¿Como podemos saber que al morir iremos al cielo con Dios?

¿Como podemos saber que al morir iremos al cielo con Dios?

Dios te ama mucho más de lo que te puedas imaginar y quiere que estés con El en el cielo para siempre. Juan 3:16-17

Pero tenemos pecados y así no podemos entrara al cielo. Eclesiastés 7:20

Dios creo la manera para perdonarnos y salvarnos pero debemos arrepentirnos de todos nuestros pecados y volvernos a Dios (no me refiero a una religión o ritos religiosos)

Hechos 3:19

Cristo en la cruz pagó la deuda de pecado que teníamos con Dios. El no solo murió como un ejemplo de humildad etc, sino que como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, murió en nuestro lugar y el castigo que nos correspondía y la muerte las llevó El en lugar nuestro (como nuestro substituto). 1 Pedro 2:24; 3:18; Juan 1:29; Isaías 53:5-6; 1 Juan 4:10; Hebreo 10:10, 12, 14, 17; Romanos 4:7-8; Romanos 5:8, 10.

Romanos 6:23.

Debemos creer estas buenas noticias (evangelio) Marcos 1:15 y recibir a Cristo en nuestro corazón como nuestro Señor, Salvador y Rey. Juan 1:12, Apocalipsis 3:20.

 

Esto lo podemos hacer mediante una oración similar a esta:

Querido Dios, gracias por enviar a Nuestro Señor Jesús a morir en la cruz para salvarnos y llevar nuestra culpa, en este momento tomo la decisión de arrepentirme de todos mis pecados y de recibir a Cristo en mi vida como mi personal Salvador, Señor y Rey.

Decido obedecerte con tu ayuda y gracias por tu perdón y porque ahora soy salvo y soy un verdadero hijo de Dios.

Romanos 10:13; 1 Juan 5: 11-12.

Dios te bendiga. Predicador Gustavo Isbert

www.elcieloesunlugar.com.ar

PD: Puede usted leer los pasajes citados en su Biblia para reforzar su fe.

LA SALVACIÓN DE TU ALMA….

LA SALVACIÓN DE TU ALMA….

La Salvación de tu alma… Si, tenemos un alma eterna dentro nuestro y una vez que este cuerpo ya no funcione…¿Dónde irá? ¿Cuál será tu destino eterno?…

¿Dónde pasarás la eternidad?

(Mateo 25:46)

E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

¿Dónde estarás dentro de cien años?

(Salmos 90:10)

Los días de nuestra edad son setenta años;

Y si en los más robustos son ochenta años,

Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,

Porque pronto pasan, y volamos.

¿Sos un hijo de Dios?

(Juan 1:12) Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

(1 Juan 3:2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

¿Sos salvo?

(Romanos 10:9) que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

(Romanos 10:13) porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

(Romanos 11:14) por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos.

¿Estás entre los que se salvan o entre los que se pierden?

(1 Corintios 1:18)

Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

¿Naciste de nuevo del Espíritu Santo?

(Juan 3:3) Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

(Juan 3:5) Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

(Juan 3:7) No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

¿Tenés el Espíritu Santo?

(Romanos 8:9) Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu (Santo), si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

¿Tenés a Cristo en tu corazón? El es la vida eterna.

(Juan 14:6) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

(Gálatas 2:20) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

(2 Corintios 13:5) Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

¿Tenés la vida eterna?

(Juan 3:16)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

(1 Juan 3:15)

Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

(Juan 5:24)

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

¿Perteneces al Reino de los cielos y estás en él?

(Colosenses 1:13) el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

¿Al morir estarás en el cielo con Dios o en el infierno, separado de Dios?

¿Irás a la vida eterna o al castigo eterno?

(Mateo 25:46) E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

¿Sabés que podés tener la certeza de que al morir irás derecho al cielo? Esto es por aceptar a Cristo en tu corazón y como Salvador, Señor y Rey tuyo?

¿Estás en el reino de las tinieblas o en el Reino de la luz, (el Reino de Dios)?

(Hechos 26:18) para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

¿Tenés tu nombre inscripto en el libro de la vida?

(Filipenses 4:3) Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

¿Participarás de la gloria de Dios o de la muerte segunda?

(Apocalipsis 20:6) Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo…

¿Sabías que si sos de Dios no participarás de la muerte segunda?

(Apocalipsis 20:14) Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

(Apocalipsis 20:15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

¿Querés ser un hijo de Dios?

¿Sabés que todas tus obras se están escribiendo en libros en el cielo?

(Apocalipsis 20:12) Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

¿Sabés que Dios te ama y que ha hecho todo para que estés para siempre con El en el cielo?

(Juan 3:16) Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

(Juan 3:17) Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

(Romanos 5:6) Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. (Nosotros).

(Romanos 5:7) Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.

(Romanos 5:8) Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

(Romanos 5:9) Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos del castigo.

