Lección 70. Comprender la Cruz (tercera parte) La virtud de la cruz

a) Escrituras clave
1 Juan 2:1-21
Juan 4:4
2 Pedro 1 3                                               
1 Pedro 2:24
b) Introducción
Satanás quiere que vivamos en incredulidad y desesperación y que dejemos de creer que el Padre puede cubrir nuestras necesidades. Pero Dios ha establecido sus promesas y principios en la cruz del Calvario. Si Dios faltara en sostener a su pueblo y cubrirle en todo punto su necesidad espiritual, física y material, estaría negando la obra que ha llevado a cabo por medio de su Hijo Jesús (2 Corintios 8:9). Hay cuatro áreas en que necesitamos ver la obra acabada de Cristo: perdón, provisión, victoria y sanidad.
c) La virtud del perdón
La autocondenación es una característica común de nuestra experiencia humana. Muchos creyentes cristianos sufren de condenación de espíritu. La realidad de los fracasos diarios en nuestro caminar con Dios, y la presión de nuestra interacción diaria con otra gente a menudo llevan a sentimientos de indignidad e insuficiencia. El perdón es un hecho desde el punto de vista de Dios. En Cristo, ha cubierto todos nuestros pecados y cuando venimos a El en arrepentimiento y confesión nunca deja de limpiarnos y darnos ese sentido de libertad y frescura que es nuestro derecho por la muerte de nuestro Salvador. Pero al diablo nunca le gusta dejarlo allí. Le encanta aprovecharse de nuestros sentimientos de debilidad e intenta llevarnos de nuevo a la condenación y esclavitud en nuestro corazón. Aquí es donde necesitamos recibir nuestro perdón. Satanás intenta convencernos de que, de algún modo, necesitamos pagar por nuestros pecados. Pero esta es una contradicción total a la enseñanza de las Escrituras y a la obra del Calvario. Jesús ha cubierto toda nuestra deuda y necesitamos recibir nuestro perdón en El (1 Juan 1:7-9). Tenemos un Salvador que está en estos momentos hablando con el Padre en nombre nuestro. Al abrir la boca y pedir perdón El está nombrando nuestro nombre ante nuestro Padre celestial.
d) La virtud de la provisión
Al diablo no le importa que creamos en Dios, mientras sea un Dios que no hace nada. El propósito de Satanás es romper la relación de confianza en Dios que el Espíritu Santo trae a la vida cuando nacemos de nuevo por su poder. Es por el Espíritu que conocemos a Dios como nuestro Padre, y es por El que venimos a Dios nuestro Padre en sencilla confianza y fe (Romanos 8:15-16). “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con El todas las cosas?” (Romanos 8:32). Cada vez que luchamos con un sentimiento de necesidad deberíamos volver al Calvario. Después de Jesús cualquier otra provisión ¡es una nota al pie de una página! Todo lo que podarnos necesitar está incluido en El, y por fe en El conocemos esa liberación que nos da su provisión en nuestra vida día a día.
e) La virtud de la victoria
En su muerte, Jesús consiguió victoria para nosotros sobre el pecado, la muerte, el mundo y el poder de Satanás: los grandes enemigos que persiguen los pasos de todo ser humano. Satanás continuamente trata de llevarnos a la derrota y debilidad por estos medios. Necesitamos tener clara nuestra victoria en Jesús, para que podamos vencer a Satanás en sus ataques a nuestra vida. Jesús ha ganado por nosotros la victoria sobre el pecado y la muerte (Romanos 5:12,15).
Las dos grandes armas de Satanás: la culpabilidad y el miedo, son, por consiguiente, inefectivas en la vida de cristiano que se mantiene firme en la obra acabada de la cruz. Jesús ha ganado por nosotros la victoria sobre e mundo. El mundo es aquel sistema satánico de maldad que ha impregnado el orden de Dios y la sociedad humana; el cual lleva a los hombres y mujeres a la oscuridad y lejos de Dios. Pero por la obra acabada de Cristo en la cruz que venció los principados y potestades de este mundo oscuro, podemos compartir su victoria en el poder presente del Espíritu Santo (1 Juan 5:4-5). Ha ganado por nosotros victoria sobre Satanás. La cruz fue, en efecto, la batalla císmica entre el poder de Dios y el poder de Satanás. Todo lo que fluye a nosotros desde la cruz, es posible porque Jesús ganó la victoria. Aquella victoria no fue ganada en algún rincón oscuro y secreto, sino en la arena pública para que todos la vieran. Cuando Jesús clamó “consumado es”, no clamaba en debilidad o desesperación sino que proclamaba públicamente la poderosa victoria de Dios. En Jesús, Dios ha vencido todos los poderes de la tinieblas, así que ya no constituyen una amenaza a los que se mantienen en fe en Cristo Jesús (Colosenses 2:13-16)..
f) La virtud de la sanidad
El don universal que viene a la humanidad desde la cruz es el don de salvación en el sentido de perdón de pecados Sin embargo, la cruz del Calvario también es la base de cada otra provisión que el Padre nos puede dar y nos dará según su voluntad. Esto incluye sanidad. Hay factores que controlan si estas provisiones serán dadas en cada caso, por ejemplo, cuando necesitamos ejercitar más fe, o cuando nuestra vida impide que el Padre sea tan generoso como quiere ser. Hay también otros factores escondidos. Sin embargo, esto no nos debería frenar la oración en fe o pedir al Padre ayuda en todo momento de necesidad. Podemos confiar en el Señor, pero no le podemos manipular (Deuteronomio 29:29). Tres hechos principales muestran que la sanidad del cuerpo es una parte íntegra del propósito del Padre en la obra del Calvario.
(I) Dios ha establecido el principio de sanidad en la muerte y resurrección de Jesús. Jesús murió contusionado y roto. Pero fue resucitado sano e ileso.
(II) Las Escrituras testifican claramente de la inclusión de la sanidad física como parte de la obra del Calvario (Romanos 8:11). Jesús murió, no solamente para llevar nuestros pecados, sino para llevar nuestras penas y nuestras enfermedades (Isaías 53:4-5; 1 Pedro 2:24). Jesús murió no solamente para salvar nuestra alma; sino todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.
(III) El testimonio directo de sanidad está hoy en el poder del Espíritu Santo: el propósito de Dioses que vivamos
ahora en lo bueno y con el poder de la vida eterna. ¡No existe tal cosa como un creyente sin sanar!
La realidad es que la cruz fue el encuentro decisivo en la batalla entre el bien y el mal. Allí Satanás fue por fin desnudado de su poder y su destino fue sellado definitivamente. ¡Pero todavía existe una guerra! Asimismo la obra decisiva ha sido conseguida para nuestra sanidad, pero todavía no estamos plenamente sanados. Cada milagro de la gracia de Dios es un milagro de promesa. Es un tipo o indicador de lo que nos pertenecerá cuando Jesús venga en su Reino de gloria. El hecho de que la batalla está ganada, pero no acabada, no nos impide ocuparnos en la guerra espiritual a todos los niveles en el día de hoy. Al contrario, nos debería estimular. Así es con la cuestión de sanidad, ¡porque ciertamente esta es parte de la batalla! No deberíamos inhibirnos de orar sólo porque nos damos cuenta de que todavía, no todo es perfecto.
g) Seis razones por las cuales fallamos en recibir-nuestra sanidad
(1) Alguna gente no tiene fe en Dios para su sanidad (Santiago 5:15).
(II) El pecado personal sin confesar crea una barrera a la gracia de Dios (Santiago 5:16).
(III) La desunión persistente y extensa, el pecado e incredulidad en cuerpos de creyentes y familias impiden sanidad en los miembros individuales del cuerpo (1 Corintios 11:30).
(IV) Por diagnóstico incompleto o incorrecto de lo que causa sus problemas, ]agente no sabe orar correctamente.
(V) Alguna gente supone que Dios siempre sana instantáneamente, y cuando no es sanada inmediatamente, deja de orar.
(VI) Alguna gente busca en la dirección equivocada su sanidad. Es importante oír la Palabra de Dios con respecto al proceso de sanidad. Algunos tendrán un toque sobrenatural directamente de Dios para su sanidad, pero otros recibirán alivio y sanidad por ayuda médica o quirúrgica. Recuerda, no toda sanidad viene de Dios, por consiguiente, es importante para nosotros ejercitar el don de discernimiento cuando viene a estas áreas profundas de la vida.
h) Conclusión
E ningún sitio es el amor incondicional más plenamente expresado que en la cruz (1 Juan 4:10). Necesitamos ser animados para venir como niños a nuestro Padre celestial. El sabe lo que es mejor para nosotros. Necesitamos venir al trono de gracia con confianza, para que podamos recibir misericordia y hallar gracia para ayudarnos en nuestra hora de necesidad (Hebreos 4:16). Dios ha asegurado nuestro porvenir en cada área por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús (Romanos 8:32).
i) Preguntas y puntos de reflexión
1. ¿Por qué tantos cristianos se sienten condenados, indignos e insuficientes? Discútelo.
2. ¿Qué provisión ha asegurado Dios para nosotros para liberamos de condenación, y qué necesitamos hacer? (1 Juan 1:7-9)
3. ¿Es el sacrificio que hizo Jesús suficiente para cubrir todas nuestras necesidades?
4. ¿Dónde está Satanás con relación a nosotros y cuánto poder tenemos disponible para nosotros cuando estamos en Cristo? (Efesios 1:17-23).
5. Lee y discute las seis razones por las cuales fallamos en recibir nuestra sanidad, y compáralas con los tres hechos principales demostrando que nuestra sanidad es una parte íntegra de la obra de Jesús en la cruz.
j) Resumen y aplicación
1. Dios ha prometido cubrir toda necesidad espiritual, física y material para todo su pueblo por la obra de Jesús en la cruz.
2. Los hijos de Dios deberían ser libres de condenación, porque tienen disponible para sí el perdón de Dios. 3. Dios ha prometido cubrir todas nuestras necesidades según sus riquezas en gloria (Filipenses 4:19).
4. Jesús ha ganado para nosotros la victoria sobre el pecado, la muerte, el mundo y el poder de Satanás por su obra en la cruz.
5. La sanidad del cuerpo es una parte íntegra del propósito de nuestro Padre celestial en la obra de Jesús en la cruz del Calvario.

