Christian social action:

Christian social action, of which so much is said today, is reduced, in short, to the action of Christians in the world wherever you are. It is assumed that the church as an organization becomes a factor of political power, but Christians should be interested in politics, and bring their beliefs with them. The church, as an organization, should not directly intervene in disputes between capital and labor, but Christians who are leaders in the field of labor and capital, be involved with his convictions when confrontations arise from the two fields. The trader who is in Christ, he will try to treat their employees like Christ and Christian employees will perform their work day as Jesus would. The basis of a true "social action" is to act as the premise established in 1 John 4:17: "… as he is, so are we in this world."
In the company of the whole family must participate cooperate with God’s work even on a broader basis, helping to support the mission field, helping the local church projects, etc.. Of course, we have the Lord who will direct us in all these things, but that the "wait on the Lord" does not become an excuse for doing nothing. The make is a vital part of our life and Christian witness.
Partnering with God. The word cooperate means simply "work together", and Scripture tells us that God wants us to be partners with him. (1 Corinthians 3:9, 2 Corinthians 6:1.) All this means that while God created us as free beings, he is awaiting our collaboration to introduce their love to the world.
The Lord Jesus did not write books, but most important of all the world’s books written about him, never traveled more than a few miles from his birthplace, and yet devised a plan to reach the most remote parts of the world . After cleaning of his sins, his followers filled with love, joy and power of God, and sent them to shed that joy, that love and that power over others and tell them that they too could be forgiven and filled with the glory and power of God. In this consists the good news, the Gospel, and those who hear and accept it as part of God’s people, the Church.
It is a remarkably effective method, because if a person receives Christ today, while receiving a higher power to witness receiving the baptism in the Holy Spirit, and am helping other two to receive, ensuring that these are also baptized into e1 Holy Spirit, and in turn those two people reach four in the subsequent days, and win those four to eight, and continued in that geometric progression, in a month, ie in thirty-one days have reached and won for the Kingdom of God! billion people!
This extraordinary multiplication would occur in the event that every Christian won only two people to God throughout their lives. As you would imagine, a Christian who has the power of God should pray for the opportunity to witness for Christ every day, so that during its existence hundreds of people were won to Christ
This is the principle on which it was based Jesus to reach the world: each person telling others, and they, in turn, to other, until they are millions who are filled with the glory of God in all the corners of earth. This action plan has been launched again and again, and then failed due to infidelity already forgetful of man, and the confusion and diversions caused by the enemy. But failure is largely because the message was transmitted only partially: forgiveness without power. Today. however, is again proclaimed the "full gospel" not only the essential fact that God forgives and loves his people, but in doing so he gave power to win others. God’s plan is that millions of men and women, and even children, worldwide, are bearers of his message of love, forgiveness, healing and power for all mankind. We are living in the era of the revival of the church, and it is so exciting! Around the world people are discovering how wonderful it is to talk to others about Jesus and the power of the Holy Spirit, and we know that God’s plan will not fail! It may well be that the last revival before the coming of the Lord. We hope and pray that this book will help many to cooperate with God and as sons and collaborators we filled, to overflowing, with great joy.

La acción social del Cristiano:

La acción social del cristiano, de lo cual tanto se habla hoy en día, se reduce, en pocas palabras, a la acción del cristiano en el mundo dondequiera se en­cuentre. No se supone que la iglesia, como organi­zación, se transforme en un factor de poder político, pero los cristianos deben interesarse en la política, y traer sus convicciones con ellos. La iglesia, como organización, no debe intervenir directamente en las diferencias entre capital y trabajo, pero los cristianos que sean dirigentes en el campo del capital y del trabajo, deben participar con sus convicciones cuando se plantean las confrontaciones de los dos campos. El comerciante que está en Cristo, tratará a sus empleados como los trataría Cristo, y los em­pleados cristianos rendirán su jornada de trabajo como lo haría Jesús. La base de una verdadera "ac­ción social" es actuar según la premisa establecida en 1 Juan 4:17: "… como él es, así somos nosotros en este mundo."