(Romanos 5:10) Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. (En nosotros).

(Romanos 8:32) El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

(1 Juan 4:9) En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

(1 Juan 4:10) En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

¿Sabés cuáles son las buenas noticias del Evangelio?

Evangelio significa buenas noticias.

(Marcos 16:15) Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

(Todos deben saber esto y tú también)

Jesús pagó tu culpa en la cruz y llevó tus pecados y tu castigo.

(1 Pedro 2:24) quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

¿Qué debes hacer para ser salvo?

1. Arrepentirte de todos tus pecados.

(Hechos 3:19) Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

2. Saber y creer que Jesús murió en tu lugar y pagó tu culpa en la cruz.

(1 Pedro 3:18) Porque …. Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

(Hebreos 10:10) En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

(Hebreos 10:12) pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,

(Hebreos 10:14) porque con una sola ofrenda (Ofreciéndose a sí mismo en sacrificio) hizo perfectos para siempre a los santificados (nosotros).

3. Debes aceptar el regalo de tu salvación.

(Romanos 6:23) Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva (regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

(Efesios 2:4) Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

(Efesios 2:5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

(Efesios 2:8) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; (en la obra expiatoria de Cristo) y esto no de vosotros, (no es algo que se lo pueden ganar) pues es don (regalo) de Dios;

(Efesios 2:9) no por obras, (meritorias) para que nadie se gloríe (para que nadie pueda sentirse orgulloso).

4. Debes recibir a Cristo en tu corazón, por medio de una sincera oración.

(Juan 1:12) Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

(Apocalipsis 3:20)

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi vos y abre la puerta, ENTRARÉ A Él, y cenaré con él, y él conmigo.

¿Querés ser salvo o seguir perdido?

Si querés ser salvo, por favor orá esta sencilla oración de todo tu corazón:

Querido Jesús: Te pido perdón por todos mis pecados, creo que en la cruz moriste por mí y llevaste el castigo que me correspondía. Muchas gracias. En este momento tomo una decisión, abro mi corazón y te pido que entres en mi vida. Te recibo como mi Salvador, mi Señor y mi Rey. Muchas gracias porque me has perdonado de todos mis pecados y ahora soy verdaderamente un hijo de Dios. Amén.

Dale gracias a Dios por ser ahora su hijo.

(1 Juan 3:1)

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios.

(1 Juan 3:2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Porque sus pecados fueron perdonados.

(Colosenses 2:13) Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

(Hechos 3:19) Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

Porque Jesús es ahora su Pastor.

(1 Pedro 2:25) Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

Porque ahora tiene vida eterna al tener a Cristo.

(1 Juan 5:11) Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

(1 Juan 5:12) El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

(1 Juan 5:13) Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna …

Dale gracias a Dios porque has sido declarado Justo.

(Romanos 5:1) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Porque ninguna condenación hay ya para vos.

(Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.

Porque estarás siendo transformado más y más por la acción del Espíritu Santo que ahora habita en tu interior.

(Romanos 8:13) porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu Santo hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

(1 Corintios 6:11) Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

(Tito 3:3) Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

(Tito 3:4) Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

(Tito 3:5) nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

(Tito 3:6) el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,

(Tito 3:7) para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

(Romanos 6:22) Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Vos ya pertenecés al Reino de Dios, has nacido de nuevo del Espíritu Santo, Dios es tu Padre y sos es su heredero.

(Gálatas 4:7) sí que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

(Juan 20:17) Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

(Romanos 8:16) El Espíritu (Santo) mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

(Romanos 8:17) Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo.

Ahora estás seguro para siempre porque Jesús y Dios su Padre le cuidan y protegen.

(Juan 10:27) Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

(Juan 10:28) y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

(Juan 10:29) Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Espera con ansias la segunda venida de Nuestro Señor Jesús.

(Juan 14:3)

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

(1 Tesalonicenses 4:16)

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

(1 Tesalonicenses 4:17)

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

(1 Tesalonicenses 5:10)

quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

Así estaremos siempre con El.

Y si Dios le lleva al cielo antes disfrutará de la misma presencia de Dios, de su gloria y de todas las cosas maravillosas que ha reservado en el cielo para sus hijos.

(Lucas 16:22)

Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham (al cielo).

(Lucas 23:43)

Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

(Apocalipsis 22:3)

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

(Apocalipsis 22:4)

y verán su rostro (el rostro de Dios) y su nombre estará en sus frentes.

(Apocalipsis 22:5)

No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

(1 Corintios 2:9)

Antes bien, como está escrito:

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,

Ni han subido en corazón de hombre,

Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

Dios le bendiga mucho:

Predicador Gustavo Isbert

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La Importante labor de Cada Cristiano en Compartir el Evangelio

La Importante labor de Cada Cristiano en Compartir el Evangelio

Debemos entender hoy mas que nunca que CADA CRISTIANO ES EL MISIONERO O EL EMBAJADOR DEL REINO DE LOS CIELOS EN SU AREA DE INFLUENCIA y la Importante labor de Cada Cristiano en Compartir el Evangelio

  

Consejos Prácticos: ¿Por donde comienzo?