Lección 70. Comprender la Cruz (segunda parte) El misterio de la cruz

a) Escrituras clave
Juan 12:23-33Hebreos 12:1-3
Gálatas 3:13
Corintios 1:23-25
Marcos 8:34-38
b) Introducción
La expiación es Dios satisfaciendo las exigencias de su propia naturaleza santa, a la vez que manifestando la intensidad de su amor hacia la humanidad. Dios hizo que Jesús llevara el castigo de nuestros pecados y que llevara nuestra culpa en Sí mismo como nuestro sustituto (1 Pedro 2:24). Jesús hizo algo más que lo que hizo jamás el concepto antiguo testamentario de ofrenda por el pecado. El se convirtió en nuestro sustituto, no sólo por el hecho de llevar el pecado sobre sí mismo, sino por llevar nuestro pecado en sí mismo (2 Corintios 5:21). La victoria sobre el pecado, la muerte y el poder de Satanás fue no solamente obrada por El, fue lograda en El.
c) La diferencia entre el pecado y lo pecaminoso
Jesús realmente fue hecho pecado con nuestro pecado. Jesús no se convirtió en pecador; es decir, no era pecaminoso. No fue castigado por ningún pecado propio, sino que llevó en sí mismo el castigo por nuestros pecados. Jesús se ofreció como sacrificio perfecto sin mancha (Hebreos 9:14). P.T. Forsyth dijo sobre Jesús: “Dios le hizo pecado, le trató como si fuera pecado pero no le vio como pecaminoso. Dios amorosamente le trató como a pecado humano, y con su consentimiento juzgó el pecado humano en El y sobre El. Cristo nunca pudo confesar culpabilidad personal”. Este es el corazón del Calvario. Dios no hizo frente a la cuestión del pecado meramente observando la muerte física de su Hijo. No, Jesús entró en esa muerte. El pecado del hombre y la desobediencia a Dios tiene muchos resultados; por ejemplo, la muerte física del hombre; juicio y abandono divino; muerte hacia Dios; opresión y esclavitud de Satanás; y enfermedad. Para que el hombre fuera liberado del hecho y efecto de su pecado, el Hijo necesitaba llevar todo ese pecado en sí mismo. El Hijo de Dios se convirtió en todo nuestro pecado. Necesitamos venir en temor reverencial al Calvario.
d) La diferencia entre humano y mortal
El ser humano, en cuanto a nosotros, es ser mortal. Pero Dios originalmente no creó el hombre para ser mortal, es decir, sujeto a la muerte. Génesis 3:22 deja claro que Dios expulsó al hombre del jardín de Edén para impedir que comiera del árbol de vida por el cual podría vivir para siempre. Dios aislaba al hombre de la fuente de su vida eterna por su desobediencia. Desde ese momento en adelante, el hombre pasó a estar sujeto a la muerte como juicio de Dios y, si tomas el registro bíblico en serio, sus años empezaron a ser más cortos cuanto más lejos iban de sus principios con Dios, hasta que fueron puestos a 120 años en términos del viejo pacto (Génesis 6:3). Sin embargo, la mayoría de nosotros solamente llegaremos a los 70-80 años (Salmo 90:10).
Jesús mismo no estaba sujeto a la muerte del hombre hasta que llevara el pecado en Sí mismo, porque la muerte es el resultado del pecado (Romanos 5:12). Jesús no era pecaminoso, por tanto no vivió su vida bajo la amenaza de la muerte como resultado necesario del pecado. Jesús fue el único hombre que jamás haya vivido que tenía la autoridad de vida en El (Juan 10:17-18). Esta es la tremenda realidad del Calvario. El único que no tenía necesidad de morir, ya sea espiritualmente o físicamente, fue el mismo que llevó la muerte en sí mismo para romper el poder de la misma (Hebreos 2:14-15). En la cruz fue el Inmortal quien fue matado. Jesús fue humano pero inmortal. La lucha de Jesús en el jardín de Getsemaní fue debida a la horrenda realidad que reconoció que estaba delante de El. Sabía que iba a tomar el pecado humano en Sí mismo e iba a conocer la muerte como resultado, pero se sometió completamente a la voluntad del Padre. Ningún hombre con fuerza humana normal hubiera podido enfrentarse jamás a lo que Jesús se enfrentó (Lucas 22:41-44).
Aquí es donde está el poder del Calvario en nosotros: no cuando intentamos comprenderlo todo, porque no lo haremos nunca; sino cuando nos humillamos ante El, aceptamos su misterio y poder y cuando recibimos en nosotros mismos su efecto salvador.
El Hijo de Dios el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
(Gálatas 2:20)
e) Nacido de Dios, no de Adán
La verdad del nacimiento virginal es de suma importancia para nuestro entendimiento tanto de la vida como de la muerte de Jesús. Está claro que la vida que Jesús vivió fue vivida en un cuerpo real de carne. No puede haber duda en que experimentó tentaciones reales. El fundamento de su humanidad era igual al fundamento de nuestra humanidad en cuanto a esto se refiere (Hebreos 4:15). Sin embargo, había algo en Jesús que le diferencia de todos los demás hombres. No estaba sujeto al pecado, y tenía el poder para vencer toda tentación que venía a su puerta. Jesús no nació de Adán: nació del Espíritu Santo.
Este no es el caso de los hombres cuando nacen en el mundo. Toman su linaje del viejo Adán; toman sus debilidades del viejo Adán; toman su pecado del viejo Adán. Jesús es el último Adán, el hombre del cielo (1 Corintios 15:45-49). Es como ellos en cuerpo, pero no en espíritu. Los hombres no toman la semejanza del hombre del cielo hasta que ellos también nazcan de Dios por medio del Espíritu Santo (Romanos 8:3; Juan 1:12-13).
f) Jesús venció el pecado
Jesús tuvo que vencer el pecado a dos niveles. Primero, al nivel de la vida cotidiana, donde venció el dominio del pecado en la carne por su perfecta obediencia al Padre en el poder del Espíritu Santo. Segundo, en términos del juicio de Dios sobre el pecado, por medio del cual recibió en sí mismo el castigo del pecado y de ese modo expió totalmente por ello, y derrotó el poder de la muerte por Su propia muerte en la cruz. Jesús nació del Espíritu y vivió en el poder del Espíritu. Nunca supo lo que era pecar. En efecto, Jesús vivió al nivel de la verdadera humanidad para la cual Adán fue creado y en la cual vivió hasta que cayó por la desobediencia. Jesús tenía un cuerpo real de carne. Era como el nuestro, ya que era susceptible a la tentación, como era la carne de Adán antes de caer. Pero era diferente al nuestro en que era gobernado por el Espíritu de Dios, y nunca conoció la realidad del pecado hasta el fin. Aquí es donde vemos la inmensidad de su ofrenda en la cruz. En este momento hizo algo que nunca había experimentado antes, se abrió a la realidad y efectos del pecado dentro de su propio cuerpo. No a su pecado, sino al pecado de todos los demás hombres, y en Sí mismo recogió todos sus horribles efectos y juicio (2 Corintios 5:21). A.W. Tozer escribió: “La vieja cruz es un símbolo de muerte. Representa el repentino fin violento de un ser humano. En tiempos romanos el hombre que llevaba su cruz y empezaba el camino no volvía. No salía para que redimieran su vida, sino para que la acabaran”.
g) Preguntas y puntos de discusión
1. Lee Lucas 22:39-46 y Mateo 26:36-46. ¿Por qué crees que Jesús pasó por este momento y por quién lo hizo?
2. ¿Cómo se ocupó de nuestro pecado? (Hebreos 4:15; 9:26).
3. ¿Por qué era el sacrificio de Jesús en la cruz aceptable a Dios para nuestra salvación? (2 Corintios 5:21; Romanos 8:3-4).
4. ¿Por qué tenemos vida eterna como resultado de la obra de Jesús en la cruz? (Romanos 6:5-14, 23).
5. ¿Por qué se llama Jesús el último o segundo Adán? (1 Corintios 15:22, 45-49).
h) Resumen y aplicación
1. Nuestro Padre celestial ofreció a su Hijo puro y sin pecado en la cruz para ser pecado por todos los hombres.
2. El hombre produjo su propia caída debido a su propia desobediencia, pero Dios alzó a Jesucristo, el último o segundo Adán para romper el poder de ésta y librarnos.
3. Jesús es nuestro sustituto. El castigo que merecemos, El lo llevó en su Yo sin pecado en la cruz del Calvario.
4. Cuando nos damos cuenta de cuánto Jesús tuvo que sufrir por nosotros, ¿podemos hacer menos que tomar nuestra propia cruz, como nos
lo pide, y seguirle a El?

