierno? ¿Los trasladarás de la potestad del diablo a la de Jesús? ¿Ayudarás a trasladar a las personas del reino de las tinieblas al Reino de Jesús?

Debes decir como PABLO Hechos 9:6 ¿Qué quieres que haga?: Y Jesús te dirá: Se te dirá lo que debes hacer.

(Jesús lo remite a sus autoridades espirituales) a aquellos cristianos más crecidos que pueden guiarte en los caminos de Jesús y enseñarte sus palabras.

En Hechos 22:10-16 se le dice a Pablo que Dios tiene una misión especifica para él, así como la tiene para ti, le dice “lo que está ordenado que hagas”. Hechos 10: 6, lo mismo que le dijo a Cornelio.

Había un plan específico para su vida, como lo hay para ti.

Ananías le dice: Que sea sano, que sea lleno del Espíritu Santo, que se bautice, que aprenda las bases del cristianismo y es enviado y sale a predicar.

Pablo recibe: Salvación, sanidad, el bautismo, es lleno del Espíritu Santo, aprende las bases del cristianismo y comienza a ser un testigo de Jesús. Hechos 9:17-20

Pablo aprende primero y luego enseña a otros lo aprendido y da informes a la iglesia (está sujeto a ella).

Ver Hechos 22:14-16; Hechos 14:26; Hechos 19:6; Romanos 15: 18:20. También forma grupos en las casas que luego se transformarían en Iglesias.

Ninfas y la Iglesia que está en su casa Colosenses 4:15

Lea por favor Mateo 9:35 al 10:10 y si lo desea lea también y medite en todo el capítulo 10 de Mateo.

Levantémonos y hagamos lo mismo que hacía Jesús y obedezcamos su mandato. ¡Este es nuestro tiempo! Dios tiene un plan similar para nosotros y una gran tarea (ordenada de antemano por El) para que la cumplamos en sus fuerzas y no en las nuestras.

Pr Gustavo Isbert

¿Qué debo hacer para vivir según la voluntad de Dios?

¿Qué debo hacer para vivir según la voluntad de Dios?

¿Qué debo hacer para vivir según la voluntad de Dios?

Oración diaria y gratitud
Ora tres veces al día: mañana, tarde y noche. Agradece a Dios en todo momento, pasando tiempo con Él (1 Tesalonicenses 5:17-18). La oración constante te fortalece espiritualmente y te ayuda a ser luz en tu entorno.

Influencia positiva y vida en Cristo
Sé una influencia en tu comunidad, vive de manera honesta y trabaja con integridad. Jesús nos llamó a ser “sal de la tierra” (Mateo 5:13), no pierdas tu sabor ni te diluyas. Vive lleno del Espíritu Santo y del amor de Dios.

Obediencia y prosperidad
Pon siempre las cosas de Dios primero (Mateo 6:33), vive en obediencia a su Palabra y verás su bendición. Pide prosperidad, pero no olvides que tu prosperidad viene de vivir una vida conforme a su voluntad. Explora más sobre la bendición de Dios aquí.

Compromiso con el Evangelio
Haz del evangelismo una prioridad en tu vida, siempre guiado por el Espíritu Santo. Como dice 2 Timoteo 2:2, enséñale a otros todo el consejo de Dios. No temas compartir tu fe, sea en reuniones en casas o en la vida diaria.

Llenura del Espíritu Santo
Procura que tanto tú como los demás sean llenos del Espíritu Santo (Hechos 9:17; Hechos 19:6). Solo así podrán ser verdaderos testigos de Cristo. Descubre más sobre cómo ser llenos del Espíritu aquí.

Testimonio y buenas obras
Vive una vida que refleje a Cristo. Que tu testimonio inspire a otros a acercarse a Dios. Ocúpate en buenas obras, siendo un mensaje viviente para quienes te rodean. Más sobre el testimonio cristiano.

Enfócate en tu propósito
Ora sin cesar y sigue los pasos de Cristo, siempre enfocado en el propósito de Dios para tu vida. No olvides que todo esfuerzo en su nombre será recompensado de formas que no imaginas. ¡Sigue adelante en fe!

Sigas sus pasos. Y Enfóquese en el propósito de Dios para su vida.