Haga una lista de sus amigos, parientes, vecinos, conocidos, compañeros etc y ore por ellos luego reúnalos en un lugar o en una casa y compártales el Evangelio.

¿Necesita materiales de estudio o quiere prepararse? entre en diosparatodos.com luego vaya al blog y haga clik en donde dice 100 lecciones, estúdielas por orden y luego vaya enseñando a otros.

Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. (2 Timoteo 2:2)

Esdras había preparado su corazón para estudiar la palabra de Dios y para cumplirla, y para enseñar en el pueblo de Dios sus estatutos y decretos. (Esdras 7:10)

Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. (Hechos 5:42)

Mensaje de Salvación para tu alma:

Mensaje de Salvación para tu alma:

MENSAJE DE SALVACIÓN MODELO

 

Mi función es procurar que todos ustedes vayan al cielo y yo quiero estar seguro de ello.

También procurar que no se desvíen de la fe.

Ej: Recuerdo unas ovejas en Neuquén que se subían por una ladera y se caían en vez de ir a los mejores pastos, yo debo guiarlos por el camino correcto: El de Dios.

Debes saber que El cielo y el infierno son reales y que no existe ni el purgatorio ni el limbo, (no figuran el las Sagradas Escrituras) ni hay oraciones por los muertos. Está escrito que morimos una sola vez y luego viene el juicio. Hebreos 9:27. (No hay reencarnación): esta es la verdad de Dios, aunque muchos “libres pensadores” equivocados piensen lo contrario.

(Mateo 25:46) Dice que El infierno y El cielo son reales.

E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

¿Querés ir el cielo cuando mueras?

¿Querés estar con Dios para siempre?

¿Querés tener vida eterna?

¿Querés ser salvo ahora?

¿Querés saber ahora que al morir irás para siempre al paraíso con Dios?

¿Querés tener esa seguridad?

¿Si te murieras ahora, tenés la certeza de que vas a ir al cielo? ¿o tenés dudas? ¿o no sabés a donde vas a ir por toda la eternidad?

(1 Timoteo 1:12) Dios te puede salvar como a Pablo y a miles de millones más.

Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio,

(1 Timoteo 1:13)

habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.

(1 Timoteo 1:14)

Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.

(1 Timoteo 1:15)

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

(1 Timoteo 1:16)

Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para (tener la) vida eterna.

 

(1 Timoteo 2:3)

Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,

(1 Timoteo 2:4)

el cual quiere que todos los hombres sean salvos (ESTAN PERDIDOS, VAN CAMINO AL INFIERNO) y vengan al conocimiento de la verdad.

(1 Timoteo 2:5)

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,

(1 Timoteo 2:6)

el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

DEBES SER SALVO, SER LLENO DEL ESPÍRITU SANTO Y SER UN DISCÍPULO DE JESÚS.

 

 

 

DEBES SABER ESTO:

(1 Juan 4:9)

En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

(1 Juan 4:10)

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

(Romanos 5:8)

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

(Romanos 8:32)

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

(Romanos 8:32) VP

Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas?

(2 Corintios 5:17) Dios te cambia.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

(Juan 3:3) Debes nacer de nuevo.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

(Juan 3:6)

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

(Efesios 2:1) Nuestra situación antes y después de nacer de nuevo.

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos (espiritualmente) en vuestros delitos y pecados,

(Efesios 2:2) en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,

(Efesios 2:3)

entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

(Efesios 2:4)

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

(Efesios 2:5)

aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida (eterna) juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

(Efesios 2:6)

y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

(Efesios 2:7)

para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

(Efesios 2:8)

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, (no es algo que ustedes hayan hecho) pues es don (un regalo) de Dios;

(Efesios 2:9) no por obras, para que nadie se gloríe.

(Efesios 2:1) VP

Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados

(Efesios 2:2)

en que vivían, pues seguían los criterios de este mundo y hacían la voluntad de aquel espíritu que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a Dios.

(Efesios 2:3)

De esa manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros malos deseos y cumpliendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos. A causa de eso, merecíamos con toda razón el terrible castigo de Dios, igual que los demás.

(Efesios 2:4)

Pero Dios es tan misericordioso y nos amó con un amor tan grande,

(Efesios 2:5)

que nos dio vida juntamente con Cristo cuando todavía estábamos muertos a causa de nuestros pecados. Por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación.

(Efesios 2:6)

Y en unión con Cristo Jesús nos resucitó, y nos hizo sentar con él en el cielo.

(Efesios 2:7)

Hizo esto para demostrar en los tiempos futuros su generosidad y su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

(Efesios 2:8)

Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios.