En compañía de toda la familia debemos participar colaborando con la obra de Dios sobre bases más amplias aun, ayudando al sostén del campo misione­ro, ayudando en los proyectos de la iglesia local, etc. Por supuesto, debemos contar con el Señor, quien nos dirigirá en todas estas cosas, pero que el "esperar en el Señor" no se convierta en una excusa para no hacer nada. El hacerla constituye una parte vital de nuestra vida y testimonios cristianos.

Cooperando con Dios. La palabra cooperar signifi­ca simplemente "trabajar juntos", y la Escritura nos dice que Dios quiere que seamos colaboradores con él. (1 Corintios 3:9: 2 Corintios 6:1.) Todo esto quiere decir que si bien Dios nos ha creado como seres libres, él está pendiente de nuestra colabora­ción para introducir su amor al mundo.

El Señor Jesús no escribió ningún libro, pero el más importante de todos los libros del mundo es­cribe sobre él; nunca viajó más allá de unos pocos kilómetros de su lugar de nacimiento, y sin embargo trazó un plan para alcanzar los lugares mas remotos del mundo. Después de limpiarlos de sus pecados, lle­nó a sus seguidores con el amor, el gozo y el poder de Dios, y los envió para derramar ese gozo, ese amor y ese poder sobre otros y decirles que ellos también podían ser perdonados y llenados de la gloria y del poder de Dios. En esto consisten las buenas nuevas, el Evangelio, y las personas que lo escuchan y lo aceptan forman parte del pueblo de Dios, la Iglesia.

Es un método notablemente eficaz, pues si una persona recibe hoy a Cristo, y al mismo tiempo recibe un mayor poder para testificar recibiendo el bautismo en el Espíritu Santo, y mañana ayuda a otros dos a recibirlo, asegurándose de que estos también sean bautizados en e1 Espíritu Santo, y a su vez esas dos personas alcanzan a cuatro en el día subsiguiente, y esos cuatro ganen a ocho, y se continúa en esa pro­gresión geométrica, en un mes, es decir en treinta y un días se habrán alcanzado y ganado para el reino de Dios, !mil millones de personas!

Esta multiplicación extraordinaria se daría en el caso de que cada cristiano ganara solamente dos personas para Dios durante toda su vida. Como es de imaginar, un cristiano que cuenta con el poder de Dios debería orar pidiendo 1a oportunidad de testifi­car por Cristo todos los días, para que durante su existencia centenares de personas fueran ganadas para Cristo

Este es el principio sobre el cual se basó Jesús para alcanzar al mundo: cada persona contándole a los demás, y ellos, a su vez, a otros, hasta que sean millones los que estén llenos de la gloria de Dios en toda la redondez de la tierra. Este plan de acción ha sido iniciado una y otra vez, y luego ha fracasado, debido a la infidelidad y a lo olvidadizo del ser huma­no, y a la confusión y a las desviaciones provocadas por el enemigo. Pero mayormente el fracaso se ha debido a que el mensaje fue transmitido solo par­cialmente: perdón sin poder. Hoy en día. sin embar­go, nuevamente es proclamado el "Evangelio comple­to", no solamente el hecho esencial de que Dios perdona y ama a su pueblo, sino que al hacerlo les da poder para ganar a otros. El plan de Dios es que millones de hombres y mujeres, y también de niños, en todo el mundo, sean portadores de su mensaje de amor, perdón, sanidad y poder para toda la humani­dad. Estamos viviendo la era del reavivamiento de la iglesia, ¡y es algo tan emocionante! En todo el mundo la gente está descubriendo qué maravilloso es hablar a los demás sobre Jesús y el poder del Espíritu Santo, ¡y sabemos que el plan de Dios no fracasará! Bien pudiera ser este el último avivamiento antes de la venida del Señor. Esperamos y oramos para que este libro ayude a muchos a cooperar con Dios y que, como hijos y colaboradores seamos llenados, hasta rebosar, con su gran gozo.