Lección 70. Comprender la Cruz (Primera parte) El poder de la cruz

a) Escrituras clave
1 Corintios 1:17-18
Filipenses 2:5-11
Gálatas 6:14
Filipenses 3:20-21
Isaías 52:13-53:12                                                 
b) Introducción
La cruz de Cristo está en el corazón de nuestra fe cristiana. Sin ella no tenemos fe, y fuera de su verdad el cristianismo pasa a ser sólo otra filosofía de la vida, un asunto de palabras e ideas. Jesús no vino para darnos otra clase de ideas acerca de Dios, sino al contrario, vino para morir por nosotros. (Marcos 8:31). El concepto de la cruz era una parte esencial, en lo que a Jesús se refiere, del entrenamiento de sus discípulos. El usó la realidad de la cruz para recalcar la necesidad de sometimiento absoluto a la vida del Reino. Ya sabía dentro de sí mismo lo que significaba “tomar la cruz”, y quería que los discípulos tomasen su propia cruz y que le siguiesen (Lucas 9:23).
No hay ninguna virtud en destacar el dolor y horror de la cruz porque sí, pero sí necesitamos entrar, hasta cierto punto, en la realidad del padecimiento de Cristo si alguna vez vamos a apreciar: primero, lo que significó para Dios el salvarnos por medio de la cruz; y segundo, lo que Dios ha logrado para cada uno de nosotros en la muerte de Jesús. Llevamos viviendo mucho tiempo con un concepto doméstico de la cruz. La hemos refinado de su horror, y al hacer eso le hemos robado su poder. El Espíritu Santo quiere que conozcamos la importancia del sacrificio de Cristo, porque esta obra de la cruz debiera ser central en nuestra vida y ministerio. Las Escrituras no esconden nada de la vergüenza y agonía que llevaba envuelta para el amado Hijo de Dios. No es sencillamente el hecho de que muriese lo importante; la manera en que murió tiene la mayor significación para cada uno de nosotros. Las profecías del Antiguo Testamento concernientes a la muerte de Cristo pusieron el mismo énfasis en los detalles de sus padecimientos (Isaías 50:6; Salmo 22:12-18). En la iglesia, en general, hemos reducido a Cristo a nuestra medida y hemos reducido su muerte a dimensiones que podemos manejar espiritual, emocional y teológicamente. Si sintiéramos el profundo horror de la cruz, conoceríamos toda la extensión de nuestro pecado y esto es de lo que huimos dentro de lo más profundo de nuestro corazón y mente. Lo que sucedió aquel día en el Calvario no fue bonito. No había sentimiento en los azotes romanos, y la crucifixión romana ha sido reconocida universalmente como la forma más cruel de ejecución pública jamás inventada. Era una muerte horrorosa, lenta, dolorosa y humillante. Necesitamos ver la profundidad del Calvario. Necesitamos ver que todo lo que podemos tener o ser fluye de este acto de amor. Más que eso, necesitamos reconocer que si hemos de vivir para Dios, entonces necesitamos caminar de la misma manera nosotros mismos.
d) El poder de la cruz
Jesús no experimentó una crucifixión normal y rutinaria. También fue sometido a la humillación pública de un juicio burlesco ante Poncio Pilatos durante el cual abusaron de él. Fue golpeado y desfigurado, le arrancaron la barba y pusieron una corona de espinas en su cabeza como gesto de mofa a su declaración de ser un rey. En el jardín se había enfrentado con la horrorosa verdad de que esta copa era Su copa y no podría ser bebida La presión dentro de sí mismo eran tan intensa que sangró por la frente. Cuando los soldados fueron a vieron que ya estaba muerto, por tanto, no le rompieron las piernas. En vez de eso, le traspasaron el costado y  agua. Esto significa que Jesús había muerto literalmente de un corazón roto. Su corazón se había reventado había coagulado: la sangre y plasma se habían separado y cuando fue traspasado, fluyeron de su costado.
No podemos empezar a hablar de sus padecimientos espirituales. Estas cosas están escondidas de n no hay ninguna manera en que pudiéramos comprender jamás lo que significaba para el Hijo desamparado por su Padre. El grito que salió de sus labios resonaba con las palabras del Salmo 22′ Dios mío, ¿por qué me has desamparado? contiene profundidades de sufrimiento que jamás podremos Pero debemos ver que ninguna de estas cosas fue casual. Los hombres le llevaron ¡pero no estaban los procedimientos aquel día! Esta es la imponente verdad del Calvario. ¡Dios el Padre estaba en con entregaba a su Hijo por el alma del hombre! Nosotros huimos del hecho porque sólo sirve para recalcar claridad la extensión de nuestra culpa (Hechos 2:23). Dios, de algún modo misterioso, puso nuestra c y por medio de sus padecimientos fuimos liberados (Isaías 53:4-5). El poder de la cruz para nosotros hecho de que cada detalle de la experiencia de Jesús tiene significación dinámica para nosotros en nuestra necesidad. Desde la caída del hombre, Satanás ha mantenido a hombres y mujeres bajo su estado atados en cadenas de pecado y enfermedad, depresión y desesperación, que han sido experiencia humana. El hombre ha venido a estar sujeto a toda clase de sufrimiento y aflicción como su desobediencia a Dios. En la cruz toda atadura espiritual y emocional, toda aflicción que Satanás humanidad por la desobediencia del hombre, ha sido invertida en el poder del Calvario.
e) Los seis ayes del hombre
En el tercer capítulo de Génesis nos es dado profundamente los efectos del pecado. Después de la caída por su desobediencia a Dios somos introducidos a los tristes efectos de esa desobediencia. Aunque el vivido como un agente libre en comunión con Dios y se le había dado la autoridad para regir sobre en la tierra, ahora estaba en esclavitud. Satanás tenía dominio sobre él y desde aquel momento en a humana ha sido sometida a todo mal y aflicción como resultado del pecado. Aquí el hombre vino a seis terribles ayes que desde aquel momento en adelante han sido la fuente de todo dolor y aflicción alma y espíritu que la raza humana jamás haya experimentado.