(Efesios 2:9)

No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada;

(Efesios 2:1) NTV

Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados.

(Efesios 2:2)

Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo el líder de los poderes del mundo invisible, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. (Cuidado, deben saber esto).

(Efesios 2:3)

Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.

(Efesios 2:4)

Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto

(Efesios 2:5)

que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)

(Efesios 2:6)

Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús.

(Efesios 2:7)

De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús.

(Efesios 2:8)

Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.

(Efesios 2:9)

La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.

  1. DIOS TE AMA ASI COMO ERES.
  2. PERO TENEMOS PECADOS. El hombre no es pecador porque peca sino que peca porque es pecador. El manzano da manzanas porque es un manzano, nosotros hacemos pecados porque somos pecadores, esa es nuestra naturaleza que solo puede ser cambiada por el Espíritu de Dios en nosotros. (Poco a poco). (Solo en el cielo seremos perfectos y semejantes a Jesucristo) 1 Juan 3:2

(Romanos 3:12)

Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;

No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

(Romanos 3:23)

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

(Romanos 3:24)

siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

(Eclesiastés 7:20)

Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

(1 Pedro 2:21)

Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

(1 Pedro 2:22)

el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;

(1 Pedro 2:23).

Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;

3. PERO CRISTO LLEVÓ NUESTROS PECADOS EN LA CRUZ Y MURIÓ EN NUESTRO LUGAR.

(1 Pedro 2:24)

quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

(1 Pedro 2:25)

Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

(1 Pedro 2:21) NTV

Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.

(1 Pedro 2:22)

Él nunca pecó y jamás engañó a nadie.

(1 Pedro 2:23)

No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia.

(1 Pedro 2:24)

Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz, para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto. Por sus heridas, son sanados.

(1 Pedro 2:25)

Antes eran como ovejas que andaban descarriadas. Pero ahora han vuelto a su Pastor, al Guardián de sus almas.

(1 Pedro 2:21) VP

Pues para esto los llamó Dios, ya que Cristo sufrió por ustedes,dándoles un ejemplo para que sigan sus pasos.

(1 Pedro 2:22)

Cristo no cometió ningún pecado ni engañó jamás a nadie.

(1 Pedro 2:23)

Cuando lo insultaban, no contestaba con insultos; cuando lo hacían sufrir, no amenazaba, sino que se encomendaba a Dios, que juzga con rectitud.

(1 Pedro 2:24)

Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz,para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.

(1 Pedro 2:25)

Pues ustedes andaban antes como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto a Cristo, que los cuida como un pastor y vela por ustedes.

(1 Pedro 3:18)

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo (en lugar de los injustos: nosotros) por los injustos, para llevarnos a Dios.

(1 Pedro 3:18)NTV

Cristo sufrió por nuestros pecados una sola vez y para siempre. Él nunca pecó, en cambio, murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios.

(1 Pedro 3:18)

Porque Cristo mismo sufrió la muerte por nuestros pecados, una vez para siempre.Él era inocente, pero sufrió por los malos, para llevarlos a ustedes a Dios.

4. DEBEMOS ARREPENTIRNOS Y CONVERTIRNOS.

(Hechos 3:19)

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

5. DEBEMOS RECIBIR A CRISTO PARA NACER DE NUEVO.

(Juan 1:12)

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad (el derecho) de ser hechos hijos de Dios;

(Juan 1:13)

los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

(Apocalipsis 3:20) Jesús quiere entrar en nosotros.

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, (esto es literal) y cenaré con él, y él conmigo, (tendremos amistad).

(1 Corintios 6:17) El Espíritu Santo debe unirse a tu Espíritu.

Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.

6. SOMOS DECLARADOS JUSTOS.

(Romanos 5:1)

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

(Romanos 8:1)

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Los que no siguen las inclinaciones

de su naturaleza pecaminosa sino los deseo del Espíritu Santo que vive en cada cristiano verdadero)

(Romanos 8:2)

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado 1. de la ley del pecado (lo que lleva siempre a pecar) y 2. de la muerte (eterna).

(1 Corintios 15:2)

por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. (es creer otra cosa que la verdad de las escrituras, no haber entendido el mensaje etc. Recordar los demonios creen en Dios pero no son salvos.

(Romanos 4:7) Podés y debés ser uno de estos.

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,

Y cuyos pecados son cubiertos.

(Romanos 4:8)

Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. (Por la obra de Cristo en la cruz a favor de los hombres).

(Romanos 5:8)

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

(Romanos 5:9)

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

(Romanos 5:10)

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida (en nosotros).

(Romanos 6:17)

Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;

(Romanos 6:18)

y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

(Romanos 8:21)

porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

(1 Juan 5:11)

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

(1 Juan 5:12)

El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

(1 Juan 5:13)

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.