Pídele a Jesús un cambio en tu vida…pero debes tener el deseo de cambiar.

Pídele a Jesús un cambio en tu vida…pero debes tener el deseo de cambiar.

Procura cambiar de ser el que pide oración, de ser el necesitado, de ser el temeroso, de ser el carenciado, de ser el que necesita dinero y ayuda, del que está desorientado..EN UN CRISTIANO FUERTE, tu debes ser el que da, el que aconseja, el que le ora a otros, el que está lleno del Espíritu Santo, el que piensa en ayudar y no en ser ayudado, el que piensa en los demás y no solo en si mismo. el que está en las cosas de Dios o «en los negocios de nuestro Padre» y no solo enredado en los tuyos. PENSÁ UN POCO EN EL PROJIMO Y NO SOLAMENTE EN TI. PENSÁ EN LA OBRA DE DIOS Y SU PROGRESO Y NO SOLO EN TUS COSAS. Deja el YO y piensa en lo que puedes aportar a otro. Deja de orar (si oras) solo por tus necesidades y piensa en los demás. También SE FIEL a las personas o siervos de Dios que te ayudaron y no corras buscando otros lugares «de bendición» para que te sigan dando y dando a ti y oyendo solo lo que quieres que te digan (por supuesto solo bendiciones). Piensa así YO SOY EL QUE BENDIGO, DEBO PERMANECER EN LO QUE DIOS ME HA MOSTRADO Y SER FIEL DONDE EL ME HA PUESTO Y CUMPLIR EL LLAMADO PERSONAL DE DIOS  UTILIZANDO MIS DONES Y TALENTOS PARA LA EDIFICACIÓN DEL CUERPO DE CRISTO. ¡BASTA DE CORRER DETRAS DE BENDICIONES!. SI FUERA ASI,DEBERIAMOS IRNOS TODOS A COREA DONDE ESTÁ LA IGLESIA MAS GRANDE DEL MUNDO (y que tiene aire acondicionado) Y DEJAR LO QUE DIOS NOS HA MOSTRADO. SÉ DE BENDICIÓN DONDE DIOS TE HA PUESTO, EN TU RADIO DE INFLUENCIA.. ES ALLÍ DONDE DEBES DAR FRUTO Y ACTUAR CON EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO (Y SIENDO LLENO DE EL) CUMPLIR LA GRAN COMISIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESÚS. Mateo 28:18-20; Marcos 16:15-20. ¡Vamos… esfuérzate y pídele a Jesús ese cambio en tu actitud!

Lección 19. Una nueva responsabilidad. La mayordomía.

Dios nos ha mostrado su amor de muchas maneras: hemos recibido el perdón de todos nuestros pecados, se nos ha librado de la condenación eterna y hemos recibido seguridad de la gloria con Dios.
Además, hemos recibido una nueva vida de gozo, paz, y propósito. Tenemos comunión con Dios mediante la oración y la adoración. Tenemos un nuevo alimento: su Palabra, y hemos sido incorporados a una nueva familia: la Iglesia, donde nos edificamos en la comunión con nuestros hermanos en Cristo. Por todo esto, nuestra deuda con Dios es impagable, y sólo puede haber gratitud eterna en nuestro corazón.
Esto nos lleva a otro tema muy importante: el de NUESTRA RESPONSABILIDAD PARA CON DIOS. Habiendo sido redimidos del pecado, no podemos seguir viviendo en egoísmo y sin tener en cuenta los propósitos eternos de Dios. Esta NUEVA RESPONSABILIDAD es lo que llamamos en el título de esta lección: LA MAYORDOMÍA CRISTIANA. Veamos, pues, la enseñanza bíblica en cuanto a este tema:

A. EL DERECHO DE PROPIEDAD DE DIOS
Por lo general vivimos, pensamos y sentimos como si fuéramos dueños absolutos de nuestra vida y de las cosas que tenemos. Igualmente el hombre utiliza los recursos naturales, los explota y los usa de manera incorrecta hasta el punto de agotarlos, como si fuera el único dueño de este planeta, ¡y del universo! Pero ¿es así en realidad? ¿Qué dice la Palabra de Dios al respecto? Veamos:

1. Su derecho por creación
    a. ¿Dios es dueño de qué cosas según 1 Crónicas 29:11,14?
Todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyos.
    b. Génesis 2:15: ¿cuáles fueron los dos encargos que Dios dio al hombre con relación a la tierra que había creado?
Lo puso en el huerto para que lo labrara y lo guardara.
    c. Según Génesis 2:17, ¿Dios le dio al hombre libertad absoluta y sin restricciones?
No. Le dijo que no debería comer del árbol de la ciencia el bien y del mal.
A la luz de los textos estudiados y de toda la enseñanza bíblica, Dios tiene el derecho absoluto de propiedad sobre todas las cosas y sobre nuestra vida, por ser el Creador. Es lo que algunos llaman su DERECHO POR CREACIÓN.

2. Su derecho por redención
Efesios 2:1 dice: "y él (Cristo) os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados". Esa era nuestra situación: MUERTOS; viviendo esclavos del pecado, alejados de Dios, y caminando a una condenación eterna. Pero al ser salvos por Cristo, recibiendo una VIDA NUEVA, esta vida en realidad le pertenece a Él, por cuanto habíamos perdido el derecho a la nuestra.

¿Qué ha hecho Dios por nosotros, según los textos siguientes?
a.
1 Corintios 6:20; 7:23
Fuimos comprados, por un precio.
b. Tito 2:14
Jesús se dio a si mismo por nosotros.
c. Apocalipsis 5:9
Jesús fue inmolado y con su sangre nos redimió para Dios.

Es importante comprender los conceptos de "redención" y "redimir" en la Biblia. Su significado en el original es el de "comprar"; en algunos casos "comprar a un esclavo con miras a otorgarle la libertad".
Dios nos ha redimido, nos ha comprado pagando el precio de nuestra libertad con la sangre del Señor Jesús, quien se ofreció para morir en nuestro lugar, pagando por nuestros pecados. Lo que se llama su DERECHO POR REDENCIÓN.
Aplicando estas verdades a tu vida, Dios es tu dueño porque tiene el DERECHO DE PROPIEDAD sobre ti por Creación y por Redención.
Esto es lo que implica el concepto del señorío de Jesús. El dijo a los que le seguían: "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (Lucas 6:46).
Si le llamamos Señor (traducción del griego kirios, que significa amo, dueño absoluto), estamos reconociendo su derecho de propiedad sobre toda nuestra vida. Esta es la esencia del verdadero cristianismo.

B. LA MAYORDOMÍA DE NUESTRO SER
La verdad del derecho de propiedad de Dios, nos lleva a la NUEVA RESPONSABILIDAD que tenemos, y que es la MAYORDOMÍA DE NUESTRO SER. Es reconocer que ya no vivimos para nosotros mismos, sino para Dios; que sólo somos administradores de la vida que Él nos da, y por lo tanto, debemos hacerlo conforme a su voluntad y no a la nuestra.
El mayordomo, en el contexto de la enseñanza bíblica, es el administrador de una propiedad ajena. Implica un gran privilegio pero al mismo tiempo una gran responsabilidad. Veamos en la Palabra de Dios qué implicaciones tiene la mayordomía de nuestro ser:

1. La mayordomía reflejada en una vida de santidad
    a. ¿Qué desea Dios para nosotros en 1 Tesalonicenses 5:23?
La santificación completa, en espíritu, alma y cuerpo.
    b. ¿Qué debemos hacer según Romanos 12:1?
Presentar sus cuerpos en sacrificio vivo.
    c. ¿En qué cosas debemos usar la mente según Filipenses 4:8?
En todo lo verdadero, honesto, justo, puro, amable, buen nombre, virtudes, algo digno de alabanza.
En estos textos se nos exhorta a guardar en santidad todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, evitando la contaminación con el pecado, pues pertenecemos a un Dios santo.
Piensa por unos momentos en qué formas has estado mal usando tu espíritu, alma y cuerpo, y piensa en cómo puedes mejorar la mayordomía de tu vida.