(1) Culpabilidad y condenación
Tanto el hombre como la mujer, cuando fueron desafiados por Dios, intentaron evitar esta cu pasaron del uno al otro. Al final, ¡sólo la vieja serpiente tenía la voluntad de aceptar la culpa! el fracaso de la humanidad desde entonces. Ha sido el factor que ha dividido al hombre del hombre de Dios. Hasta que no aceptemos nuestra culpabilidad, no puede haber reconciliación. culpabilidad ante Dios es de tal naturaleza que nunca la podríamos expiar nosotros mismos. ser nuestro portador de culpabilidad. Llevó nuestros pecados en su cuerpo en el árbol (la cruz).
 (II) Opresión del diablo
Antes que el hombre cayera no estaba sometido al dominio de Satanás. Ahora que el hombre de Dios, está a la merced de Satanás. Sin embargo, la cruz ha acabado con el poder indiscutido (Colosenses 2:13-15).
(III) Dolor y sufrimiento
En ningún sitio de la Biblia leemos que la enfermedad y el sufrimiento sean la voluntad de humanidad. Son la consecuencia del pecado y encuentran su fuente en la obra de Satanás como resultado de la desobediencia del hombre. Esto no quiere decir que Dios no pueda usar el dolor y sufrí su propio propósito de gracia en nuestra vida: claro que puede. Pero sabemos que esto no es Dios para sus hijos, y en el perfecto Reino de Dios, todos estos elementos ajenos serán descartados “por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24). III Dolor y sufrimiento
En ningún sitio de la Biblia leemos que la enfermedad y el sufrimiento sean la voluntad de humanidad. Son la consecuencia del pecado y encuentran su fuente en la obra de Satanás como resultado de la desobediencia del hombre. Esto no quiere decir que Dios no pueda usar el dolor y sufrimiento para su propio propósito de gracia en nuestra vida: claro que puede. Pero sabemos que esto no es Dios para sus hijos, y en el perfecto Reino de Dios, todos estos elementos ajenos serán descartados “por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24).
(IV) Ansiedad y preocupación
El hombre fue sentenciado a una vida de trabajo duro (Génesis 3: 17-19). Aunque había vivido en un jardín de la munificencia de Dios, rodeado por todo lo que necesitaba para la vida y salud, ahora estaba condenado a dificultad y esfuerzo. Fueron espinas lo que usaron para hacer una corona para Jesús, y la llevó por nosotros. Llevó en sí mismo toda la agonía de espíritu y ansiedad de corazón que pertenece al hombre, mientras intenta encontrar su propio camino en el mundo sin Dios. ¡Qué contraste: el camino de Jesús y la maldición de espinas! Como la llevó por nosotros, somos libres en el poder de la fe, para caminar el camino del Reino (Mateo 6: 33-34).
(V) Muerte
El hombre fue aislado de la fuente de su vida por el pecado. La muerte es el resultado de nuestro pecado y es la suerte común de todo hombre (Romanos 5:12). Sin embargo, la Biblia nos dice-que la muerte física no es el fin, porque el hombre está destinado a morir una vez y después de esto enfrentarse con el juicio de Dios (Hebreos 9:27-28). Pero por medio de la muerte de Jesús el juicio de muerte ha sido quitado. El ha llevado el juicio por nosotros (Hebreos 2:14-15).
(VI) Rechazo y separación de Dios
El hombre fue echado del jardín y ha sido un náufrago espiritual desde entonces. El hombre en el fondo es un ser rechazado: su pecado ha causado una separación entre él y Dios. El grito más profundo de la cruz fue un grito de abandono: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” ¡Jesús vino a ser un abandonado por ti y por mí! No había nada más que pudiera suceder, porque al llevar nuestro pecado en sí mismo, se puso fuera de los límites de la presencia del Padre.
f) Unidos con El
El poder de la cruz está en el hecho de que Jesús llevó todos estos elementos en sí mismos en la cruz y rompió su poder. Venció todo factor negativo que jamás haya amenazado al hombre, y rompió el poder de Satanás que dirige todas estas fuerzas para llevar al hombre a la destrucción.
No es suficiente maravillarse de la obra de Jesús en la cruz; para que esa obra sea efectiva en nosotros, necesitamos recibirla en nuestra propia vida. Fue en el poder del Espíritu Santo que Jesús se ofreció por nosotros (Hebreos 9:14). Es mientras permitimos que el Espíritu Santo haga la misma obra de vencer el pecado, aflicción y el poder de la muerte en nosotros, que entraremos en la verdadera victoria del Calvario.
g) Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Qué hace que el cristianismo sea diferente de otras religiones, ideas y filosofías? Discútelo.
2. ¿Por qué tuvo que morir Jesús en la cruz por nosotros?
3. ¿Por qué tuvo que pasar Jesús por una muerte tan dolorosa, humillante e interminable?
4. ¿Cómo pudo Dios el Padre permitir a su Hijo hacer lo que hizo? Si está en control; ¿por qué era necesario? 5. ¿Fue la cruz el punto fundamental en la historia?
6. ¿Por qué ha vencido la obra de Jesús en y alrededor de la cruz el poder de Satanás, y qué significa para la gente en general?
7. ¿Cumple lo que leemos sobre la cruz en el Nuevo Testamento lo que fue hablado de ella en el Antiguo Testamento? Por ejemplo, lee Isaías 52:13-53-12.
8. ¿Cómo podemos tomar nuestra cruz y seguir a Jesús como lo pide cuando nos damos justa cuenta de cuánto hizo realmente Jesús cuando tomó su cruz? (Lucas 9:32).
h) Resumen y aplicación
1. La cruz de Cristo está en el corazón del discipulado cristiano.
2. Nuestra salvación le costó a Jesús todo.
3. Para que la cruz del Calvario sea efectiva necesitamos recibir el poder de ella en nuestra vida.
4. ¡Para ser verdaderos discípulos de Jesús necesitamos tomar nuestra propia cruz y seguirle!
5. El hombre ha causado su propia ruina, pero Dios todavía estaba dispuesto a mandar su propio Hijo Jesús a sufrir y morir por nosotros y darnos otra oportunidad.