 

 

 

 

 

(1 Pedro 1:3) RV 60

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer (nacer de nuevo) para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,

(1 Pedro 1:4)

para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,

(1 Pedro 1:5)

que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

(1 Pedro 1:6)

En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,

(1 Pedro 1:7)

para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,

(1 Pedro 1:8)

a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;

(1 Pedro 1:9)

obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

(1 Pedro 1:3) VP

Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Esto nos da una esperanza viva,

(1 Pedro 1:4)

y hará que ustedes reciban la herencia que Dios les tiene guardada en el cielo, la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse.

(1 Pedro 1:5)

Por la fe que ustedes tienen en Dios, él los protege con su poder para que alcancen la salvación que tiene preparada, la cual dará a conocer en los tiempos últimos.

(1 Pedro 1:6)

Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas.

debe ser probada por medio del fuego.La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.

(1 Pedro 1:8-9)

Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora, creyendo en él sin haberlo visto, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con palabras, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

Somos salvos ¡Gracias Dios nuestro!

Oración de entrega a Jesús para ser salvo: (Si nunca la has hecho, hazla por favor).

Señor Jesús en este momento te pido perdón de todos mis pecados, creo que moriste por mí y en mi lugar en la cruz, llevando mi culpa.

Tomo la decisión de seguirte y te recibo en mi corazón como mi Señor, mi Salvador y mi Rey. Gracias Jesús por perdonarme y limpiarme de todos mis pecados y porque ahora soy verdaderamente un hijo de Dios. Amén. 1 Juan 5:11-13. Predicador Gustavo Isbert.

Un mensaje de salvación para tu alma:

Un mensaje de salvación para tu alma:

MODELO DE UN MENSAJE DE SALVACIÓN:

DEBEMOS SABER QUE:

1. DIOS NOS AMA.
2. PERO TENEMOS PECADOS.
3. DEBEMOS ARREPENTIRNOS DE NUESTROS PECADOS.
4. CRISTO MURIÓ EN LUGAR DE NOSOTROS LLEVANDO NUESTRA CULPA Y CASTIGO.
5. HAY UN SOLO CAMINO PARA IR AL CIELO: A TRAVÉS DE LA OBRA DE JESUCRISTO A NUESTRO FAVOR.
6. DEBEMOS RECIBIR A JESUCRISTO COMO NUESTRO SALVADOR, SEÑOR Y REY.
7. PODEMOS HACER ESTO POR MEDIO DE UNA ORACIÓN DE ENTREGA DE NUESTRAS VIDAS A EL.
8. AHORA JESÚS VIVE EN TI, LO MISMO QUE SU ESPÍRITU SANTO.
9. SOMOS SALVOS Y TENEMOS VIDA ETERNA.
10. DEBEMOS AHORA SER COMO UNA LUZ  EN LA OSCURIDAD.
11. DEBEMOS SER MISIONEROS EN NUESTRO ENTORNO.
12. MIENRAS ESPERAMOS QUE JESUCRISTO VUELVA.

LECTURA BÍBLICA:
(Efesios 2:1)
Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados.
(Efesios 2:2)
Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios.
(Efesios 2:3)
Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.

1. DIOS NOS AMA.

(Efesios 2:4)
Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto
(Efesios 2:5)
que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)
(Efesios 2:6)
Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús.
(Efesios 2:7)
De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús.
(Efesios 2:8)
Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.
(Efesios 2:9)
La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.
(Efesios 2:10)
Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.

(Romanos 8:32)
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

(Romanos 5:6)
Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores.
(Romanos 5:7)
Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena.
(Romanos 5:8)
Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
(Romanos 5:9)
Y, como se nos declaró justos a los ojos de Dios por la sangre de Cristo, con toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios.
(Romanos 5:10)
Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo.

(Juan 3:16)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

(1 Juan 4:9)
Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él.
(1 Juan 4:10)
En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.

2. PERO TENEMOS PECADOS.

(Eclesiastés 7:20)
No hay una sola persona en la tierra que siempre sea buena y nunca peque.

(Romanos 3:10)
Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
(Romanos 3:11)
No hay quien entienda,
No hay quien busque a Dios.
(Romanos 3:12)
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

(Romanos 3:23)
Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.
(Romanos 3:24)
Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados.

(Romanos 6:23)
Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.
(Romanos 6:22)
Pero ahora quedaron libres del poder del pecado y se han hecho esclavos de Dios. Ahora hacen las cosas que llevan a la santidad y que dan como resultado la vida eterna.

(1 Juan 1:8)
Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad.

3. DEBEMOS ARREPENTIRNOS DE NUESTROS PECADOS.

(1 Juan 1:9)
Pero, si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

(Hechos 3:19)
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

(Marcos 1:14)
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
(Marcos 1:15)
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

(Hechos 26:20)
sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

(Lucas 13:3)
Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

(Lucas 13:5)
Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

(Hechos 20:21)
He tenido un solo mensaje para los judíos y los griegos por igual: la necesidad de arrepentirse del pecado, de volver a Dios y de tener fe en nuestro Señor Jesucristo.