2. La mayordomía reflejada en una vida de servicio
No sólo debemos vivir en santidad, sino que Dios quiere que usemos la vida que nos da para la extensión de su Reino en la tierra. Es el mejor uso que podemos dar a nuestro ser. Fíjate en los siguientes textos:
    a. ¿Para qué fuimos comprados según 1 Pedro 2:9?
Para anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
    b. En Mateo 28:18-20, ¿cuál fue el último mandato de Jesús a sus discípulos antes de ascender al cielo?
Ir, hacer discípulos, enseñándoles etc.
    c. ¿Para qué somos bautizados con el Espíritu Santo, según Hechos 1:8?
Para ser testigos suyos a todo el mundo.
El Señor Jesús dio enseñanzas muy claras en cuanto a la mayordomía de nuestra vida por medio de parábolas, como en la de los talentos en Mateo 25:14-30. Cada uno de nosotros hemos recibido dones y talentos, que debemos usar para la gloria de Dios, al ser testigos fieles de su salvación, de su amor y poder…

3. La mayordomía reflejada en el uso de nuestro tiempo
    a. ¿Qué nos manda la Palabra de Dios en Efesios 5:16?
Que aprovechemos bien el tiempo.
    b. ¿Cómo debemos usar el tiempo según 2 Timoteo 4:2-3?
Predicando la palabra de Dios.
Piensa en qué estás mal usando tu tiempo, y cómo puedes ser mejor mayordomo de ese tiempo

C. LA MAYORDOMÍA DE NUESTRAS POSESIONES
Hemos visto por la Palabra de Dios cómo el Señor es dueño de todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo; y también de nuestro tiempo. Pero Él es también el verdadero dueño de nuestras posesiones, que al fin de cuentas no son nuestras, y que Él nos ha dado simplemente para que las administremos.
En la Biblia, este reconocimiento se hace por medio de los DIEZMOS y de las OFRENDAS que damos a Dios.
El DIEZMO, en el Antiguo Testamento, era la décima parte de todo el producto, rebaño y ganado, que era declarado sagrado para Jehová. Las OFRENDAS eran dadas a Dios además del DIEZMO, como señal de gratitud por las bendiciones recibidas.
Veamos la enseñanza de la Palabra de Dios:
1. Génesis 14:20, Abraham dio sus diezmos.
2. Génesis 28:22, Jacob promete pagar sus diezmos.
3. Lucas 18:12, el joven rico daba fielmente sus diezmos. Lo mismo que el fariseo Lucas 18:12
4. Lee Malaquías 3:8-10. En este pasaje:
    a. ¿Qué le reclama Dios al pueblo?
Los diezmos y ofrendas
    b. ¿En qué le habían robado?
En los diezmos y ofrendas
    c. ¿Qué les prometió si eran fieles en los diezmos?
Bendición hasta que sobreabunde.
En Deuteronomio 26:1-2; 12; 16-19, los diezmos y ofrendas eran parte del pacto de Dios con el pueblo. Dios prometía bendecirlos y prosperarlos; el pueblo prometía santidad y obediencia. Esta obediencia incluía el diezmo. Así también en el Nuevo Testamento, tenemos promesas de que si le somos fieles y obedientes, Dios nunca nos dejará sin lo que necesitamos.
5. ¿Qué nos exhorta el Señor en Mateo 6:25-32?
Que no estemos afanosos por conseguir cosas como el alimento, el vestido y por la vida misma.
6. ¿Qué nos promete la Palabra en Mateo 6:33?
Que si buscamos primeramente el Reino de Dios y su justicia, todas las cosas serán añadidas.
7. ¿Qué principio espiritual se nos da en 2 Corintios 9:6?
El que siembra escasamente, segará escasamente y el que siembra en abundancia cosechará en abundancia.
El testimonio de muchísimos creyentes, es que si somos fieles en nuestros diezmos, el Señor nos bendice. En cambio, si no cumplimos con nuestros diezmos por incredulidad o por dureza de corazón, perdemos bendiciones, y muchas veces perdemos mucho más de lo que dejamos de dar. ¡CONFÍA EN EL AMOR Y LA FIDELIDAD DE DIOS!

Memoriza los siguientes versículos:

"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde." Malaquías 3:10
"Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará." 2 Corintios 9:6

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