Lección 69. Juicio eterno

a) Escrituras clave
Hebreos 6:1-2
2 Pedro 3:3-15
Romanos 2:5-11
Hebreos 10:24-39
Mateo 25:31-46
Mateo 24:1-51
b) Introducción
Venimos ahora al último fundamento de nuestra fe, esencial para seguir a la madurez. Como discípulos de Jesús sabemos que en el cielo hay un río puro de agua de vida, limpio como el cristal, que procede del trono de Dios. Aquí falta la maldición, falta la muerte, falta el mal, faltan las lágrimas y falta la noche. Sin embargo, existe un infierno así como un cielo. Existe no sólo la bendición eterna sino también existe el juicio eterno.


c) ¿Cuál es el significado de la palabra juicio?
El verbo "juzgar" significa separar; distinguir entre; ejercitar juicio en; estimar; pedir cuentas; cuestionar; juzgar juiciosamente; procesar como juez; llevar a juicio; sentenciar; dar cuentas; administrar gobierno; gobernar.

d) Razones para enseñar sobre el juicio eterno
(1) Para que estemos continuamente agradecidos
Agradecidos por la gracia y misericordia de Dios (Romanos 5:8-9; 1 Tesalonicenses 1:10).
(II) Para que vivamos en el temor de Dios (Hebreos 10:3 1; 1 Pedro 1:17)
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.(Mateo 10:28)

Nótese que la palabra "destruir" no significa que el alma desaparecerá o desintegrará, sino que será llevada a la ruina. Todavía estará allí, pero será un reflejo triste de lo que debería ser. No es una pérdida de ser, sino de bienestar.

(III) Para despertar intercesión por los perdidos
Debido al horror de morir sin Cristo.
(IV) Para que presentemos el evangelio como es (Romanos 1:16-20).
El evangelio revela tanto la justicia como la ira de Dios.

e) ¿Cómo se revela la ira de Dios?
– En la conciencia del hombre, a menos que llegue a estar cauterizada e insensible.
En la historia, por ejemplo, las historias de Adán y Eva echados del Edén; el diluvio; la torre de Babel; las ciudades de Sodoma y Gomorra.
– En la universalidad de la muerte, incluso aunque el diablo dijo: "No moriréis". (Génesis 3:4).
En las consecuencias del pecado. "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará". (Gálatas 6:7).
– La mayor manifestación fue en el Calvario. Le costó muchísimo a Jesús apaciguar la ira de Dios. "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El" (2 Corintios 5:21).

f) Se llama el juicio eterno
El grande y terrible día de Jehová (Malaquías 4:5).
El día de la ira de Dios, cuando su juicio justo será revelado (Romanos 2:5).
El día de juicio y destrucción de hombres impíos (2 Pedro 3:7).
El gran día de la ira de El que se sienta en el trono y del Cordero (Apocalipsis 6:16-17).
El juicio eterno es cierto (Hechos 17:30-31; Isaías 45:23-24) y todos los que no sean parte del Reino de Dios estarán allí en aquel día (Apocalipsis 21:8; Lucas 16:19-31). El efecto de esto será aterrador (Isaías 2:19; Apocalipsis 6:16-17; Hebreos 10:31).


g) ¿Qué es el juicio eterno?
Ser echado en el fuego eterno del infierno (Mateo 18: 8-9).
Estar en la compañía del diablo y sus ángeles (Mateo 25:41).
Castigo eterno (Mateo 25:46).
Oscuridad donde habrá llanto y crujir de dientes (Mateo 25:30).
Vergüenza y confusión perpetua (Daniel 12:2).
La segunda muerte (Apocalipsis 20:14-15).
– Eterna separación de Dios (Mateo 25:41; 2 Tesalonicenses 1:9-10).

h) Otras enseñanzas sobre el juicio eterno
– Aniquilación, es decir, no hay nada al final.
– Castigo temporal, luego aniquilación.
– Reconciliación universal: aquí incluso el diablo será salvo.
NOTA: Ninguno de estos puntos son verdades bíblicas: (Mateo 25:31-46; Apocalipsis 20:10; Marcos 9:47-48).