4. CRISTO MURIÓ EN LUGAR DE NOSOTROS LLEVANDO NUESTRA CULPA Y CASTIGO.

(1 Pedro 2:24)
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

(1 Pedro 3:18)
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

(Juan 10:15)
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
(Juan 10:17)
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

(Isaías 53:5)
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
(Isaías 53:6)
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

(Isaías 53:10) Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
(Isaías 53:11)
Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
(Isaías 53:12)
Por tanto, yo le daré parte con los grandes… por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

(Hebreos 1:2)
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
(Hebreos 1:3)
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

(Hebreos 10:10)
En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

(Hebreos 10:12)
pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,

(Hebreos 10:14)
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

5. HAY UN SOLO CAMINO PARA IR AL CIELO: A TRAVÉS DE LA OBRA DE JESUCRISTO A NUESTRO FAVOR.

(Juan 14:6)
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

(Hechos 4:12)
Y en ningún otro hay salvación; (Solo en Jesús)
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

6. DEBEMOS RECIBIR A JESUCRISTO COMO NUESTRO SALVADOR, SEÑOR Y REY.

(Juan 1:12)
Pero, a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.

(Apocalipsis 3:20)
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

7. PODEMOS HACER ESTO POR MEDIO DE UNA ORACIÓN DE ENTREGA DE NUESTRAS VIDAS A EL.

Usted puede hacer una oración similar a esta:

Querido Dios en este momento te pido perdón por todos mis pecados y me arrepiento de cada uno de ellos, te agradezco porque moriste en mi lugar en la cruz llevando mi culpa y el castigo que me correspondía, tomo ahora la decisión de seguirte, ponerme bajo tu autoridad y te recibo en mi vida como  mi Salvador, Señor y Rey. Gracias porque me has perdonado, adoptado como hijo, por salvarme y darme vida eterna. Muchas gracias. Lléname ahora de tu Espíritu Santo y guíame siempre para que ande en tu voluntad para mi vida. Amén.

8. AHORA JESÚS VIVE EN TI LO MISMO QUE SU ESPÍRITU SANTO.

(Gálatas 2:20)
… ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

(2 Corintios 13:5)
¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros….?

(1 Corintios 3:16)
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

(1 Corintios 6:19)
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

(2 Corintios 6:16)
….Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.

(Colosenses 1:27)
Pues él quería que su pueblo supiera que las riquezas y la gloria de Cristo también son para ustedes, los gentiles. Y el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de que participarán de su gloria.

9. SOMOS SALVOS Y TENEMOS VIDA ETERNA.

(Tito 3:5)
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

(Juan 10:27)
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
(Juan 10:28)
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
(Juan 10:29)
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

(1 Juan 3:1)
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios…
(1 Juan 3:2)
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

(Romanos 5:1)
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

(Romanos 8:1)
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu Santo.

(Efesios 2:5)
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

(Efesios 2:8)
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

10. DEBEMOS AHORA SER COMO UNA LUZ  EN LA OSCURIDAD.

(Mateo 5:16)
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

(Hechos 5:42)
Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.

11. DEBEMOS SER MISIONEROS EN NUESTRO ENTORNO.

(Marcos 5:19)
Mas Jesús…. le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
(Marcos 5:20)
Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.

(Mateo 28:18)
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
(Mateo 28:19)
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
(Mateo 28:20)
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

12. MIENTRAS ESPERAMOS QUE CRISTO VUELVA.

(Juan 14:2)
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
(Juan 14:3)
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

(2 Tesalonicenses 1:7)
y a vosotros… daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,

(2 Tesalonicenses 1:10)
cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).

(1 Tesalonicenses 4:14)
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
(1 Tesalonicenses 4:15)
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
(1 Tesalonicenses 4:16)
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

(1 Tesalonicenses 4:17)
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Por Gustavo Isbert.

Lección 70. Comprender la Cruz (tercera parte) La virtud de la cruz

a) Escrituras clave
1 Juan 2:1-21
Juan 4:4
2 Pedro 1 3                                               
1 Pedro 2:24
b) Introducción
Satanás quiere que vivamos en incredulidad y desesperación y que dejemos de creer que el Padre puede cubrir nuestras necesidades. Pero Dios ha establecido sus promesas y principios en la cruz del Calvario. Si Dios faltara en sostener a su pueblo y cubrirle en todo punto su necesidad espiritual, física y material, estaría negando la obra que ha llevado a cabo por medio de su Hijo Jesús (2 Corintios 8:9). Hay cuatro áreas en que necesitamos ver la obra acabada de Cristo: perdón, provisión, victoria y sanidad.
c) La virtud del perdón
La autocondenación es una característica común de nuestra experiencia humana. Muchos creyentes cristianos sufren de condenación de espíritu. La realidad de los fracasos diarios en nuestro caminar con Dios, y la presión de nuestra interacción diaria con otra gente a menudo llevan a sentimientos de indignidad e insuficiencia. El perdón es un hecho desde el punto de vista de Dios. En Cristo, ha cubierto todos nuestros pecados y cuando venimos a El en arrepentimiento y confesión nunca deja de limpiarnos y darnos ese sentido de libertad y frescura que es nuestro derecho por la muerte de nuestro Salvador. Pero al diablo nunca le gusta dejarlo allí. Le encanta aprovecharse de nuestros sentimientos de debilidad e intenta llevarnos de nuevo a la condenación y esclavitud en nuestro corazón. Aquí es donde necesitamos recibir nuestro perdón. Satanás intenta convencernos de que, de algún modo, necesitamos pagar por nuestros pecados. Pero esta es una contradicción total a la enseñanza de las Escrituras y a la obra del Calvario. Jesús ha cubierto toda nuestra deuda y necesitamos recibir nuestro perdón en El (1 Juan 1:7-9). Tenemos un Salvador que está en estos momentos hablando con el Padre en nombre nuestro. Al abrir la boca y pedir perdón El está nombrando nuestro nombre ante nuestro Padre celestial.
d) La virtud de la provisión
Al diablo no le importa que creamos en Dios, mientras sea un Dios que no hace nada. El propósito de Satanás es romper la relación de confianza en Dios que el Espíritu Santo trae a la vida cuando nacemos de nuevo por su poder. Es por el Espíritu que conocemos a Dios como nuestro Padre, y es por El que venimos a Dios nuestro Padre en sencilla confianza y fe (Romanos 8:15-16). “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con El todas las cosas?” (Romanos 8:32). Cada vez que luchamos con un sentimiento de necesidad deberíamos volver al Calvario. Después de Jesús cualquier otra provisión ¡es una nota al pie de una página! Todo lo que podarnos necesitar está incluido en El, y por fe en El conocemos esa liberación que nos da su provisión en nuestra vida día a día.
e) La virtud de la victoria
En su muerte, Jesús consiguió victoria para nosotros sobre el pecado, la muerte, el mundo y el poder de Satanás: los grandes enemigos que persiguen los pasos de todo ser humano. Satanás continuamente trata de llevarnos a la derrota y debilidad por estos medios. Necesitamos tener clara nuestra victoria en Jesús, para que podamos vencer a Satanás en sus ataques a nuestra vida. Jesús ha ganado por nosotros la victoria sobre el pecado y la muerte (Romanos 5:12,15).
Las dos grandes armas de Satanás: la culpabilidad y el miedo, son, por consiguiente, inefectivas en la vida de cristiano que se mantiene firme en la obra acabada de la cruz. Jesús ha ganado por nosotros la victoria sobre e mundo. El mundo es aquel sistema satánico de maldad que ha impregnado el orden de Dios y la sociedad humana; el cual lleva a los hombres y mujeres a la oscuridad y lejos de Dios. Pero por la obra acabada de Cristo en la cruz que venció los principados y potestades de este mundo oscuro, podemos compartir su victoria en el poder presente del Espíritu Santo (1 Juan 5:4-5). Ha ganado por nosotros victoria sobre Satanás. La cruz fue, en efecto, la batalla císmica entre el poder de Dios y el poder de Satanás. Todo lo que fluye a nosotros desde la cruz, es posible porque Jesús ganó la victoria. Aquella victoria no fue ganada en algún rincón oscuro y secreto, sino en la arena pública para que todos la vieran. Cuando Jesús clamó “consumado es”, no clamaba en debilidad o desesperación sino que proclamaba públicamente la poderosa victoria de Dios. En Jesús, Dios ha vencido todos los poderes de la tinieblas, así que ya no constituyen una amenaza a los que se mantienen en fe en Cristo Jesús (Colosenses 2:13-16)..
f) La virtud de la sanidad