i) ¿Por qué debe haber juicio?
Por el pecado contra la ley de Dios (Romanos 2:12).
Por impiedad (2 Pedro 3:7).
Por maldad (2 Pedro 2:9).
– Por desobediencia (Judas 6).
– Por incredulidad (Juan 3:18).
Por trasgresión (Romanos 5:18).
Por hechos malos (Juan 3:19).
j) ¿Quién es juez?
Dios (Hechos 17:31; Romanos 3:6; Hebreos 12:23; 1 Pedro 4:5).
– El Hijo (Juan 5:22-27; Hechos 10:42).
– Los santos (1 Corintios 6:2-3).
k) ¿Cuáles son los principios que gobiernan el juicio divino?
– La medida de luz o verdad revelada (Mateo 10:14-15; 12:41).
– Todo conocimiento divino (Juan 8:15-16; Apocalipsis 20:12,15; Romanos 2:2).
– Las palabras de Dios (Juan 12:48-50).
– Responsabilidad personal (Romanos 14:10-12).
– Conducta personal (2 Corintios 5:10; Romanos 2:5-6; 1 Pedro 1:17; Apocalipsis 20:12).
– Imparcialidad divina (1 Pedro 1:17).
– El trato a los hijos de Cristo (Mateo 25:31-46; 12:50; 2 Tesalonicenses 1:5-10). – La ley (Romanos 2:12).
– Rectitud y justicia (Salmos 9:8; 96:13; Hechos 17:31; Romanos 2:5; 2 Timoteo 4:8; Apocalipsis 19:11).
– Motivos y pensamientos (1 Corintios 4:5; Romanos 2:16).
– El evangelio (2 Tesalonicenses 1:8).
l) ¿Cuándo ocurre el juicio?
(I) Ha Ocurrido
Satanás (Juan 16:11; Colosenses 2:15).
– El mundo (Juan 12:31).
– El hombre (Juan 3:18; Juan 5:24; Romanos 5:9; Romanos 8:1).
(II) Está ocurriendo
– Pecadores (Romanos 1:18-32).
– Cristianos (1 Corintios 11:31-32).
(III) Ocurrirá
Después de la muerte (Hebreos 9:27).
– El día final (Juan 12:48).
– El día (Mateo 10:15; 11:22-24; 12:36; Hechos 17:31; Romanos 2:5; 1 Corintios 3:13; 2 Tesalonicenses 1:10; 2 Pedro 2:9; 2 Pedro 3:7; y 1 Juan 4:17).
– En la venida de Cristo (Mateo 25:31; 1 Corintios 4:5; 2 Tesalonicenses 1:7-10;2 Timoteo 4:1; Judas: 14-15).
(IV) Ocurrirá en
– El trono de su gloria, para las naciones (Mateo 25: 31-46).
– El tribunal 8de Cristo, para los santos (Romanos 14:10; Corintios 5:10).
– Un gran trono blanco, para los pecadores8 (Apocalipsis 20:11-15).
(V) ¿Qué pasará?
– Los pecadores serán juzgados por el pecado y sepultados en el olvido interminable (2 Tesalonicenses 1:8-9; Apocalipsis 11:18; Mateo 25:46; Apocalipsis 20:15).
– Los justos en Dios vivirán para siempre con Cristo Jesús y recibirán recompensas por lo que hayan hecho en Cristo.
Nosotros como discípulos de Jesús necesitamos rescatar a los perdidos y preocuparnos por los que se están muriendo.
m) Preguntas y puntos de reflexión
1. Si Dios es un Dio8s de amor, ¿por qué permite que los que no aceptan a Jesús como Señor y Salvador sean castigados por la eternidad? (Hebreos 10:26-29).
2. ¿Puede Dios negar su propia rectitud, santidad y justicia en algunas circunstancias?
3. ¿Deberíamos vivir en el temor de Dios? (1 Pedro 1:17).
4. La ira de Dios fue invocada cuando el hombre escogió pecar. ¿Cómo apaciguó Jesús esa ira o enfado?
5. ¿Por qué debería la enseñanza sobre el juicio eterno motivarnos para ser testigos de Jesús aquí en la tierra?
n) Resumen y aplicación
1. Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. (Hebreos 9:27).
2. Dios es santo, justo y no puede mentir. Dentro de El no hay sombra de variación. Debe ser conforme a  su naturaleza y carácter. El pecado y rebelión del hombre contra Dios, por consiguiente, debe ser juzgada (Santiago 1:17; Números 23:19).
3. Los justos en Dios han de ir a un lugar donde la muerte y la maldición faltan y donde vivirán con Jesús p siempre.
4. Los que no ace8ptan el camino de Dios para ellos en Jesús, irán al castigo eterno.
5. El juicio eterno es una verdad fundamental que debería motivarnos como discípulos de Jesús a vivir en el te de Dios y a alcanzar a los perdidos y los que se están muriendo.

Bases del Cristianismo. Lección 68. Resurrección de los muertos

a) Escrituras clave
Juan 5:19-30
Apocalipsis 11:18
1 Corintios 15:1-58
1 Tesalonicenses 4:13-5:11
Romanos 6:1-14
b) Introducción
“Resurrección” significa “levantamiento’ o “levantarse”. En su forma verbal significa “hacer levantar, levantar; despertar del dormir y de la muerte”. Como discípulos de Jesús no solamente vivimos por tiempo o por un tiempo, sino por la eternidad. Somos seres eternos; tenemos vida eterna. Jesús vivió con la cruz en primer plano y la eternidad en el fondo (Hebreos 12:2), y nosotros hemos de seguir a Jesús. George Whitfield dijo: “Ojalá trabajare por la eternidad; orare por la eternidad; predicare por la eternidad; quiero sólo a Dios”.
c) Ejemplos de resurrección en la Biblia
(I) La resurrección en el Antiguo Testamento
– El hijo de la viuda de Sarepta (1 Reyes 17:17-24).
– El hijo de la Sunamita (2 Reyes 4:32-35).
– El hombre en el sepulcro de Eliseo (2 Reyes 13:21).
(II) La resurrección en el Nuevo Testamento
Resucitados por Jesús -La hija de Jairo (Marcos 5:35-43).
-El hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:11-17).
-Lázaro (Juan 11:1-45).
Por Pedro                    – Dorcas (Hechos 9:36-42).
Por Pablo                    – Eutico (Hechos 20:9-12).
Hay tres aspectos de la resurrección que necesitamos considerar en esta unidad de enseñanza:
– La resurrección de Jesús (pasado).
– La resurrección espiritual del creyente, en Cristo (presente).
– La resurrección final de todos los que están en sus tumbas (futuro).
(d) La resurrección de Jesucristo
(Mateo 28:6; Lucas 24:36-53; Hechos 1:3)
¿Qué declara la resurrección de Jesús?
– Jesucristo es supremo sobre toda cosa creada (Mateo 28:18; Efesios 1:17- 23).
– El juicio futuro es asegurado (Hechos 17:31).
– Jesucristo es el Hijo de Dios (Romanos 1:4).
– Los creyentes son justificados (Romanos 4:25).
– La muerte es derrotada (Romanos 6:8-9).
– Hay un sacerdote en el trono de Dios (Hebreos 10:12).
– Hay un nuevo nacimiento en una esperanza viva (1 Pedro 1:3).
Sin embargo, esta enseñanza no puede significar solamente el conocimiento glorioso de que Jesús resucitó de entre los muertos. ¡Uno no sería cristiano si no creyera esto! (Romanos 10:9-10).
e) La resurrección espiritual del creyente en Jesucristo
(2 Corintios 5:14-17; Gálatas 2:19-20; Colosenses 2:12)
El os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos (matados) por vuestros delitos y pecados… aún estando nosotros muertos (matados) por (nuestros propios) defectos y ofensas, nos dio vida juntamente en comunión y unión con Cristo. Nos dio la vida misma de Cristo, la misma nueva vida con la cual le resucitó… y juntamente con El nos resucitó en los lugares celestiales.
 (Efesios 2:1,5,6 Versión amplificada)
(I) ¿Cuáles son las evidencias de esta resurrección en la vida de un discípulo?
Una nueva vida es manifiesta (Romanos 6:4).
– Una nueva actitud hacia la vida es establecida y mantenida (Romanos 6:11).
 – Un nuevo Señor es obedecido (2 Corintios 5:15).
– Un nuevo propósito de vida es adoptado (Colosenses 3:1-4).
(II) ¿Cuándo ha de tener lugar la futura resurrección?
En el día postrero (Juan 6:39-54).
– En la resurrección del día postrero (Juan 11:23-24).
– En su venida (1 Corintios 15:20-23).
– A la final trompeta (i Corintios 15:51-52).
– Cuando el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descienda del cielo (1 Tesalonicenses 4:16-17).
(III) ¿Qué efecto debería tener la resurrección en la conducta de un cristiano?
– Guardarnos de hacer lo que queramos y por consiguiente pecar (1 Corintios 15:32-34).
– Comprometidos a mantenernos firmes y trabajar para el Señor (1 Corintios 15:58).
(IV) Los creyentes se levantarán de nuevo
– A la vida eterna (Daniel 12:2-3).
– Con un cuerpo como el glorioso cuerpo de Cristo (Romanos 6:5; Filipenses 3:20-21; 1 Juan 3:2).
– Con un cuerpo conforme a la voluntad de Dios (1 Corintios 15:38).
– Con cuerpos imperecedores (1 Corintios 15:42).
– Con un cuerpo levantado en gloria (1 Corintios 15:43a).
Con un cuerpo poderoso (1 Corintios 15:43b).
Con cuerpos espirituales (1 Corintios 15:44).
– Para ser glorificados con Cristo (Colosenses 3:4; Juan 17:24).
Primeros (Apocalipsis 20:6).
En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza. (Salmo 17:15)