El don universal que viene a la humanidad desde la cruz es el don de salvación en el sentido de perdón de pecados Sin embargo, la cruz del Calvario también es la base de cada otra provisión que el Padre nos puede dar y nos dará según su voluntad. Esto incluye sanidad. Hay factores que controlan si estas provisiones serán dadas en cada caso, por ejemplo, cuando necesitamos ejercitar más fe, o cuando nuestra vida impide que el Padre sea tan generoso como quiere ser. Hay también otros factores escondidos. Sin embargo, esto no nos debería frenar la oración en fe o pedir al Padre ayuda en todo momento de necesidad. Podemos confiar en el Señor, pero no le podemos manipular (Deuteronomio 29:29). Tres hechos principales muestran que la sanidad del cuerpo es una parte íntegra del propósito del Padre en la obra del Calvario.
(I) Dios ha establecido el principio de sanidad en la muerte y resurrección de Jesús. Jesús murió contusionado y roto. Pero fue resucitado sano e ileso.
(II) Las Escrituras testifican claramente de la inclusión de la sanidad física como parte de la obra del Calvario (Romanos 8:11). Jesús murió, no solamente para llevar nuestros pecados, sino para llevar nuestras penas y nuestras enfermedades (Isaías 53:4-5; 1 Pedro 2:24). Jesús murió no solamente para salvar nuestra alma; sino todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.
(III) El testimonio directo de sanidad está hoy en el poder del Espíritu Santo: el propósito de Dioses que vivamos
ahora en lo bueno y con el poder de la vida eterna. ¡No existe tal cosa como un creyente sin sanar!
La realidad es que la cruz fue el encuentro decisivo en la batalla entre el bien y el mal. Allí Satanás fue por fin desnudado de su poder y su destino fue sellado definitivamente. ¡Pero todavía existe una guerra! Asimismo la obra decisiva ha sido conseguida para nuestra sanidad, pero todavía no estamos plenamente sanados. Cada milagro de la gracia de Dios es un milagro de promesa. Es un tipo o indicador de lo que nos pertenecerá cuando Jesús venga en su Reino de gloria. El hecho de que la batalla está ganada, pero no acabada, no nos impide ocuparnos en la guerra espiritual a todos los niveles en el día de hoy. Al contrario, nos debería estimular. Así es con la cuestión de sanidad, ¡porque ciertamente esta es parte de la batalla! No deberíamos inhibirnos de orar sólo porque nos damos cuenta de que todavía, no todo es perfecto.
g) Seis razones por las cuales fallamos en recibir-nuestra sanidad
(1) Alguna gente no tiene fe en Dios para su sanidad (Santiago 5:15).
(II) El pecado personal sin confesar crea una barrera a la gracia de Dios (Santiago 5:16).
(III) La desunión persistente y extensa, el pecado e incredulidad en cuerpos de creyentes y familias impiden sanidad en los miembros individuales del cuerpo (1 Corintios 11:30).
(IV) Por diagnóstico incompleto o incorrecto de lo que causa sus problemas, ]agente no sabe orar correctamente.
(V) Alguna gente supone que Dios siempre sana instantáneamente, y cuando no es sanada inmediatamente, deja de orar.
(VI) Alguna gente busca en la dirección equivocada su sanidad. Es importante oír la Palabra de Dios con respecto al proceso de sanidad. Algunos tendrán un toque sobrenatural directamente de Dios para su sanidad, pero otros recibirán alivio y sanidad por ayuda médica o quirúrgica. Recuerda, no toda sanidad viene de Dios, por consiguiente, es importante para nosotros ejercitar el don de discernimiento cuando viene a estas áreas profundas de la vida.
h) Conclusión
E ningún sitio es el amor incondicional más plenamente expresado que en la cruz (1 Juan 4:10). Necesitamos ser animados para venir como niños a nuestro Padre celestial. El sabe lo que es mejor para nosotros. Necesitamos venir al trono de gracia con confianza, para que podamos recibir misericordia y hallar gracia para ayudarnos en nuestra hora de necesidad (Hebreos 4:16). Dios ha asegurado nuestro porvenir en cada área por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús (Romanos 8:32).
i) Preguntas y puntos de reflexión
1. ¿Por qué tantos cristianos se sienten condenados, indignos e insuficientes? Discútelo.
2. ¿Qué provisión ha asegurado Dios para nosotros para liberamos de condenación, y qué necesitamos hacer? (1 Juan 1:7-9)
3. ¿Es el sacrificio que hizo Jesús suficiente para cubrir todas nuestras necesidades?
4. ¿Dónde está Satanás con relación a nosotros y cuánto poder tenemos disponible para nosotros cuando estamos en Cristo? (Efesios 1:17-23).
5. Lee y discute las seis razones por las cuales fallamos en recibir nuestra sanidad, y compáralas con los tres hechos principales demostrando que nuestra sanidad es una parte íntegra de la obra de Jesús en la cruz.
j) Resumen y aplicación
1. Dios ha prometido cubrir toda necesidad espiritual, física y material para todo su pueblo por la obra de Jesús en la cruz.
2. Los hijos de Dios deberían ser libres de condenación, porque tienen disponible para sí el perdón de Dios. 3. Dios ha prometido cubrir todas nuestras necesidades según sus riquezas en gloria (Filipenses 4:19).
4. Jesús ha ganado para nosotros la victoria sobre el pecado, la muerte, el mundo y el poder de Satanás por su obra en la cruz.
5. La sanidad del cuerpo es una parte íntegra del propósito de nuestro Padre celestial en la obra de Jesús en la cruz del Calvario.
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