f) La resurrección final de todos los que están en sus tumbas
(Juan 5:28-29)
(1) El día de resurrección es el día de recompensa
Grandes y maravillosas como son estas verdades en su inspiración y consuelo, queda un sentido de que falta algo. ¿Cómo ha de afectar esta gran verdad a nuestra vida desde su propio fundamento? En Lucas 14:12-14 Jesús animaba a la gente cuando hacían un banquete, de no solamente invitar a los que devolverían la invitación, sino de invitar a los que no lo harían. Después hizo esta declaración: “te será recompensado en la resurrección de los justos”. (Lucas 14:14). Por tanto, el día de resurrección es el día de recompensa. Este es el contexto en el que el tribunal de Cristo debería ser enseñado (Apocalipsis 11:18; 21:11-15).
(II) El tribunal de Cristo
Las razones para esta enseñanza son:
– Para trabajar, porque el Señor recompensa a todos según su conducta y como merecen sus hechos (Jeremías 32:19).
– Para trabajar en el poder del Espíritu (Juan 6:63). No deberíamos hacer ninguna obra muerta sino hacer todo con fe hacia Dios, energetizados por el Espíritu Santo.
– Para parar de juzgar a los demás (Romanos 14:10-13).
Para trabajar en el temor de Dios (2 Corintios 5:10).
– Para que nuestro servicio sea hecho sinceramente y con motivo correcto (Colosenses 3:23).
(III) Esta doctrina corrige algunas doctrinas “cristianas” erróneas
 Por ejemplo:
– “Todo lo que importa es que seamos salvos y que vayamos al cielo”. (No somos salvos por obras, pero cuando somos salvos ¡las obras cuentan!)
– “Todos seremos iguales en el cielo”. (En un sentido lo seremos, pero no sólo habrá recompensas sino también pérdida de recompensas.)
– “Puedes vivir como quieras y quedar sin castigo”. (¡La gracia es gratis pero no es barata!)
 (IV) Debemos rendir cuentas por las cosas hechas al cuerpo
1. Es individual. Esto significa que no existe el señalar con el dedo. La responsabilidad está en nuestras manos y no podemos culpar a los demás, ni siquiera a las circunstancias.
2. Ante Cristo el Juez. Juzgará sólo en amor y sin parcialidad. Su memoria es perfecta, por tanto, más vale que renunciemos a toda hipocresía ahora y no hagamos ostentación, porque entonces sólo habrá honestidad. Más vale que empecemos ahora. Recuerda, cuando somos honestos ante Dios y confesamos nuestros pecados El nos perdona.
3. De lo que hayamos hecho al cuerpo. Lo que hayamos permitido a nuestros ojos mirar; nuestro oído escuchar; nuestro corazón amar; nuestra mente creer; nuestros labios decir; nuestras manos tocar, nuestros pies llevar a; y nuestro cuerpo ser entregado a. De lo contrario de esto: las cosas buenas que hayamos hecho con el tiempo, el dinero, los talentos, etc.
4. Secretos expuestos. (Romanos 2:16) No sólo lo que hayamos hecho será expuesto, sino el porqué, es decir, nuestros motivos serán revelados (1 Corintios 4:5). Necesitamos hacer lo que es bueno y correcto a los ojos de Dios (Mateo 6:1).
(V) El tribunal de Cristo
Cuando esté ante el tribunal de Cristo,
y me muestre su plan para mí,
el plan de mi vida como hubiera podido ser,
si hubiera tenido su voluntad, y vea
cómo le impedí aquí y le bloqueé allá
y no entregaba mi voluntad,
¿habrá pena en los
ojos de mi Salvador,
pena, aunque todavía me ame?
El me tendría rico, pero estoy allí pobre,
desnudo de todo menos de su gracia,
mientras la memoria corre como algo perseguido,
por los años que no puedo volver a trazar.
Entonces mi corazón desolado casi se romperá
con las lágrimas que no puedo derramar.
Me cubriré la cara con las manos vacías,
y agacharé la cabeza sin corona.
Señor de los años que me quedan,
los entrego en tu mano;
tómame, fúndeme, moldéame
al diseño que tú has planeado.
(VI) Las recompensas (1 Corintios 3:10-15)
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.         (1 Corintios 3:14)
– Coronas por llevar a muchos a la justicia (Daniel 12:3).
– Coronas que durarán para siempre (1 Corintios 9:24-25).
– Coronas de justicia (2 Timoteo 4:7-8).
– Coronas de vida (Santiago 1:12).
– Coronas de gloria (1 Pedro 5:1-4).
Las recompensas son dadas al final, por tanto retén lo que tienes para que nadie te quite tu corona (Apocalipsis 3:11). Necesitamos estar en buena relación con Dios, con nuestro cuerpo, alma y espíritu bajo su control.
g) Preguntas y puntos de discusión
1. En la vida de Jesús, ¿el saber que viviría por la eternidad importaba mucho?
2. ¿Tienes alguna evidencia de resurrección espiritual en tu propia vida?
3. ¿Qué diferencia debería haber en nuestra vida cuando reconocemos que como discípulos de Cristo vamos a ser resucitados y vivir por la eternidad?
4. ¿Deberíamos trabajar para el Señor sólo porque vamos a recibir recompensas?
5. ¿Vamos a tener que rendir cuentas por todo lo que hagamos en la tierra, incluso como discípulos de Jesús? ¿Y eso debería hacer una diferencia en la manera de vivir nuestra vida?
6. Si nuestros hechos y motivos van a ser revelados en el día del juicio, ¿por qué la mayoría de los cristianos todavía llevan una máscara para esconder su verdadero ser?
7. ¿Crees que recibirás alguna corona en el cielo, y por qué?
8. ¿Cómo deberíamos vivir nuestra vida, según Mateo 24:36-51?
h) Resumen y aplicación
1. La resurrección de Jesús demuestra que la muerte es derrotada y que El es Señor de todo.
2. Jesús murió y fue resucitado para estar con Dios para siempre y sus discípulos vivirán para siempre con El.
3. Un discípulo de Jesús tiene un nuevo amo llamado Jesús y una nueva vida en El.
4. La resurrección espiritual del creyente debería tener el efecto de guardarnos de pecar y causarnos el ser comprometidos y trabajar para el Señor Jesús.
5. El día de resurrección es el día de recompensa para el discípulo de Jesús.
6. Las obras no nos salvarán, pero cuando seamos salvos, las obras iniciadas por Dios contarán para recompensas en el cielo.
7. Somos personalmente responsables ante Jesucristo el juez, por lo que hayamos hecho al cuerpo, incluso las cosas secretas.

Lección 67. Imposición de manos

a) Escrituras clave
Hebreos 6:1-2
Marcos 16:17-18
1 Timoteo 5:22
2 Timoteo 1:6
b) Introducción
Recordemos que el llamamiento del Espíritu Santo es de seguir a la madurez. Para que esto ocurra debemos tener nuestros fundamentos espirituales bien cimentados. La doctrina de la imposición de manos es una progresión de las primeras tres verdades fundamentales, porque esta verdad vuelve a dirigir la atención de nosotros mismos a los demás para que podamos ser instrumentos de la bendición de Cristo. Echar el fundamento del bautismo del Espíritu Santo nos da la habilidad de ministrar en esta manera. La imposición de manos puede ser definida como un acto en el que una persona pone la mano sobre el cuerpo de otra por algún propósito espiritual concreto. Normalmente, este acto va acompañado de oración, de dar una palabra profética, o de ambos.
c) Algunos ejemplos del Antiguo Testamento
(I) Los israelitas imponían manos en sus sacrificios antes de matar los animales para significar la transferencia de pecado e identificación con la ofrenda por el pecado (Levítico 1:1-5).
(II) Jacob (o Israel) impartió una bendición a Efraín y a Manasés, los hijos de José, por la imposición de manos que incluía una palabra profética (Génesis 48:14).
(III) Moisés comisionó a Josué para la imposición de manos, impartiéndole su autoridad y sabiduría. Aquí vemos la transferencia de liderato y transmisión de una medida de sabiduría y honra para poner a Josué en condiciones de ser el líder (Deuteronomio 34:9; Números 27:15-23); Josué 1:16-17)
d) Razones del Nuevo Testamento para la imposición de manos
(I) Para impartir sanidad
– Jesús impartió sanidad por la imposición de manos (Lucas 4:40; 13:13).
– Los ancianos han de ungir con aceite (con sus manos) y orar par sanidad (Santiago 5:14-16).
Los creyentes son animados para impartir sanidad por la imposición de manos (Marcos 16:17-18; Hechos 9:17 y Hechos 28:8-9 lo demuestran en la práctica).
(II) Para impartir bendición
– Jesús impartió la bendición de Dios a los niños (Mateo 19:13-15: Marcos 10:13-16).
– Jesús puso la mano sobre Juan y dijo: “no temas” (Apocalipsis 1:17).
(III) Para impartir el bautismo del Espíritu Santo
Los creyentes en general, así como los líderes, estaban involucrados en impartir el bautismo del Espíritu Santo por la imposición de manos (Hechos 8:14-24; 9:10-17; 19:6).
(IV) Para impartir dones espirituales ( 1 Timoteo 4:14; 2 Timoteo 1:6; Romanos 1:11)
(V) Para apartar gente para una obra específica
Los trabajadores para el Señor establecidos, son apartados para una obra específica por la imposición de manos, lo que imparte una unción específica para cumplir esa obra (Hechos 13:2-3). El comisionar diáconos (Hechos 6:1-6) también llevaba consigo la imposición de manos por parte del liderato. Nótese que los líderes escogen a hombres llenos de fe, sabiduría y del Espíritu Santo para desempeñar papeles de liderazgo incluso en las áreas de trabajo prácticas en la iglesia.
e) Hay que tener cuidado con la imposición de manos
No impongas con ligereza las manos a ninguno.
Esta Escritura principalmente se refiere a apartar a alguien para una posición de ministerio o de anciano. Obviamente es un asunto serio el tener a alguien que no sea la persona correcta en una posición de liderazgo, en especial si la pe condona un pecado habitual o si Dios no ha elegido a esa persona. Incluso, puede ser que no sea el momento oportuno para una persona el ser puesto en liderazgo (1 Timoteo 3:6). Dios escoge al liderato y declara el momento oportuno para que sean alzados, luego otros líderes deberán ser llamados para imponer manos sobre ellos y apartarlos.
Se debe recordar que si algo ha de suceder como resultado de la imposición de manos entonces debe haber contacto espiritual, es decir, de espíritu a espíritu. Las Escrituras nos demuestran que se puede impartir algo de espíritu a otro por la imposición de manos (Deuteronomio 34:9). Entonces necesitamos ir con algo de cuida quién vamos a imponer manos y también a quién permitimos que nos imponga manos. La gente puede estar impura o manchada en su espíritu por asociaciones malas o por condonar y vivir voluntariamente en un área de pecado De tales personas puede haber una importación dañina, en especial si tú tienes una debilidad en cierta área, o tú mismo no estás a saldo con el Señor en algún aspecto de tu vida. Mira el carácter de la persona que impone manos y valora su exactitud con Dios, humildad de corazón, y si desea solamente gloria para Dios. Recuerda Dios está en control de tu vida y circunstancias si eres su hijo. Entonces sólo deberías ir a otra persona para o para imponer manos en otros cuando Dios te dice que lo hagas. El te protegerá si vives en el centro de su voluntad Necesitamos ser sensibles al Espíritu Santo en estas áreas, pero no debemos descuidar la imposición de manos.
f) Importancia en la Iglesia
(I) Para servicio
La base del ministerio cristiano es el servicio (Marcos 10:43-45). El usar nuestras manos puede ser método de expresar nuestro servicio el uno al otro en el cuerpo compuesto de muchos miembros de C y al mundo. El impartir bendición o sanidad etc.; por la imposición de manos, puede ser uno de los may actos de servicio que podemos hacer para otro ser humano.
(II) Para dar
Cuando imponemos manos por fe, ministramos o damos la vida de Dios en nosotros a los demás. Al hacerlo Dios promete devolvernos para que podamos dar de nuevo (Lucas 6:38; Hechos 3:6).
(III) Para habilitar llamamiento
La iglesia de Jesucristo necesita más hombres y mujeres con un llamamiento de Dios en su vida y el o unción para habilitarles para cumplir ese llamamiento. La imposición de manos por el liderato un
en el cuerpo de Cristo es una manera de impartir tal habilidad a los que Dios llama (Hechos 13:1-3).
g) En resumen
La imposición de manos es una parte esencial de un cuerpo en funcionamiento, recibiendo vida de Jesús, la Cabeza, y liberando e impartiendo esa vida por las manos. El poder de Cristo resucitado para sanar, para ministrar, o dar bendición reside en la vida de todo discípulo de Jesús lleno del Espíritu, y en especial en el liderato escogido por Dios. Ese poder es liberado por la imposición de manos.
h) Preguntas y puntos de reflexión
1. ¿De qué manera es la víctima en Levítico 16:10,21-22 un ejemplo de lo que hizo Jesús por nosotros?
2. ¿Deberíamos temer recibir algo malo de otra persona y, por tanto, evitar que nos impongan manos? Discútelo.
3. ¿Por qué necesitamos ir con cuidado de no alzar los líderes equivocados, o los líderes correctos demasiado de prisa?
4. ¿Por qué debería la iglesia apartar a personas para una obra específica por la imposición de manos?
5. ¿Crees que Dios te usaría para impartir su vida a otros?
i) Resumen y aplicación
1. Hay una corriente de vida (energía, poder) divina cuando imponemos manos en alguien cuando hay fe, tanto en el que recibe como en el que impone manos (Marcos 5:25-30).
2. Si vivimos en obediencia a Dios, entonces no deberíamos tener miedo de que ningún mal nos sea impartido por la imposición de manos.
3. Para recibir algo de Dios, se requiere fe.
4. Al servir a Dios y dar a los demás por medios tales como la imposición de manos, entonces recibiremos más de Dios para habilitarnos para dar otra vez.
5. Dios quiere poner su llamamiento en la vida de mucha gente, y luego habilitarles en ese llamamiento, para que el cuerpo de Cristo sea edificado y crezca.
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